¿Estamos cada vez más cerca de una revolución de las energías limpias?
La AIE hace una llamado para renunciar a la industria petrolera, de gas y de carbón.
Recientemente la Agencia Internacional de Energía (AIE) dio a conocer su hoja de ruta al 2050, en donde dio un giro de 180 ° a su visión a futuro de la industria de la energía. Foto: Pixabay
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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Recientemente la Agencia Internacional de Energía (AIE) dio a conocer su hoja de ruta al 2050, en donde dio un giro de 180° a su visión a futuro de la industria de la energía. A partir de un mensaje en donde se pide renunciar a la inversión en nuevos proyectos de la industria petrolera, la AIE deja claros sus compromisos con un desarrollo sostenible y amigable con el medio ambiente.
Según el informe, de los proyectos energéticos que hay aprobados en lo que va del 2021 la "previsión no contempla ningún nuevo sitio petrolero o de gas con fines de desarrollo". Además, la AIE busca que en las próximas tres décadas se reviertan por completo las consecuencias y problemas que trae consigo el uso de los combustibles fósiles. Se espera que, entonces, que la energía proveniente de los combustibles fósiles pase a significar tan solo un quinto del total de energías utilizadas en el mundo.
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Para Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, la meta es que en el 2050 se lleguen a las cero emisiones netas, y afirma que si bien es una meta ajustada, es alcanzable. Asimismo declaró que es "quizá, el mayor desafío que la humanidad haya enfrentado". En ese orden de ideas, la hoja de ruta plantea acciones prioritarias que, si son ejecutadas hoy, garantizarán alcanzar dicha meta para el 2050. Son alrededor de 400 acciones las que plantea este documento, pero la más importante es la de la no inversión a proyectos de combustibles fósiles.
¿Cómo afectaría esto mi diario vivir?
La hoja de ruta que propone la AIE es un respiro para las organizaciones medio ambientales alrededor del mundo, pues esta es la entidad encargada de regular y controlar las políticas energéticas de los Estados que hacen parte de ella. Esto implica, no solo que las grandes organizaciones internacionales y anexadas a las industria de energías no limpias están prestándole atención a la necesidad de alinearse a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y al Acuerdo de París, sino que también los Estados miembros de la Agencia estarán unificados, lo que implica que las acciones que se tomen tendrán más sentido y, por lo tanto, más efectividad.
Ahora, cómo esto pueda afectar la vida personal, se tardará un tiempo en evidenciar, porque si bien desde ya se están aplicando ciertas acciones propuestas, otras están proyectadas para desarrollarse en cuestión de años. Por ejemplo, se espera que para 2035 se dejen de vender autos nuevos con motor de combustión.
Asimismo, hay que tener en cuenta que si bien se esperan que no hayan proyectos petroleros o de gas que sean aprobados, esto se refiere a los nuevos, es decir no se prohíben los ya existentes. Por lo tanto, el cambio de paradigma se prevé que sea lento, teniendo en cuenta que los países tendrían que invertir una gran cantidad de dinero no solo en nuevos proyectos de energías limpias y renovables (que por supuesto ya se está haciendo alrededor de todo el mundo), sino también en una infraestructura que va desde los sistemas eléctricos públicos hasta los privados.
Basta con pensar que si se desea tener un carro eléctrico es necesario adecuar el sistema eléctrico de la casa para poder hacer correcto uso de este. Ahora, hay que pensar que en este caso no solo se adecuarían los sistemas eléctricos de los hogares, sino que, al tratarse de un vuelco hacia las energías limpias y renovables, los centros de abastecimiento de energía también deben adecuarse.
¿Estamos a las puertas de un mundo diferente?
Este cambio no solo supondría un cambio a nivel estructural muy grande, sino también una esperanza para la lucha medio ambiental que se está llevando desde distintos sectores a raíz de las crisis ambientales que estamos atravesando. Teniendo en cuenta que la crisis de contaminación y la climática tienen gran parte de su origen en el uso de combustibles fósiles, este cambio es propone una solución desde la raíz, es decir, una solución que no solo son pañitos de agua tibia, sino que en efecto tendría un resultado más que positivo.