Las duras cifras de la inmigración en 2017
Según datos oficiales, más de 6.100 personas murieron buscando un futuro mejor
Read in english: The real numbers of immigration in 2017
Entre 2015 y 2016, la crisis de los refugiados en Europa fue noticia durante meses en los principales diarios y canales de televisión de todo el mundo. No había día en el que no se conocieran nuevas tragedias, historias y testimonios que narraban el calvario de miles de migrantes -en su mayoría sirios huyendo de la guerra que asola su país desde 2011- para llegar al Viejo Continente. Países como Alemania tomaron la iniciativa para acoger a muchos de ellos, pero otros estados como Hungría o Serbia blindaron sus fronteras para contener lo que consideraban una “invasión”.
Casi dos años después, esta crisis continúa, con miles de refugiados bloqueados en Grecia y Macedonia, esperando la oportunidad para saltar a la Europa más rica. Sin embargo, la atención de los medios ya no es la misma y durante el año pasado su interés se centró, principalmente, en el drama de los venezolanos que huyen a causa de la grave crisis económica, social y política que está atravesando su país.
En 2017, de acuerdo a los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 6.100 personas murieron o desaparecieron mientras intentaban alcanzar ese lugar en el que empezar de nuevo. Para ser exactos, la OIM pudo confirmar 6.142 casos, de las cuales casi la mitad, 3.139, se produjeron en aguas del Mediterráneo, principalmente en las costas de Libia y Túnez. En África se dieron 1.700 casos, contabilizándose 690 muertes en el desierto del Sáhara. En Oriente Próximo se produjeron 208 víctimas mortales, la mayoría en regiones fronterizas entre Turquía y Siria. En América, se reportaron 669 muertes, 415 en la frontera entre México y Estados Unidos. Finalmente, en el sudeste asiático, concretamente en la frontera entre Myanmar y Bangladesh, 250 miembros de la minoría Rohingya perecieron huyendo de la represión en la antigua Birmania.
Sin embargo, el director general de la OIM, William Lacy Swing, reconoce que “estos datos son incompletos, pues no todas las muertes o desapariciones se denuncian. Esto sucede principalmente en las zonas más remotas donde los cuerpos nunca llegan a encontrarse y los migrantes no son identificados”.
Desde la OIM lamentan la falta de fuentes oficiales para elaborar estos informes, por lo que en la mayoría de las ocasiones dependen de la información que proporcionan medios periodísticos y de entrevistas con los propios migrantes, cuyas historias, a menudo, son prácticamente imposibles de verificar. Es especialmente grave la situación en África, continente en el que se hablan más de mil lenguas y en el que solo se puede entrevistar a un pequeño porcentaje de los afectados, quienes en general cuentan tragedias vividas en primera persona, uno de cada cuatro afirma haber visto morir alguien por el camino.
No se prevé que 2018 vaya a ser un año positivo. Si bien el conflicto armado en Siria ha ido perdiendo intensidad, está lejos de terminar, por lo que muchos habitantes seguirán huyendo. La crisis en Venezuela se puede ver agudizada por las polémicas elecciones que tendrán lugar en abril, Colombia da por hecho que miles de ciudadanos de este país seguirán atravesando la frontera. La situación de los Rohingya no parece que tenga solución a corto o medio plazo y el endurecimiento de la política migratoria por parte de Donald Trump aumenta el riesgo del por si ya peligroso viaje de miles de inmigrantes que intentan llegar a Estados Unidos a través de México.
Latin American Post | José María González
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