Anne Carson, nuevo premio de las letras Princesa de Asturias 2020

En medio de una ceremonia atípica y solemne, la poeta, ensayista, novelista, académica y traductora, ganó la escultura de Joan Miró, símbolo representativo del galardón, pero esta vez no estuvo presente en la ceremonia.

El momento quedará en la memoria histórica del mundo de las letras, por primera vez la entrega XL del premio Princesa de Asturias, tuvo como telón diecisiete pantallas en simultáneo en las que hicieron presencia los jurados que escucharon atentos la lectura del acta en la que se resaltó el trabajo de la escritora pero ella nunca apareció. La entrega fue simbólica.

Una vez finalizó la transmisión de sólo diez minutos, los medios de comunicación del mundo, fueron los encargados de resaltar el valor del galardón a la escritora canadiense, que como explica el poeta español y crítico Diego Doncel, Carson es la voz poética de una mujer capaz de seducir a lectores de todo el mundo y “llegar de una forma muy profunda a la poesía en español de América y España”.

“Su obra mantiene un compromiso con la emoción y el pensamiento, con el estudio de la tradición y la presencia renovada de las Humanidades como una manera de alcanzar mejor conciencia de nuestro tiempo”, afirmó Santiago Muñoz Machado presidente del Jurado y académico, director de la Real Academia Española.

En los distintos ámbitos de su escritura, Anne Carson ha alcanzado unas cotas de intensidad y solvencia intelectual que la sitúan entre los escritores más destacados del presente. Para ella es más sencillo que eso, no le gusta hablar de si misma, humilde, adusta y esquiva, prefiere destacar que escribe en tres escritorios repartidos en diferentes rincones de su casa y que su poesía “siempre tiene un fundamento que se asoma a la realidad para rescatar las historias que verdaderamente son memorables”.

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Carson es, a juicio de la crítica, una de las escritoras más exquisitas y eruditas de la literatura contemporánea, además de autora de una obra hipnótica, en la que fusiona estilos, referencias, formatos, y apuesta por lo híbrido entre lo grecolatino, lo medieval y lo contemporáneo, un mezcla compleja y diferencial, por eso su éxito.

Para ella la traducción y la creación son términos sinónimos. Ha afirmado: “Si supiera qué es la poesía no tendría necesidad de escribir. Es algo que busco a tientas en la oscuridad”. Así ha ido creando un mundo exquisito, un collage entre poesía, disertación, ensayo y drama, con aportaciones incluso a veces de ópera.

No le gusta hablar de si misma, ni del total de publicaciones que sólo en libros suman más de 20 desde el primero escrito en 1986, en ese momento ya tenia 42 años. Es su carácter de intelectual humilde el que le niega hablar de sus éxitos porque prefiere dejarle la investigación a los demás y tan sólo decir que: “no es necesario explicar cuantos libros he escrito, para mi, más es menos”, afirmó en una entrevista de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires en 2018.

Una descripción acertada y exacta es la que hace Diego Doncel en un escrito sobre ella en ABC España al explicar que ”sus poemas, su literatura, tienen tanto de conocimiento, de indagación y de crítica. En ellos mezcla el lenguaje elevado y el coloquial, la reflexión y la sensación más cotidiana. Pero sobre todo son sobrios y retratan la enorme precariedad en la que se vive y en la que viven sus personajes”.