Bienestar

COVID-19 y enfermedades autoinmunes, un asunto por investigar

Tras más de dos años desde que aparecieron los primeros brotes de la COVID-19 en el mundo, uno de los aspectos que ha generado mayores incógnitas en la comunidad médica y científica es la relación entre el Sars Cov 2 y las enfermedades autoinmunes (EAS)

Mujer aplicando antibacterial en sus manos

Foto: Freepik

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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Read in english: COVID-19 And Autoimmune Diseases, A Matter To Investigate

El estudio de la COVID-19 y sus variantes ha permitido hacer importantes hallazgos y avances en materia de vacunación y prevención. Sin embargo, a medida que se avanza en la comprensión del virus surgen más preguntas que deben ser investigadas y analizadas por la ciencia. ¿Qué afectaciones tiene para las personas con enfermedades autoinmunes? Es una de las dudas que se han planteado desde la expansión global del virus. No obstante, esta incógnita todavía no ha podido ser resuelta dado que en solo dos años no se han logrado realizar los estudios necesarios para revelar información que resulta ser muy compleja en los pacientes autoinmunes.

Dos de las preocupaciones para la comunidad científica son si el virus puede elevar los índices de mortalidad en las personas con enfermedades autoinmunes y si la vacunación puede influir en la activación de una de estas enfermedades o potenciarlas. 

Para dar respuesta a estas preguntas es necesario conocer la definición de las EAS, según el Instituto Nacional del Cáncer son: “Afecciones por las que el sistema inmunitario del cuerpo ataca los tejidos sanos propios porque los confunde con tejidos ajenos”. La sintomatología es variada y depende del tipo de enfermedad y de cada paciente, estas afecciones auto inmunitarias pueden afectar a un mismo grupo familiar y es más común que estén presentes en mujeres.

¿Qué dicen los estudios de la relación entre coronavirus y autoinmunidad?

En cuanto a la primera interrogante es necesario plantear que se han realizado pocos estudios poblacionales para determinar si la mortalidad puede aumentar en pacientes con EAS gracias a la COVID-19. Lo cierto es que desde la aparición del virus se ha considerado a las personas que presentan afecciones auto inmunitarias como población de alto riesgo.

Sin embargo, un estudio realizado en 2020, publicado en la revista Acta Médica Peruana, observó cerca de 977 pacientes hospitalizados, la mitad de estos tenían EAS y la otra mitad no tenían indicios de alguna enfermedad autoinmune. Del total de las personas analizadas 116 fallecieron,  pero  el estudio determina que las causas de la muerte fueron desarrolladas por sintomatología relacionada con la propia enfermedad de la COVID-19 y no con las comorbilidades que pueden presentar los pacientes con afecciones auto inmunitarias.

Es necesario aclarar que aunque los resultados de este estudio son alentadores, todavía hace falta mucho por investigar sobre la relación entre los índices de mortalidad en pacientes que presentan cuadros clínicos ligados a las EAS.

Sobre la segunda interrogante, hay posiciones diversas sobre la relación entre la vacunación y la aparición de este tipo de enfermedades. Aunque es un tema que se debe seguir investigando, en la mayoría de países no se han implementado medidas para evitar que las personas que presentan EAS suspendan los procesos de vacunación por peligro a aumentar la sintomatología de sus enfermedades. Así mismo, tampoco se ha podido determinar si los biológicos, que han ayudado a reducir los índices de mortalidad y morbilidad, pueden ser detonantes o determinantes para la aparición de una afección auto inmune. El no incluir a pacientes con EAS en los diversos estudios científicos sobre el Covid 19 ha impedido aportar mayor información a estas interrogantes.

Una de las grandes preocupaciones es que las vacunas, que utilizan plataformas de ARN, ADN, virus inactivados o nano partículas proteicas para activar la respuesta inmune del organismo, con el fin de combatir ciertas características del virus y así generar inmunidad; puedan ser desencadenantes de algunas afecciones auto inmunes. Aunque se hayan podido dar casos en los que ciertas personas vacunadas han desarrollado patologías de EAS, como el síndrome de Guillain-Barré, no existen datos concretos que puedan soportar el grado de incidencia de los biológicos en la aparición de estas enfermedades.

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Según el Instituto Nacional de la salud (NIH), se están realizando importantes esfuerzos por  hacer estudios que puedan aportar mayor información sobre este tema. Actualmente se están esperando los primeros datos de una investigación gestada por el COVID-19 Global Rheumatology Alliance en el cual se están observando las reacciones a las vacunas de cerca de 2600 pacientes con EAS.

De igual manera, la investigación “The Vacolup Study” en Francia ha arrojado los siguientes resultados: “Hay datos actualizados de 339 pacientes con lupus eritematoso sistémico. El 49% ha presentado algún efecto secundario tras la primera dosis (81% leve-moderado) y el 49% después de la segunda dosis (79% leve-moderado). Solo un 3% ha presentado un brote de la enfermedad y no se ha producido ningún caso de infección por SARS-CoV-2 en los pacientes vacunados”.

Finalmente, en un estudio del NIH se hace énfasis en que a pesar de la falta de información que hay sobre este tema, los pacientes con EAS pueden seguir recibiendo cualquier tipo de vacuna y no necesitan suspender los tratamientos inmunosupresores que estén teniendo para tratar su afección autoinmune. Sin duda alguna aunque la información es escasa la comunidad científica y médica sigue haciendo grandes esfuerzos por investigar y producir información relacionada con este tema, pese a ello no hay duda alguna de que la vacunación sigue siendo uno de los métodos más eficaces para salvar vidas en casi cualquier tipo de persona con diversos cuadros clínicos. 

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