De acuerdo con Cell Press, “los objetivos para retener la vida silvestre marina son necesarios en las estrategias globales de conservación” 

El 70% de la superficie del planeta está cubierta de agua y el ser humano ha “logrado impactar significativamente casi todo este vasto ecosistema”. Así lo afirmó Kendall Jones de la Universidad de Queensland y de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés), según ScienceDaily. El impacto de la actividad humana sobre los océanos se puede observar en un reciente análisis realizado por Jones y otros investigadores, quienes descubrieron que sólo el 13.2% de esta gran extensión de agua puede ser considerada un espacio marino salvaje.

Nos enfrentamos a una situación preocupante, por lo que en el reporte publicado en la revista Cell Press se explica que “los objetivos para retener la vida silvestre marina son necesarios en las estrategias globales de conservación”.

México protege 182 áreas naturales

América Latina y el Caribe no son indiferentes a esta problemática. Desde hace años, en los países de esta región se han llevado a cabo distintas iniciativas que buscan proteger estos espacios que no han sido altamente intervenidos por el ser humano y a las especies que habitan en ellos.

México es un claro ejemplo de esta lucha por la conservación de este ecosistema. Según un comunicado de prensa de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), el país azteca es uno de los países latinoamericanos líderes en protección de áreas naturales marinas.

“Actualmente el país cuenta con 182 Áreas Naturales Protegidas (ANP) que abarcan más de 90 millones de hectáreas destinadas a la conservación de la biodiversidad. De estas, 37 son áreas marinas y costeras con un total de 649, 587 km2, equivalente a los países de Ecuador y Paraguay juntos. Además el 92% de las islas mexicanas están dentro de un ANP”, se explica en el comunicado.

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Dentro de estas áreas naturales protegidas se destaca el Parque Nacional Archipiélago de Revillagigedo creado en 2017. De acuerdo con la BBC, esta es “una zona protegida en el océano Pacífico de unos 15 millones de hectáreas, lo que lo hace la reserva más grande en América del Norte”. Además, en el reporte sobre la ubicación y estado de protección de este entorno, el Golfo de México destaca porque a pesar de la influencia humana bajo la que se encuentra, este lugar es uno de los que menos impactos ha recibido a nivel mundial.

Chile y el Parque Marino Nazca-Desventuradas

Otro país comprometido con la conservación de estos espacios marinos salvajes es Chile. En 2016 se oficializó la creación del parque marino en las Islas Desventuradas, que tendrá el nombre de Parque Marino Nazca-Desventuradas. Este parque destaca porque, según el Ministerio del Medio Ambiente, “los ecosistemas y la biodiversidad marina de las Islas Desventuradas presentan condiciones excepcionales. El 72% de las especies de peces son exclusivos de estas islas, y las tasas de endemismo para especies profundas son de 41% en peces y el 46% de invertebrados”.

Además de este parque, a comienzos de 2018 se firmaron decretos para la creación de otros dos parques con los que se busca la protección de las áreas naturales marinas de este país. Estos dos espacios que buscarán ser preservados son el Archipiélago Juan Fernández y el Cabo de Hornos, según La Vanguardia.

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La razón por la que se generan planes de protección de ciertas zonas marinas es simple. Según el reporte, “el objetivo principal de la conservación es lograr una protección representativa de la biodiversidad. Los reinos oceánicos y las ecorregiones son una clasificación biogeográfica cada vez más importante para la planificación y evaluación de la conservación”. Es decir que las especies que habitan en un espacio marino es una la razones para que estos parques sean creados.

Sin embargo, estas acciones no parecen ser suficientes si se tiene en cuenta que solo el 5% de estas áreas naturales consideradas salvajes son protegidas. “A pesar de tener una alta diversidad genética, rasgos funcionales únicos y especies endémicas, las áreas silvestres son ignoradas en los acuerdos ambientales globales”, se sentencia en el informe. Además, la protección y conservación todavía presenta desafíos. Desde hace décadas nuestros océanos enfrentan peligros que amenazan la existencia de la vida marina salvaje que todavía nos queda. La contaminación, las olas de calor como resultado del cambio climático, la acidificación generada por las emisiones de CO2, la explotación marina y la destrucción de hábitats como consecuencia de esa actividad humana son algunos ejemplos de esto.

Es por eso que en el reporte menciona la importancia de reconocer estas áreas y de crear políticas que aseguren la protección de esos espacios marinos salvajes.

LatinAmerican Post | Diana Rojas Leal

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