La amplia variedad de restaurantes hacen que la oferta cada vez aumente en términos de sabores, frescura y comodidad

Santiago es una ciudad de extensos recorridos, en la que todos los rincones esconden lugares para poder visitar o degustar la gastronomía local. De hecho, en el mes de junio la ciudad fue galardonada por la revista Business Destinations como la mejor ciudad para hacer turismo-negocios del año 2017. La capital se caracteriza por sus cómodos y acogedores lugares, en donde la decoración y sus temáticas destacan por sobre la amplia oferta existente que va in crescendo.

La oferta tiene variedad tanto gastronómica como monetaria. En los últimos años, restaurantes y cocineros han decidido aterrizar el mal llamado “lujo gastronómico” con el fin de llevar sus sabores a habitantes y turistas otros sabores y colores insertos en la cocina de élite. Los restaurantes cada vez más democratizados facilitan el acceso a quienes no tienen un gran presupuesto. Los más reputados chefs del país se han puesto la camiseta con el objetivo de llevar sus platos a toda la población. 

Uno de ellos es el restaurante Silvestre Bistró que está ubicado en el turístico barrio Italia, que destaca por sus tiendas de diseñadores locales y por la amplia variedad de sabores. Con el concepto “cocina de mercado”, Silvestre Bistró destaca por su decoración que reúne antigüedades que realzan el carácter identitario de este “oasis”. El menú incluye platos de alta calidad como variados tipos de cafés, sándwiches, brunch, ciervo, risotto mollejas, entre otros productos. 

Una alternativa asiática, atendida por sus dueños, es el restorán Rico Saigon localizado en el barrio de Recoleta. Lo interesante del lugar es que en su menú ofrece pocos platos que son servidos según la disponibilidad de productos que tengan. El concepto del restaurante es: frescura, amabilidad y un viaje de sabores. Popularmente es conocido como el nuevo “vietnamita” de Santiago que además encanta por sus precios. Platos como el clásico Nem vietnamitas –preparación de rollitos de papel de arroz fritos rellenos de verduras- son un deleite al paladar. El restaurante no posee patente de alcohol, pero uno puede llevar su propia botella para degustar durante la cena. Igualmente, destaca su simple decoración en un antejardín que es custiodado por sus mascotas -un perro y gato-. 

Ahora bien, también es posible encontrar restaurantes amigables con el ambiente. El restorán La Diana ha implementado una serie de medidas para preservar su ubicación en una antigua bodega en el centro de Santiago en la que resaltan las ventanas recicladas, los sillones vintage y los pasajes laberinticos que bañan de colores el ambiente. El menú se destaca por su ceviche de champiñones y alcachofas, tortellinis rellenos de mariscos en salsa de piure,  timbal de quínoa roja o su ecuménica Mechada de Claustro. La carta de tragos es bastante amplia y de variados precios.

Otro lugan que ha democratizado sus sabores y paladares es El Francés del Barrio. Inspirados en la guinguette, tipo de local de larga data ubicado en los suburbios parisinos, aterriza la gastronomía francesa –comúnmente de alto costo en Chile-, a vecinos que se acercan a comprar los fines de semana a la concurrida feria.Entre los platos más solicitados y conocidos se encuentra su sopa de cebolla cocinada durante 10 horas, el clásico paté de hígado,los huevos pochados en salsa de vino y el pie de limón francés.

No olvide visitar estos lugares cuando se encuentre en Santiago. 

LatinAmerican Post | Gonzalo Silva

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