Tú a tú con el Secretario-General de la Organización Mundial del Turismo
“El turismo, como sector, ha puesto siempre el bienestar de las personas en primer lugar.”
El Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de las Naciones Unidas nos cuenta sobre el impacto de COVID-19 en el sector turístico internacional. / Foto: OMT – unwto.org
LatinAmerican Post | Javier Delgado Rivera
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Las restricciones para frenar la propagación de la pandemia de COVID-19 han doblegado a la economía mundial. Y el sector de viajes y turismo, con su dependencia del transporte, la interacción humana y la densidad de visitantes, ha sido el más afectado.
Datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) de las Naciones Unidas muestran que solo en marzo, al inicio de las restricciones de movimiento en muchos países, los viajes se redujeron en un 57%. Esto se tradujo en una reducción de 67 millones de llegadas internacionales, si comparamos con el año pasado.
Esta agencia de la ONU estima que, en el peor de los casos, el derrumbe de la demanda de viajes internacionales a finales de año podría amenazar hasta 120 millones de empleos turísticos directos en todo el mundo.
Frente a este panorama, Javier Delgado Rivera entrevistó por correo electrónico a Zurab Pololikashvili, Secretario General de la OMT. Desde Madrid, donde se encuentra la sede de esta organización, el ex ministro georgiano nos habla sobre cómo el sector puede abordar lo que es, de largo, la peor crisis a la se ha enfrentado el turismo internacional desde 1950, año en el que comenzaron a registrarse datos en este sentido.
LatinAmerican Post: Pasadas crisis han demostrado la capacidad que tiene el turismo para recuperarse. Dada la escala sin precedentes de la situación que vivimos, ¿podrá esta industria comenzar a recuperarse a medida que se levanten las restricciones impuestas para frenar la propagación del COVID-19?
Zurab Pololikashvil: Como usted bien apunta, el sector turístico ha demostrado ya en repetidas ocasiones su formidable resiliencia; desde el impacto del brote de SARS en 2003, pasando por la crisis económica de 2008 y de forma más localizada, tras ataques terroristas o desastres naturales.
Estoy seguro de que el turismo volverá a recuperase. La gente quiere viajar y experimentar nuevos lugares. Como esta crisis está demostrando, somos seres eminentemente sociales. Una vez que se vayan levantando las restricciones de movimiento y se proporcione seguridad al viajero, el número de turistas deberá comenzar a aumentar.
LP:¿Cuáles son las proyecciones más y menos optimistas de la OMT para este año?
ZP: Esta es una situación sin precedentes. Los datos que hemos recopilado muestran que hasta hace bien poco, el 100% de todos los destinos a nivel internacional habían introducido restricciones completas o parciales de viaje como resultado de esta pandemia. El impacto que esto tendrá en el turismo y en nuestras economías aún está por ver, y es difícil de predecir con certeza.
En la OMT hemos esbozado tres posibles escenarios, dependiendo de cuándo se levanten las restricciones de viaje. Estos apuntan a una caída en el número de turistas internacionales para el año 2020 de entre el 60% y el 80%. Varios países ya han anunciado – y en algunos casos comenzado – que se abrirá lentamente el turismo. Desde la OMT, observaremos de cerca cómo se desarrolla esta apertura para así tener una mejor idea del comportamiento del consumidor y de la respuesta del mercado.
LP: El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania advirtió que abrir el turismo demasiado pronto podría provocar un brote del virus. ¿Qué opina?
ZP: Una de las lecciones de esta crisis es que los pasos de reapertura requieren cooperación internacional, lo que muestra el grado de interdependencia que hay entre países. El levantamiento de las restricciones de viaje debe llevarse a cabo en el momento adecuado, y de manera responsable. Este proceso debe contar con la participación del sector turístico, los sistemas de salud pública y con el apoyo internacional que se requiera. La coordinación entre estas tres entidades nos hará más fuertes. El turismo como sector siempre ha puesto en primer lugar el bienestar de la gente.
