Los precios de un tiquete varían dependiendo de un número de factores que, al momento de comprar, no son del todo claros

Para comprender qué es lo que se paga cuando se compra un tiquete de avión hay que tener claro que su costo puede ser dividido, tal como lo hace la página Web de Avianca, entre los cargos de transporte aéreo y los recargos provenientes de impuestos. Así, por ejemplo, en un tiquete de Bogotá a Miami cuyo precio es de US$440, se pagan US$282 correspondientes a los cargos de transporte aéreo y US$158 correspondientes a los impuestos aplicables al viaje.

Read in english: Do you know what you pay for when you buy an airplane ticket?

Generalmente, los recargos de impuestos son relativamente claros para el comprador. Estos pueden incluir la tasa aeroportuaria (el valor que se cobra a los pasajeros por el uso de las instalaciones de un aeropuerto), los impuestos de venta, la tasa de uso de aduanas (en caso de que se trate de un vuelo internacional), entre otros posibles recargos los cuales dependen de si se trata de un vuelo doméstico o de un vuelo internacional y de en qué país o hacia qué país se está viajando.

Lo que no suele ser tan claro es qué incluye el valor correspondiente a los cargos de transporte aéreo, pues generalmente estos no están especificados en los detalles de compra de un tiquete de avión, sino que solo son mencionados. Es por estos cargos que el precio del tiquete puede llegar a aumentar desproporcionadamente en relación con los recargos de impuestos ya que, como es claro en el contrato de transporte de Avianca, estas tarifas son determinadas unilateralmente por la aerolínea. Según Wendover Productions, aquí se incluye lo referente al pago a la tripulación del vuelo, el mantenimiento del avión, el pago de la compra del avión por parte de la aerolínea, el costo del combustible y el servicio prestado por la aerolínea.

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¿Entonces qué se paga en el tiquete?

La mayoría de cargos de transporte aéreo son relativos al tipo de avión en el que se va a viajar y a la distancia que se volará. Entre mayor capacidad de pasajeros tenga una aeronave, los costos involucrados en el envío del avión de un lugar a otro se dividirán entre más personas.

Por ejemplo, si un Airbus A320neo con capacidad de 154 pasajeros viaja con una tripulación de seis personas (piloto, copiloto y cuatro auxiliares de vuelo), el sueldo de estos seis empleados se dividirá entre 154. Sucede lo mismo con los gastos de mantenimiento y los del costo del combustible, el cual cambia según el precio del petróleo, la capacidad de combustible del avión y la distancia a recorrer.

Con respecto al pago de la compra del avión, para que las aerolíneas consideren rentable adquirir una aeronave, tienen que dividir su precio entre el número de ciclos de vuelo que este aguanta. Contrario a lo que se pensaría intuitivamente, la Baltic Aviation Academy explica que la vida útil de un avión no se mide según el número de kilómetros que puede viajar, sino la cantidad de veces que su cabina es presurizada y posteriormente despresurizada, pues cada presurización genera microgrietas que envejecen el fusilaje de la aeronave. Así, dada la vida útil de un Airbus A320neo de 60.000 ciclos de vuelo, su precio es dividido entre 60.000, resultado que es dividido entre los 154 pasajeros de cada viaje que llevará a cabo el avión.

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Por último, a propósito del costo correspondiente a los servicios prestados por la aerolínea, el cual es responsable –junto con el gasto de combustible– de la constante fluctuación de los precios de tiquetes aéreos, no solo se debe hablar de factores como los lujos que se tienen durante el vuelo, sino también de la demanda y de la competencia propia del negocio de las aerolíneas, afirma María Reig para El Mundo de España citando a British Airways. Como es natural, las aerolíneas quieren maximizar sus ganancias, lo cual se logra llenando los puestos de cada vuelo que ofrecen, pues cada puesto vacío significa pérdida para ellos. Para intentar garantizar la venta de todos los posibles tiquetes de un vuelo en particular, las aerolíneas aumentan o disminuyen el costo de sus servicios dependiendo de lo que exija la situación: a mayor demanda, mayor precio de los servicios prestados; a menor demanda, menor precio.

Latin American Post | Juan Diego Bogotá
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