Yungas del noroeste argentino: reserva de biodiversidad y de agua
Reciben el nombre de Yungas las selvas de montaña del noroeste de Argentina, una continuación de los bosques nublados de Colombia y Venezuela.
La Yungas o selvas nubladas de Argentina son una reserva de biodiversidad en la región. / Foto: Gonzalo Martínez
LatinAmerican Post | Jorgue Guasp
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Características y distribución de las Yungas
De acuerdo con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET) de Argentina, “la selva de las Yungas es una ecorregión que abarca desde el departamento de Santa Cruz en Bolivia hasta la provincia de Catamarca en el norte de Argentina, que se caracteriza por ser una selva nublada, producto de la orografía de los Andes” (Yungas, el tesoro verde). En efecto, las Yungas se forman gracias a las lluvias orográficas de verano, cuando las masas húmedas (provenientes del Atlántico) se elevan por contacto con las sierras subandinas y pampeanas, y con la cordillera oriental, en sus faldeos orientados hacia el Este.
El Sistema de Información de Biodiversidad (SIB) de la Administración de Parques Nacionales de Argentina, consigna que, en las Yungas, “Las altitudes varían entre los 400 y 3.000 m. La precipitación anual es del orden de 900 a 1.000 mm, alcanzando en algunos parajes 1.300 mm. Las lluvias son preferentemente de verano o se concentran a lo largo de 5 a 6 meses. Durante los meses más fríos, la condensación y captación del agua de las neblinas que caracteriza a estas selvas nubladas, concurren a compensar en parte la ausencia de lluvias. La estructura montañosa y la marcada pluviosidad en las laderas orientales, generan una red fluvial bastante organizada”.
Estas selvas de montaña, una de las ecorregiones más biodiversas de Argentina (junto con la selva misionera o paranaense), se destacan por presentar varios pisos o estratos de vegetación, configurados en función de la altitud sobre el nivel del mar.
La variación altitudinal da origen a diferentes estratos de vegetación
El informe Reserva de la Biósfera de las Yungas, (Fundación ProYungas, 2010), describe los pisos altitudinales de vegetación de estas selvas:
- Pastizal de Neblina: 2400–3500 msnm; cumbres de los cerros, pastizales con árboles aislados de queñoa; altas precipitaciones pluviales y frecuentes neblinas. Principales disturbios: fuego y sobrepastoreo
- Bosque Montano: 1500–3000 msnm; limita con los “pastizales de neblina”; fuertes precipitaciones pluviales y muy frecuentes neblinas; bosques en distintos estadios de recuperación por efecto del fuego. Principales disturbios: fuego y sobrepastoreo.
- Selva Montana: 700–1500 msnm; laderas de las montañas; franja altitudinal de máximas precipitaciones pluviales. Principales disturbios: deslizamientos de laderas.
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Selva Pedemontana: 400–700 msnm; en el pedemonte y serranías de escasa altitud. Transformada en gran medida en áreas de agricultura intensiva, principalmente caña de azúcar y soja. Principales disturbios: incendios forestales, erosión de márgenes de arroyos y ríos causados por sus divagantes cursos meandrosos, típicos del pedemonte.
Áreas naturales que protegen la ecorregión de las Yungas
Según el mencionado SIB, la ecorregión de las Yungas tiene, en Argentina, una Superficie de 4.780.677 ha, con 268.164 ha en áreas protegidas nacionales: los Parques Nacionales Baritú, Calilegua, El Rey, Aconquija y Los Cardones, y las Reservas Nacionales El Nogalar de los Toldos y Pizarro.
El Informe final realizado en 2011 por la Lic. Amélie Le Ster, para la Beca de Jóvenes Científicos de la UNESCO, expone que “la Reserva de Biosfera de las Yungas fue declarada en 2002 por el Programa MAB (Man and Biosphere) de la UNESCO, con el fin de preservar una porción de las selvas de montaña llamadas Yungas en el Noroeste Argentino, también denominadas selva tucumanoboliviana o selva tucumano-oranense”.
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Dicha investigación agrega que “la Reserva de Biósfera de las Yungas se caracterizada por ser trans-provincial, incluyendo territorio de las provincias de Jujuy (30%) y Salta (70%) con una superficie de aproximadamente 1.350.000 ha, entre los 300 m y 5.000 m de altitud, siendo una de las más grandes de Argentina”.
Fragmentación del hábitat y amenazas
“Además del proceso de infraestructura, corta irracional del bosque e impacto negativo del ganado sobre la regeneración natural, han incidido factores externos para generar y mantener la total anarquía en la explotación forestal, bien llamada así porque nunca fue un aprovechamiento (Selva de Yungas del Noroeste Argentino –Jujuy, Salta, Tucumán-, Recuperación Ambiental y Productiva, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).
“En esta región se observa un intenso proceso de fragmentación y degradación de bosques por el reemplazo de estos por parte de la agricultura y por aprovechamiento selectivo de especies forestales valiosas. En el sur de la provincia de Salta, el uso tradicional de la tierra produce una apariencia de mosaico o parches de diferentes estados sucesionales” (Análisis de la Fragmentación y la Estructura del Paisaje en Bosques Nativos del Norte Argentino, Avances en Energías Renovables y Medio Ambiente Vol. 16, 2012).
Las Yungas son refugio de especies en peligro como el tapir y el yaguareté
Esta selva no solo atesora árboles de gran valor, y proporciona beneficios ambientales para la población; también es el hogar de animales emblemáticos como el tapir (especie vulnerable, con tendencia poblacional decreciente según la UICN), y el yaguareté (declarado Monumento Natural Nacional en Argentina por Ley 25.463 de 2001). En consecuencia, la conservación de los fragmentos remanentes de las Yungas, que alguna vez constituyeron un continuo boscoso, resulta esencial para el futuro de la enorme biodiversidad que alberga esta ecorregión.