¿Qué pasa con el río Paraná y por qué debería importarte?
El segundo río más grande de Latinoamérica se está secando, poniendo en riesgo los ecosistemas y la economía de la región.
Actualmente, este importante afluente está en peligro, pues vive una de las sequías más largas en los últimos 70 años. Foto: Wikimedia-Falk2
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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Read in english: What is happening to the Paraná River and why should you care about it?
El río Paraná es, después del Amazonas, el segundo río mas grande Latinoamérica y recorre los países de Brasil, Paraguay y Argentina. Actualmente, este importante afluente está en peligro, pues vive una de las sequías más largas en los últimos 70 años debido a distintos factores como el cambio climático y la negligencia ante la crisis ambiental por parte de lo gobiernos y los ciudadanos. Como consecuencia, no solo los ecosistemas se ven afectados, sino que también la economía de una región que depende en gran medida de los recursos que ofrece el río.
¿Por qué debería importarte que el Paraná se esté secando?
No es un secreto que la crisis climática, y en consecuencia la crisis ambiental, es una de las problemáticas más recurrentes y tratadas en las últimas décadas. Sin embargo, la mirada general que hay hacia este tema muchas veces está permeada por escepticismo y ajenidad. Por su parte, Latinoamérica es una de las regiones que se ha visto y se seguirá viendo más afectada por las consecuencias ambientales, económicas y sociales que trae consigo el cambio climático, a pesar de no ser la región que más aporte a este. Ante esto, nos encontramos con unos líderes regionales que poco o nada han hecho para apoyar la mitigación de la crisis ambiental, además de encontrarnos con un presidente negacionista del cambio climático en la región más importante en cuanto a biodiversidad se trata: Brasil.
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Esta negación y escepticismo viene acompañada, en la mayoría de ocasiones, de intereses económicos y políticos muy claros. La lucha contra la crisis ambiental propone cambiar los patrones de consumo, lo que significa que haya una menor cantidad de extracción de recursos naturales. Esta reducción afecta directamente a las industrias, pues tendrían que cambiar sus modelos de producción por unos más sostenibles. Acá, el lobby es el mayor enemigo, pues las empresas, negadas a ese cambio, hacen uso de favores políticos para poder continuar con sus actividades ya sea de manera legal o ilegal.
Pero estas actividades de extracción masiva e irresponsable de recursos naturales generan consecuencias, pues en la medida en la que se acaban los recursos, se acaban las posibilidades económicas que tienen las pequeñas comunidades que viven el día a día a partir de dichos recursos. Esto solo es cuestión de tiempo. Los recursos se están acabando, los ríos se están secando.
¿Qué pasa en Latinoamérica?
Una de las más problemáticas, por ejemplo, es la deforestación. Latinoamérica actualmente ocupa el primer puesto de mayor deforestación a nivel global. La selva amazónica ubicada en Brasil es la que más está siendo afectada por esto, debido a la ganadería legal e ilegal. De hecho, esta deforestación en el gigante sudamericano es una de las causas para que el Paraná se esté secando. En la medida en la que hay menos árboles, los niveles de humedad también bajan. Esto, acompañado de temporadas de sequía y de altos niveles de contaminación debido a la minería da como resultado que el río Paraná esté casi seco, que la pesca artesanal se vea troncada, que los barcos queden atascados por los bajos niveles de agua, que los paisajes de los ecosistemas cambien, que las especies se vean en peligro y que, eventualmente, los habitantes que se abastecen del río se queden sin entradas económicas.
Si esto está pasando con el segundo río más grande de Latinoamérica, ¿cuánto tiempo le queda a otros ríos importante para la región? ¿Cuánto tiempo le queda a, por ejemplo, el río Amazonas? Las sequías son procesos naturales, pero en este caso, una sequía de 40 años pone en riesgo tanto a los ecosistemas como la vida misma de los seres humanos. Esta misma carencia de lluvias que ahora está estremeciendo a un río que recorre los tres países ya mencionados, pone entre la espada y la pared a ríos como el río Grande, el São Francisco, el Orinoco, entre otros.
¿Qué hay por hacer?
Exigir a los gobiernos regulaciones y consecuencias penales para quienes las incumplan es vital para mantener a estos ecosistemas protegidos. Asimismo, la protección a las personas que los protegen es de suma importancia, pues son ellos quienes están poniendo su vida en riesgo todos los días para cuidar un futuro que muchos de nosotros creemos tener asegurado.
Igualmente, apoyar a las pequeñas comunidades a partir del turismo responsable y a partir de la compra de sus productos, puede ser un gran paso para desde lo individual para ayudar a conservar y mantener vivas estas afluentes.
Sobre todo, es muy importante entender que si hoy mismo cuidamos de los recursos, estaremos cuidando de un futuro menos incierto para nuestro planeta y nuestra especie.