Cuánta Internet es demasiado para nuestros niños
Y si bien existen en el mercado muchas aplicaciones educativas donde los niños pueden aprender desde idiomas hasta contar, en realidad ¿cuánta internet es demasiado?
Read in english: How much Internet is too much for our children
Como padres siempre estaremos preocupados por darles a nuestros niños lo mejor. Experiencias, amor, educación y protección. Y en ese cúmulo de sensaciones y emociones también debemos balancear la vida diaria y si bien para los adultos, la tecnología y los teléfonos inteligentes son una necesidad adquirida, muchas veces dejamos que nuestros hijos estén conectados todo el tiempo a la Internet. Sea a través de estos dispositivos, en la computadora de la casa, en el tablet del papá, el App que le regaló la tía. Pero por más que nos ayuden a ser parte del desarrollo cognitivo del niño -hay aplicaciones y juegos educativos memorables- o son la mejor manera de controlarlos y llenar espacios de ocio, la duda que siempre nos ataca es cuánto es demasiado. Y si tú como padre ya te estás haciendo esa pregunta, pues no estás sólo.
Hay muchos estudios con datos nada alentadores reseñados en The Guardian: en uno realizado por la Fundación Kaiser descubrió que los jóvenes estadounidenses pasaban más de siete horas y media al día usando medios electrónicos (lo que se traduce en lo que algunos adultos pasan en un trabajo de tiempo completo); otro estudio por el Joan Ganz Cooney Center arrojó que dos tercios de los niños de cuatro a siete años, ya habían usado un Iphone, en la mayoría de los casos prestado por un miembro de la familia.
Y el problema en sí no es sólo el uso de internet y dispositivos electrónicos, sino otros riesgos de salud a los que el niño puede enfrentarse. El Centro para padres y educación nos comenta algunos de ellos:
-Mayores probabilidades de volverse obeso o tener un problema de sobrepeso. El tiempo en pantalla –con internet, videojuegos u otro medio electrónico- deriva en largas horas sin actividad física.
-Dificultad para conciliar el sueño y quedarse dormidos por largos periodos de tiempo. El uso de medios electrónicos puede provocar que se dilate la hora de irse a la cama y se traduce en menos tiempo de sueño de calidad. Kidsmatter.edu.au también comenta que el contenido excitante antes de dormir puede desencadenar reacciones emocionales y hormonales (como la adrenalina) que reducen la capacidad de mantenerse dormido. Además, las emisiones de luz de estos dispositivos pueden alterar el ritmo circadiano, aumento del estado de alerta y suprimir la liberación de melatonina, que nos ayuda a la regulación del sueño.
- Mayor posibilidad de desarrollar depresión, ansiedad y problemas de atención como déficit atencional e hiperquinesia.
- Quizás estas estadísticas no se pueden traducir al uso de Internet en América Latina pero si podemos darnos cuenta de ciertos comportamientos en nuestros hijos que hablan de una adición a la internet. Webroot comenta que debemos prestar atención a este tipo de comportamiento en nuestros hijos:
- Actitud defensiva cuando se le pregunta por el tiempo que pasa conectado a internet. Desobedece el horario estipulado para esta actividad.
- Gasa dinero que debe ser usado en otras cosas (como meriendas y útiles escolares) en contenido digital o pide la compra de Apps pagas.
- Irritabilidad y comportamiento agresivo cuando no está conectado. Se enoja o se enoja cuando no está en línea o se interrumpe el tiempo en línea.
- Sensación de euforia mientras participa en actividades como juegos en línea o viendo videos en internet.
- Pierde la noción del tiempo mientras está en línea y deja de lado tareas domésticas, deberes o tiempo que debe pasar con amigos y familiares.
- Parece preocupado por volver a estar conectado cuando está sin un dispositivo (Tablet, teléfono, computador).
- Pierde interés en actividades que anteriormente le agradaban (otros juegos, deportes, actividades extra cátedra).
El uso de internet puede ser una gran herramienta para la educación de nuestros hijos pero como todo, se debe medir el tiempo e impacto que causan en ellos. Debemos asegurarnos de darles un ambiente más amplio donde los implementos tecnológicos no marquen la pauta. Organizar actividades al aire libre, cenas sin los teléfonos y ser conscientes de nuestro propio consumo de internet frente a nuestros niños, ya que muchas veces, ellos son el espejo de lo que hacemos día a día.
Latin American Post | Clementina Ramos
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