La OMT confía en que los gobiernos continúen siguiendo las recomendaciones en materia de salud pública y encuentren el equilibrio entre garantizar el bienestar y la seguridad del viajero, y el estímulo de los muchos beneficios sociales y económicos que el turismo aporta.
LP: Usted dijo recientemente que “las palabras por sí solas no salvarán el empleo”. ¿Qué medidas aconseja la OMT que adopten los países de cara a impulsar la recuperación del sector?
ZP: Nuestro mensaje desde el principio ha sido que el turismo puede liderar la recuperación, pero solo si el sector recibe un apoyo firme, no solo palabras. Recientemente publicamos las Recomendaciones de la OMT para la Recuperación de Turismo con el fin de ayudar a los gobiernos y al sector privado a mitigar el impacto de COVID-19 y acelerar la recuperación.
A corto plazo, los gobiernos y las organizaciones internacionales deben comprometerse a proteger los empleos y negocios turísticos; incluyendo las PYME que representan hasta el 80% del sector. Brindar liquidez en este difícil periodo respaldaría a millones de trabajadores. Además, la revisión y actualización de políticas y medidas fiscales vinculadas al turismo garantizará que nuestro sector se fortalezca y esté mejor preparado para liderar la recuperación en otros ámbitos.
LP: Esta crisis tendrá un considerable impacto en los bolsillos de los viajeros. ¿Cómo puede la industria volver a ponerse en pie en mitad de lo que probablemente será una débil demanda resultante de la recesión global?
ZP: Tal y como hemos visto en otras crisis, nuestra industria se ha adaptado bien a las nuevas circunstancias. Una de las razones de esta capacidad de recuperación es que la gente quiere viajar. El otro ingrediente para acelerar el restablecimiento del sector es la confianza. La confianza es la nueva moneda.
Para que la gente vuelva a viajar se tiene que sentir segura. Y para conseguirlo necesitamos que los gobiernos y los sectores público y privado se coordinen y trabajen al unísono con el objetivo de aumentar la confianza del consumidor.
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LP: Como estamos viendo en China, y una vez que se relajen las medidas para frenar la pandemia, ¿puede ser el turismo doméstico la salvación del sector?
ZP: Esperamos que el turismo nacional empiece a despertar antes de que lo haga el proveniente de otros países. Esto dará un respiro a toda la gente que depende de este sector para subsistir. El turismo interno puede ser particularmente beneficioso en las zonas rurales, ya que proporciona empleos y oportunidades incluso para los jóvenes. Al mismo tiempo, debemos garantizar que el turismo internacional regrese lo antes posible.
No nos olvidemos que el turismo es un importante pilar de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Cuanto más tiempo esté parado el mundo, mayor será el riesgo de que nos quedemos atrás.
LP: ¿Puede que la pausa generada por el COVID-19 suponga una oportunidad para abordar algunas de las deficiencias del sector, tales como su impacto medioambiental y el fenómeno del sobreturismo en algunas ciudades?
ZP: Como sector el turismo se enfrenta a varios desafíos importantes, incluido su impacto ambiental, la sostenibilidad y la garantía de que el flujo de turistas se gestione bien en los destinos más populares. Ya se ha avanzado mucho en todas estas áreas. Por ejemplo, la OMT ha liderado los esfuerzos mundiales para hacer que el turismo, incluido el transporte, sea más sostenible. Pero no cabe duda de que esta crisis representa una oportunidad única para replantearnos hacia dónde queremos ir como sector.
Los viajes sostenibles ya no deben verse como un nicho de mercado sino como un principio impulsor de la industria del turismo.
LP: ¿Ha cambiado para siempre la forma en que viajamos?
ZP: El turismo del próximo año, así como el de dentro de 10 años, puede ser muy diferente – aunque su esencia seguirá siendo la misma. El turismo es el sector económico por excelencia de contacto entre personas. Se trata de buscar nuevas experiencias y construir nuevas conexiones entre la gente.