¿Cuáles son los políticos más corruptos de América Latina?
Apropiación ilegal de recursos, exigencias económicas y salarios descomunales son algunos actos de corrupción de ciertos políticos latinoamericanos
Venezuela: Nicolás Maduro, un corrupto en el poder
El 15 de agosto de este año, el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, radicado en Bogotá, Colombia, halló culpable de los delitos de corrupción propia y legitimación de capitales al presidente de Venezuela Nicolás Maduro. El Tribunal lo condenó a 18 años y tres meses de cárcel.
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Asimismo, a principios de este año, en la denuncia que la ex fiscal general de Venezuela Luisa Ortega presentó ante el Congreso, se conoció que Nicolás Maduro, tiene vínculos con la firma brasileña Odebrecht. De acuerdo con Ortega, era “toda una estructura de corrupción”. Según lo emitido por el representante de Odebrecht en el Tribunal del distrito de Brooklyn, esta división de operaciones estructuradas repartió alrededor de 788’000.000 USD en Brasil y once países de la región. Sin embargo, en Venezuela los escándalos son mayores, pues fue el país donde se causó mayor daño patrimonial”.
Maduro tendrá que pagar una multa de 25 millones de dólares y resarcir 35 mil millones de dólares al Estado, según el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, además de responder en la Cárcel de Ramo Verde en el estado de Miranda los delitos de corrupción en los que fue hallado culpable.
Los actos de corrupción del ex presidente peruano Alberto Fujimori
En 2009, el ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, fue condenado a 7 años y seis meses de cárcel por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema. La condena se dio, tras reconocer el delito de peculado al apropiarse de 15 millones de dólares del Estado y entregarlos a su ex asesor Vladimiro Montesinos. Se le impuso una reparación civil de 3 millones de soles, según el medio peruano RPP.
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En 2015, Fujimori, fue condenado por espionaje telefónico, pago a medios de comunicación y la compra de congresistas tránsfugas, a quienes se les conoce por traicionar a los miembros de su grupo político para unirse u obstaculizar al partido político que tiene mayoría en el Congreso y beneficiar o perjudicar al gobierno actual, de acuerdo con La República de Perú.
Arnoldo Alemán y su estela de corrupción en Nicaragua
El ex presidente de Nicaragua, que gobernó entre 1997 y 2002, tiene en su hoja de vida graves casos de corrupción. Entre los que se destacan, según El Nuevo Diario de Nicaragua, el de “los tarjetazos” que fue cuando “el Banco Central emitió tarjetas de crédito pagadas por los contribuyentes a favor del ex presidente Alemán, quien gastó en su período de gobierno casi 2 millones de dólares en pasajes de avión, perfumes, renta de autos, regalos egipcios y hasta un centro nocturno parisino”.
“Los megasalarios”, tal y como lo menciona El Nuevo Diario, y la deficiente labor de Arnoldo Alemán le costó al Estado “285 mil dólares al año, cuando George W. Bush devengaba en el mismo período 35 mil dólares menos”. “Los 400 funcionarios de alto nivel consumían 40 millones de dólares al mes”.
Sin embargo, aunque Alemán fue condenado a 20 años de cárcel por sus actos de corrupción, el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se encargó de absolverlo por medio de la Corte Suprema de Justicia de su país, destaca la agencia Reuters.
Colombia: Samuel Moreno, el ex alcalde de Bogotá que protagonizó “el carrusel de la contratación”
Luego de ser elegido para ser alcalde de Bogotá por su partido Polo Democrático, Samuel Moreno Rojas terminó como protagonista de uno de los escándalos de corrupción más grandes que haya tocado a la capital colombiana: “el carrusel de la contratación”. Este consistía en pedir dinero a cambio de entregar obras a determinados contratistas. Para la Corte Suprema de Justicia, Moreno Rojas recibió un porcentaje por un contrato de más de 67.000 millones de pesos, firmado entre la Secretaría de Salud del Distrito y la Unión Temporal Transporte Ambulatorio de Bogotá. Además, se comprobó que hubo una exigencia del 10% a los contratistas para ganarse la licitación. El Tribunal Superior de Bogotá lo condenó a 24 años de cárcel en enero de 2017.
Latin American Post | Edwin Gustavo Guerrero Nova
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