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La crisis migratoria de haitianos impactará a América Latina

Impactantes fotos de cerca de 14.000 migrantes por la crisis migratoria de haitianos cruzando el Río Grande hacia México, después de ser confrontados en Texas por agentes fronterizos a caballo, han recorrido el mundo generando preocupación..

Migrantes haitianos caminando a través del Rio Grande

La crisis con los haitianos se ha convertido en un talón de Aquiles del nuevo gobierno Biden, que lo ha hecho blanco de críticas. Foto: TW-CBSNews

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramirez Ramos

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Haití es un país con 11,2 millones de habitantes. Es considerado el país más pobre de América y ha estado sumergido en una crisis social, económica y política por muchos años. Se trata de una crisis que no parece tener un fin cercano y que ha obligado a miles de sus habitantes a migrar en busca de países que les brinden asilo y mejores oportunidades. Estados Unidos es el destino que más atractivo resulta para los migrantes, que en medio de la desesperación, recorren países enteros a pie, con niños en brazos, para intentar ser recibidos allí.

A pesar de que las promesas del gobierno Biden apuntaban a cambiar las políticas migratorias de Trump, reconocidas por su brutalidad y racismo, la crisis con los haitianos se ha convertido en un talón de Aquiles del nuevo gobierno, que lo ha hecho blanco de críticas. El 17 de septiembre, más de 50 legisladores demócratas, bajo el liderazgo de las Representantes Ayanna Pressley de Massachusetts y Nydia Velázquez de Nueva York, firmaron una carta solicitando al Departamento de Seguridad Nacional y al Departamento de Salud y Servicios Humanos detener la deportación de haitianos.

Uno de los aspectos más controversiales de la deportación de los haitianos es el mecanismo que ha usado el Departamento de Seguridad Nacional para su expulsión. Han invocado una ley de salud pública por la COVID-19, conocida como Título 42, que el gobierno Trump invocó en el 2020 para prácticamente sellar las fronteras, para detener la entrada de los haitianos y enviarlos de vuelta a su patria. 

De esta forma se les niega a las personas la oportunidad de solicitar asilo en Estados Unidos, a pesar de que el 22 de mayo, hace apenas 4 meses, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció una nueva designación de Haití por 18 meses para el Estatus de Protección Temporal (TPS). “Después de una cuidadosa consideración, determinamos que debemos hacer todo lo posible para apoyar a los ciudadanos haitianos en los Estados Unidos hasta que las condiciones en Haití mejoren para que puedan regresar a sus hogares de manera segura”, expresó Mayorkas en ese entonces. 

Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional Estados Unidos, ha manifestado que “el compromiso con las protecciones humanitarias para refugiados y solicitantes de asilo es un fracaso lamentable”. Esta organización, pide a la administración Biden que admita al menos 200.000 refugiados este año y mantenga su compromiso legal y moral de permitir que las personas soliciten asilo en el país.

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¿Qué le espera a América Latina?

El fenómeno de los grandes flujos migratorios de haitianos, no ha impactado solamente a Estados Unidos. Evidentemente, por la cercanía geográfica, México ha sido impactado por esta crisis, no solo como un país de paso, sino como una alternativa para establecerse. Ante la negativa de Estados Unidos de recibir a los más de 14.000 haitianos en los últimos días, y devolverlos en vuelos a su país, la migración hacia Sudamérica con seguridad se verá incrementada. 

La crisis ocasionada por la COVID-19, los fenómenos naturales que afectan al país y el reciente magnicidio del presidente de Haití, en el que está involucrado un grupo de colombianos, ha llevado a la isla a unos niveles máximos de pobreza e incertidumbre política.

No obstante, la diáspora de los haitianos lleva más de una década sucediendo, desde el terremoto de 2010, cuando muchos huyeron hacia Sudamérica. Después de las crisis de empleo, salud, seguridad y economía que se están viviendo en el sur del continente como efecto de la pandemia, estos movimientos migratorios se han reactivado. Jean Négot Bonheur Delva, coordinador de la Oficina Nacional de Migración de Haití, expresó a la agencia EFE que los migrantes de la crisis del Río Grande "son personas que han intentado entrar en Estados Unidos a través de sus fronteras con México. Se trata de personas que vivían en Chile, México, Panamá y Brasil en particular".

Colombia y Panamá, en los últimos años, se han convertido en países de paso de los flujos migratorios de haitianos que recorren el Urabá y las selvas del Darién para migrar hacia el norte. No obstante, son países que tampoco han estado preparados para brindar las garantías de protección a los derechos humanos de los migrantes.

Ante esta perspectiva de inestabilidad, la lógica indica que los países latinoamericanos deben prepararse para recibir los movimientos migratorios de haitianos. Los gobiernos deben tener planes para cumplir con las garantías humanitarias, pero también para tener un control de estos flujos y prevenir crisis económicas y sociales.

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