Migración en Estados Unidos: incumplimientos de Biden podrían costarle mayoría en el Congreso
Con las elecciones legislativas y de gobernaciones tan cerca, la migración en Estados Unidos empieza a marcar el debate democrático con los republicanos criticando los problemas de Biden y usándolos a su favor.
Foto: Flickr – Gage Skidmore
LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández
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En enero de 2021, Joe Biden asumió como nuevo presidente de los Estados Unidos, con una ventaja clara: tanto el Senado como la Cámara de Representantes de ese país tenían una mayoría demócrata. Esto significaba, por supuesto, que con Biden en La Casa Blanca, tanto el Congreso como el Ejecutivo estarían controlados por los políticos liberales, y por supuesto, esto haría más fácil la gestión del presidente.
Sin embargo, esta situación podría cambiar a finales de 2022, cuando se realicen las elecciones legislativas de “mitad de mandato”, en las que los estadounidenses votarán por los 435 curules de la Cámara de Representantes y una tercera parte del Senado.
Migración, ‘el talón de Aquiles’ de Joe Biden
Aunque Biden ha gozado de un apoyo significativo en el Congreso de la República durante su casi año y medio de mandato, lo cierto es que este ‘favoritismo’ podría venirse abajo si en noviembre de este año los votantes deciden hacer un vuelco en el parlamento y mostrar su confianza a los republicanos.
Pero, ¿por qué podrían los conservadores desbancar a los demócratas en el Congreso? Aunque aún es incierto, lo que se cree es que el tema de la migración al sur de Estados Unidos podría ser, sino la razón más importante, una de las de mayor fuerza para que los ciudadanos muestren su inconformismo con el gobierno de Joe Biden votando en contra de su partido en 2022.
En su primer día a cargo de la Presidencia, Biden anunció una ambiciosa reforma migratoria que abriría el camino para que unos 11 millones de inmigrantes indocumentados se hicieran con la ciudadanía estadounidense, creando una nueva esperanza en esta población; sin embargo, hasta el día de hoy, dicha reforma no ha sido posible, además la crisis migratoria parece no detenerse.
La llegada de Biden al poder representó para muchos la oportunidad de derogar las leyes antimigratorias de Donald Trump, pero tal parece que, aún con la mayoría demócrata en el Congreso, esta no parece ser una realidad viable.
Además, a esta situación se suma la imposibilidad de poder derogar el Título 42, una estrategia impuesta durante la administración de Trump, con la que se ha expulsado a más de 1,8 millones de inmigrantes desde 2020, cuando inició la pandemia por covid-19, según datos oficiales.
Aunque Biden había dicho que el 23 de mayo se levantaría esta medida, con la cual se buscaba contrarrestar al máximo la propagación de la enfermedad en Estados Unidos, los republicanos han hecho hasta lo imposible para que el Título 42 se mantenga y de esta forma “tener a raya” a los migrantes que intentan ingresar al país desde México.
En los últimos días se conoció que líderes del Partido Republicano en 21 estados decidieron intervenir legalmente para impedir que esta medida se derogara, acusando un impacto negativo para territorios como Arizona, Luisiana y Misuri en caso de permitir el ingreso masivo de inmigrantes por el sur del país.
“Lo que diga la corte es lo que haremos. Si dicen que no podemos hacerlo, eso es lo que haremos”, dijo Biden al conocer esta situación, lo que, alivianó un poco las críticas de sus opositores, pero aumentó el inconformismo de una parte demócrata del Senado que, encabezada por Chuck Schumer, ha catalogado la actitud del presidente como una “decepción”.
Por otro lado, la no derogación del Título 42 ha hecho que aún las personas que tenían pensado migrar se sientan cohibidas a hacerlo, especialmente después de que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, les solicitó, en un tono de súplica que no lo hicieran.
“No vengan, porque nuestra frontera sur no está abierta (…) Lo que sucede ahora es que los individuos son expulsados por la autoridad del Título 42 o son puestos bajo procedimientos de la ley de inmigración y se les expulsa si no tienen una petición válida bajo nuestra ley para quedarse”, indicó Mayorkas en conversación con CNN.
De esta forma, Biden empieza a verse afectado por una problemática que lo colocó en la Presidencia de Estados Unidos, a base de promesas y cambios para los indocumentados, pero que aún sigue afectando, no solo a esta población, sino a la que quiere ingresar al país.
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Por último, es importante destacar que este escenario es perfecto para un personaje que, aún tras bambalinas, espera dar el golpe en el momento ideal: Donald Trump. El expresidente derrotado en 2020, tiene claro que el 2024 puede ser el año de retornar al poder, y sabe que la migración, tal como sucedió en 2016, puede ser el quiebre que le ayude a ocupar nuevamente el mando en la Casa Blanca.
Durante los últimos meses Trump no ha dudado en criticar constantemente las políticas migratorias de su sucesor y hacer de Mar-a-lago (su casa de descanso) el fortín republicano, desde el cual dirigió la campaña del nuevo gobernador de Virgina (un estado que había sido tradicionalmente demócrata en los últimos años), Glenn Youngkin, quien ganó este puesto en noviembre de 2021.
Así, con las elecciones legislativas y de más de 30 gobernaciones a la vuelta de la esquina, y una crisis migratoria que deja cientos de miles de expulsados y, en el caso específico de los cubanos, casi 1.500 personas detenidas en los últimos seis meses, lo cierto es que Biden no la tiene nada fácil para mantener su dominio en el Congreso.
El incumplimiento de sus promesas por un lado, y la decepción de sus mismos copartidarios por el otro, podría hacer que los estadounidenses decidan, nuevamente, dar una oportunidad a los republicanos y empezar a acomodar el camino de Donald Trump para las presidenciales de 2024.