Enoturismo: la ruta de los mejores vinos de Latinoamérica
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Todo un viaje para el paladar por los lugares distintivos de la producción de vino en la región
El vino llegó a América de la mano de la conquista española, aunque la corona prohibió con el tiempo su producción en suelo americano. España no quería que las colonias fueran autosuficientes, ni que los vinos producidos en América compitieran con los hechos en la península, asegura la empresa española Bodegas Carlos Serres. No obstante, la cultura del vino quedó arraigada en los virreinatos que su producción era inevitable, por lo que se establecieron viñedos por todo el continente, que hasta hoy conservan su tradición y se han convertido en productos de clase mundial.
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Para los amantes del vino, recorrer estas ciudades ofrece una experiencia única, pues además de la variedad de la vid, se puede disfrutar de una gastronomía de gran calidad. Estos son los principales puntos de interés para el vino en Latinoamérica:
Mendoza, Argentina
El mayor productor de vino en Latinoamérica es la Argentina, cuya gran parte de la producción es en Mendoza, una industria insignia del país. El Malbec es de las mejores cepas que se consumen en la tierra del tango. Desde productores pequeños y artesanales, hasta las grandes empresas, los vinos argentinos ofrecen sabores de calidad mundial. A lo largo de los valles de Mendoza se pueden hacer recorridos por los diferentes viñedos y bodegas para hacer catas de vino. La tradición del asado y los quesos hacen de Mendoza un lugar único para el consumo del mejor vino.
Valle de Guadalupe, Baja California, México
Por sus condiciones geográficas, las californias son llamadas el "Mediterráneo mexicano", lugar que se ha convertido en el "Imperio mexicano del vino", como lo define la revista Gatopardo. Después de la crisis de los años 80 donde el vino mexicano no competía con el extranjero, vino una etapa de modernización que ha sido todo un éxito. Productores y consumidores de todo el mundo han llegado a Baja California para impulsar la industria. Hermosas playas y la gastronomía de la región son el complemento perfecto para disfrutar de los múltiples sabores del vino mexicano.
Valle del Maipo, Chile
Chile se ha convertido en el mayor exportador de vino en la región, por encima de Argentina que tiene una mayor tradición. La región del Maipo es hogar de decenas de viñedos que producen vino de la mejor calidad, entre tintos y blancos, pues la geografía chilena ofrece bebidas únicas. La cepa que cuenta con mayor espacio de siembra es la cabernet sauvignon, y no es casualidad que el diario La Tercera nombrara a un Cabernet Sauvignon del viñedo Chadwick, como el mejor tinto del país.
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Canelones, Uruguay
El Uruguay es un país pequeño en extensión pero enorme en cultura y tradición, y sus vinos han sido representativos en la región por mucho tiempo. La cepa Tannat, traída desde Francia a finales del siglo XIX, se ha convertido en la más representativa del país, de acuerdo con Bodega Garzón. La cepa se adaptó bien al suelo uruguayo y ha hecho florecer una industria sólida. Además, sus bodegas son perfectas para el enoturismo, sobre todo en la región de Canelones donde la revista Forbes MX coloca a la Bodega De Lucca como una de las mejores y más antiguas, abierta a la visita de los amantes del vino.
Bento Gonçalves, Rio Grande do Sul, Brasil
El gigante sudamericano ha aumentado y mejorado su producción de vino, sobre todo en cuanto a vino espumoso se refiere. La revista Portafolio asegura que los vinos brasileños han recibido más de 3,000 premios por su calidad. Su relación con la tradición portuguesa, española e italiana han sido los elementos más fuertes en el desarrollo de su vino. La tecnología y la llegada de empresas grandes ha potenciado su industria, sobre todo en la región del Valle de los viñedos en el estado de Rio Grande do Sul, un lugar lleno de atractivos turísticos donde disfrutar de una copa del mejor vino brasileño.
LatinAmerican Post | Luis Angel Hernandez
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