Viejos: la nueva película de Gael García que incursiona en el horror filosófico

Hablar de M. Night Shyamalan es hacer referencia a uno de los directores de moda de los últimos años. Popularmente conocido por la trilogía de El Protegido (que incluye Split y Glass) o El sexto sentido, la mayoría de sus películas, que abordan el género del suspenso, tienen un ritmo envidiable.

Inspirada en la novela gráfica Sandcastle, de Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy, Viejos se trata de un filme protagonizado por Gael García Bernal, Thomasin Mckenzie, Elisa Scanlen y Alex Wolff, entre otros, donde se toca un tema que es común en todas sus obras: la tristeza.

El director se pone más existencialista que nunca y se pregunta sobre el paso del tiempo hasta el punto de que la película logra impactar a los espectadores desde un horror filosófico que nos pone a reflexionar sobre la soledad y la tristeza.

Viejos, de Shyamalan

Esta es una familia que se encuentra de vacaciones en una playa paradisíaca, pero empieza a percibir que existen alteraciones temporales. Por lo tanto, aquí surge un primer contraste interesante para la obra del cineasta. Es decir, lo que debería ser un viaje de relajación, rápidamente se transforma en una experiencia paranormal.

La historia está basada en la novela gráfica de Sandcastle, varios hombres y mujeres que se quedan atrapados en una playa remota, algo que los hace envejecer rápidamente. Es importante decir que está basada, pero eso no significa que se respete el guion original. Por el contrario, solamente es una leve inspiración.

En cierto sentido, los espectadores encontrarán ciertas semejanzas con la icónica serie Lost, especialmente en sus primeras temporadas. Esto ocurre porque los personajes, varados en una misteriosa isla, no solamente se preguntaban por los enigmas del lugar, sino también que se hacía mucho hincapié en el pasado de cada uno de ellos.

Sin embargo, Viejos busca diferenciarse rápidamente de todas estas obras. Con un estilo mucho más fantasioso, las huellas del director están absolutamente presentes hasta el punto de presentar a personajes que enfrentan situaciones sobrenaturales sin ninguna explicación.

El trabajo de montaje es exquisito pues todos los saltos temporales están perfectamente construidos y no se genera ningún tipo de contradicción en relación con ellos. Incluso, en cierto sentido, podría decirse que el propio montaje y ambientación la hacen parecer una película “de clase B”, algo que le sienta bien para lograr su propio tono.

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Shyamalan trata de ponerse del lado de los espectadores para responder todas las incógnitas que se harían en esa misma situación. ¿Qué es lo que ocurre en la isla? ¿Por qué sucede? ¿Existe alguna forma de salir de allí? ¿Por qué esto les toca a nuestros protagonistas? Para alegría de los todos, las respuestas se responden satisfactoriamente.

En sus 109 minutos, el filme genera todo tipo de sorpresas y revelaciones. Sin embargo, una de las claves parece estar en que los protagonistas atraviesan miedos existenciales sobre el paso del tiempo. Con un guion completamente sólido, logramos sentir empatía por los personajes (pese a lo irreal que resultaría esa situación) y nos preguntamos sobre el sentido de nuestra propia vida.

Esta situación genera que Viejos se transforme en una película única desde su propio tono y género, pues no busca ser un filme de horror, sino que su propia concepción filosófica y fantasiosa nos hace reflexionar sobre nuestra propia humanidad. Algo que, como imaginamos, siempre nos hace pensar en la muerte y todos los miedos que ello conlleva.

Es perfecta para las personas que aman las situaciones alocadas y los enigmas con respuestas. ¡No te la pierdas!