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Todas las expansiones de World of Warcraft, analizadas de peor a mejor

Ante la salida de la futura expansión de este MMORPG, decidimos analizar todas las anteriores para encontrar la más exitosa.

Fotograma del tráiler del videojuego 'World of Warcraft: Legion'

Te contamos resultados son las expansiones de este exitoso juego en línea. / Foto: YT / World of Warcraft

LatinAmerican Post | Ariel Cipolla

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World of Warcraft continúa siendo el videojuego de rol multijugador masivo en línea más importante de todos los tiempos. Lo habíamos podido ver hace poco, cuando la compañía sacó su versión Classic, donde se podían rememorar sus más de 15 años de trayectoria. Ese movimiento le permitió, según la web de JuegosADN, lograr una “nueva primavera”.

Sin embargo, eso no significa que su historia original no continúe expandiéndose. De acuerdo con la web de IGN, el futuro contenido del juego, conocido como Shadowlands, llegará a PC el 27 de octubre. Ante este panorama, decidimos analizar todas las expansiones de World of Warcraft hasta la fecha, analizándolas de peor a mejor.

World of Warcraft: Warlords of Draenor (2014)

No se trata de un mal contenido, pero sí de uno que no estuvo a la altura de las expectativas. La web de Hobbyconsolas destacó que “técnicamente sigue sin evolucionar”, dado que cuenta con misiones repetitivas.

Es decir, la fórmula evidenciaba algunos signos de agotamiento, a pesar de tener algunas cuestiones interesantes, como la historia de Draenor, los viajes a través del tiempo y el nivel 100 máximo.

World of Warcraft: Cataclysm (2010)

Una de las más disruptivas de todas. Se trató de la tercera expansión de la franquicia, la cual modificó, para bien o para mal, muchas de las cosas que se habían visto antes. Es decir, funcionó como una especie de “renovación” para la saga.

Tal y como destaca el medio ZonaRed, la idea era básica: el cataclismo crea un nuevo mundo. Esto implica destrucción, cambios en las zonas clásicas, dos nuevas razas (Worgen y goblin), e incluso rediseño de las capitales. A pesar de que estas modificaciones fueron buenas, el hecho de sumar solo 5 niveles y tener un villano poco destacable lo ponen en este puesto.

World of Warcraft: Battle for Azeroth (2018)

Los tambores de guerra suenan… y prometen mucho. Se trata de la última de todas, que planteaba una lucha entre la Horda y la Alianza a gran escala. De acuerdo con lo que informa la web de NaviGames, se trata de una expansión que “ha conseguido no decepcionar”, es decir, a diferencia de las demás, se convierte en una digna continuación de la saga.

Se trata de un regreso a lugares comunes y zonas que ya conocemos, invitando a la exploración y al enfrentamiento. Además, las nuevas zonas son realmente impecables, con diseños que supusieron un antes y un después dentro del título, aunque también se hubieran agradecido nuevas modificaciones en las mecánicas de lucha.

World of Warcraft: Mist of Pandaria (2012)

Una de las más controversiales, ya que muchos usuarios no lograron comprenderla. El gran problema de esta entrega es, justamente, dar un respiro a los usuarios. El nuevo continente estaba fuertemente inspirado en la cultura asiática, demostrándonos que, además del frenetismo de las peleas, también podíamos relajarnos con sus bellos y enormes paisajes.

La incursión de una nueva raza “neutral”, con rasgos de pandas, tampoco agradó a muchos fanáticos, a pesar de tener un genial diseño. Sin embargo, paradójicamente, las mazmorras han sido de las más alabadas por los jugadores, según menciona la web especializada de Eurogamer. Por ende, se trata de un genial contenido expandido, pero que tuvo que luchar contra las expectativas y el enorme legado que llevaba.

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World of Warcraft: Legion (2016)

El medio VidaExtra la catalogó como “una nueva esperanza para el MMORPG de Blizzard”. En este caso, ocurrió todo lo contrario a las anteriores: las expectativas eran bajas, debido a una serie de mala decisiones por parte de la compañía. Entonces, casi nadie esperaba que fuese una buena expansión… aunque fue al revés.

El épico viaje hacia un nuevo continente, donde también podemos rememorar historias pasadas, implica un nuevo cambio de sistema: la Horda y la Alianza deberán luchar en conjunto para vencer a las fuerzas del mal. Además, la incorporación de la clase Cazadores de Demonios también fue muy bien recibida, mientras que las nuevas zonas también eran exquisitas.

World of Warcraft: The Burning Crusade (2007)

La primera expansión de este juego, y también una de las más icónicas. La página gamer de Malditos Nerds mencionó que esta entrega incluyó “un montón de contenido”, como dos nuevas razas esenciales (los draenei y los elfos de sangre) o un nuevo continente, conocido como Terrallende.

Expandiendo el nivel máximo hasta el 70, todos los jugadores querían enfrentar al gran enemigo de esta ocasión: Illidan Tempestira. Por lo tanto, fue un enorme paso para la evolución del juego, que después sería perfeccionado con su siguiente contenido.

World of Warcraft: Wrath of the Lich King (2008)

El punto máximo de toda esta historia. Luego de la anterior entrega, la vara estaba extremadamente alta… pero supieron elevar el listón. En este caso, trajeron a uno de los personajes más icónicos de todo el lore del juego: Arthas Menethil, luego convertido en el infame Rey Exánime.

De acuerdo con la web de Vandal, se trató de una “aventura más épica”, que logra contentar a los aficionados a la saga, incluyendo la nueva clase de los Caballeros de la muerte y un precioso y diverso continente, conocido como Rasganorte. La historia es alucinante, y logra atrapar a todos los fanáticos que buscaban quitar a la plaga del mundo. ¿Lograrán el mismo éxito con la futura Shadowlands?

 

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