Coroico: un paraíso amazónico
Si estás buscando un lugar tranquilo y lleno de adrenalina donde comienza la jungla del Amazonas, hay un pueblo boliviano que es todo eso y mucho más
Coroico fue el primer municipio turístico de Bolivia. A pesar de los años, su encanto local se mantiene intacto, ya que continua como un pequeño y amigable pueblo que no se deja alcanzar por la industrialización. Para llegar a ahí tienes que tomar un autobús en La Paz y el viaje dura entre una a dos horas. El camino hacia Las Yungas es conocido como “el camino de la muerte” debido a que el promedio de accidentes cada año suele ser de 209. Si tienes suerte y un buen conductor, sobrevivirás, pero además tienes que lidiar con “la puna”, que es la forma en la que los locales llaman a la sensación de cansancio y mareo que sientes cuando estás en un lugar alto.
Si haces este viaje, es recomendable comprar hojas de coca; son muy fáciles de conseguir y te ayudarán a evitar este terrible dolor. Este un camino peligroso y difícil de soportar si sufres algún problema cardiaco, pero vale la pena, ya que los paisajes llenos de montañas con nieve, la vegetación colándose por todos lados y el sonido de los animales te cautivarán por completo.
No puedes perder la oportunidad de comer el “Charkecán”, una comida tradicional boliviana que es cocinada con carne de llama, maíz, queso y papas; un interesante sabor que deber probar al menos una vez en la vida. También el desayuno yungueño es un infaltable, así como las frutas frescas que puedes conseguir en cualquier lugar.
Si eres un adicto a la adrenalina debes de hacer el camino de la muerte en bicicleta. Este es un tour donde, con otro grupo de intrépidos ciclistas, te proveen del equipo necesario para mantenerte seguro mientras un experto los guía a través de las montañas. Definitivamente, esta es una experiencia inolvidable y llena de emoción para los que disfrutan el peligro. Otra actividad es caminar hacia las cataratas. En la carretera a Coripata, hay tres cataratas naturales que puedes disfrutar. El camino hacia “La Jalancha” que es la última, dura entre una y dos horas dependiendo del ritmo que lleves. Si no quieres caminar, otra opción es tomar un autobús que sale de la plaza central. Caminar hacia las cataratas vale la pena, ya que así es más fácil disfrutar del medio ambiente.
Para disfrutar la noche debes de ir a la plaza central donde podrás encontrar a la gente local conviviendo. Si tienes suerte, te ganarás la confianza de alguno de ellos que te contará más sobre los secretos de Coroico y la cultura andina.
Latin American Post | Michelle Félix
Copy edited by Susana Cicchetto