“Las personas defensoras son las voces en donde no hay Estado”: Relator especial de la ONU
Durante su visita a Colombia, Michel Forst, Relator Especial de la ONU, habló sobre la situación de los defensores y las defensoras de los derechos humanos
En Colombia, 435 líderes sociales han sido asesinados desde enero de 2016. De estas personas, 326 perdieron la vida después de la firma del Acuerdo para la terminación del conflicto firmado entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, de acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo. Las amenazas, el robo de información y otros hostigamientos contra las personas que trabajan por la defensa de los derechos humanos en el país también se han recrudecido.
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En el marco de esta situación, del 28 de julio al 1 de agosto de 2018, Colombia recibió la visita académica de Michel Forst, Relator especial de la ONU defensores y defensoras de DD.HH. Durante su estancia se reunió con organizaciones, líderes sociales, autoridades y académicos en Medellín, Buenaventura y Bogotá. El cierre de su visita se dio con un gran conversatorio titulado “Defensores y Defensoras de Derechos Humanos en procesos de Construcción de Paz” en el Centro Cultural Gabriel García Márquez durante la tarde del martes 31 de julio.
La importancia de la labor de defensa de los Derechos Humanos (DD.HH.) y los obstáculos que tiene en el mundo
En esta ocasión la visita del Relator Forst tuvo carácter académico y no oficial. ¿Qué significa esto? Para que un Relator especial de las Naciones Unidas realice una visita oficial a un país, y para que pueda pronunciarse sobre la situación específica de esa nación, es necesario que sea invitado directamente por el gobierno. Sin embargo, a la fecha el gobierno colombiano no ha hecho esta invitación formal. Por tal motivo, el Relator Michel Forst aceptó participar en el evento académico organizado por la Universidad Nacional de Colombia en coordinación con 10 organizaciones y plataformas de la sociedad civil, y es en el marco de este conversatorio que realiza su visita académica.
Si bien no se puede pronunciar sobre la información recibida en estos días o la situación puntual de las personas defensoras de derechos humanos en Colombia, durante el conversatorio el Relator manifestó que en el mundo la violencia contra los líderes sociales “obedece más a acciones planificadas y coordinadas”. “Incluso en algunos casos se han registrado alianzas entre los propios gobiernos y grandes compañías interesadas en desarrollar importantes proyectos extractivos que involucran recursos minero-energéticos”, agregó.
Según el Relator, existen tres elementos que favorecen la violencia contra las personas defensoras. Primero, el uso del discurso público para desacreditar la labor de defensa de los derechos humanos. Segundo, el uso de la legislación para criminalizar o limitar su trabajo. Tercero, el uso del sistema judicial para emprender acciones en su contra. “El discurso público en contra de defensores y defensoras se está viendo en varios lugares del mundo. A menudo escucho que el sistema judicial es rápido para condenar defensores, pero no para protégelos”, sostuvo.
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A modo de conclusión, Forst recordó que “las personas defensoras son las voces en donde no hay Estado en los territorios más alejados” e hizo una mención especial al papel de las mujeres defensoras como pilar fundamental para dar sostenibilidad a la paz.
La situación en Colombia
En los cinco días de su visita, el Relator Forst se reunió con líderes sociales de la zona suroccidente y noroccidente del país, así como con organizaciones con presencia en otras regiones y con víctimas. A través de sus testimonios y otros informes construidos en estos meses, estas personas informaron al Relator sobre el aumento de la violencia selectiva contra líderes en zonas rurales, especialmente quienes hacen parte de Juntas de Acción Comunal, reclamantes de tierras, personas que lideran procesos de sustitución de cultivos, integrantes de organizaciones campesinas, sindicales y víctimas.
Tanto en las visitas como en el conversatorio, las organizaciones hicieron énfasis en la existencia de patrones comunes a todos los asesinatos y en el impacto que tienen estos asesinatos en el tejido social de las comunidades. Además, recordaron que en los informes publicados en el último año se ha indicado que las violaciones de derechos humanos contra defensores y líderes se presentan en territorios altamente militarizados.
Finalmente, las organizaciones y líderes en los territorios le transmitieron al Relator Forst durante su visita las mismas inquietudes que aún no han respondido la Fiscalía, el gobierno ni las autoridades locales: ¿Quiénes son los autores intelectuales de estos hechos? ¿A quiénes responden las estructuras criminales? ¿Por qué el alto nivel de impunidad? ¿Qué medidas se toman para proteger a las y los defensores? ¿Quiénes fabrican las armas y munición con la que asesinan a las personas líderes sociales en el país? ¿Qué más debe ocurrir para que el Estado reconozca la sistematicidad de estos crímenes?
LatinAmerican Post | Carolina Garzón Díaz
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