¿Hasta qué punto hay que respetar la obra original en las adaptaciones?

Cuando se anuncian series o películas adaptadas de otros formatos, como libros, cómics, mangas u otras películas y series, muchas dudas surgen entre los fanáticos. Por un lado, existe la esperanza de que la adaptación se transforme en algo superior a la obra original. Pero, por el otro, los antecedentes indican que la mayoría no han estado a la altura.

Incluso, en muchos casos, las adaptaciones han sido tan malas que son calificadas como “fuera del canon” por parte de la comunidad de fans. ¿Qué significa esto? Fácil: que no forman parte del contenido “original”, si bien las productoras pueden afirmar que, sin importar la recepción del público, continúan siendo canon.

Un ejemplo claro se podrá ver en el futuro, cuando salga "House of the Dragon". La serie precuela de Game of Thrones estará basada en “Fuego y Sangre”, otro libro creado por George R. R. Martin. Y muchos fanáticos se preguntan: ¿ocurrirá el mismo problema que con la cinta original? Pues aquí lo analizamos.

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Los problemas de las adaptaciones a nuevos formatos

Primero: ¿qué ejemplos hay al respecto? Pues la realidad es que muchos. Un ejemplo muy claro ocurrió con la trilogía de secuelas de "Star Wars". Hasta el año 2012, que fue cuando Disney compró la franquicia, la continuación de la saga se había efectuado a través de lo conocido como “Universo Expandido”.

Esto implicaba una serie de cómics que contaban historias posteriores a lo ocurrido en "Star Wars: Episodio VI – El regreso del jedi". Si bien algunas no estaban a la altura de lo que esperaban los fanáticos, el hecho de formar parte de otro formato significaba, de una forma u otra, que era contenido opcional.

El problema ocurrió cuando Disney anunció una nueva trilogía de secuelas y el contenido no pareció estar a la altura de lo esperado. Entonces, una de las principales críticas por parte de los fanáticos es que no fueron adaptaciones de dichos cómics. Es decir, los directores de la cinta, si bien tomaron conceptos, tuvieron 100% libertad creativa.

Incluso, tampoco le preguntaron al creador de la saga, George Lucas, sobre cómo quisiera continuar la historia. En este caso, el hecho de brindarles libertad creativa a la creación de la historia pareció ser la causa del fracaso. Una muestra de ello se vio en la discrepancia narrativa entre los dos directores, que impidió una trama cohesionada.

Sin embargo, no es el único caso. La saga de "Harry Potter" fue un fenómeno literario, pero sus adaptaciones cinematográficas fueron un éxito. No obstante, muchos fanáticos de los libros se quejan intensamente de los cambios ocurridos en la historia, con tramas omitidas, personajes inexistentes o escenas cambiadas radicalmente.

Esto también se puede apreciar en la televisión. Como habíamos comentado anteriormente, "Game of Thrones" fue una gran adaptación televisiva, al menos hasta la temporada 4 cuando la serie igualó a los libros, los directores tuvieron mayores libertades creativas y esto supuso una enorme serie de problemas.

Por ejemplo, la temporada 1 de "Game of Thrones" fue extremadamente fiel a la obra original (el libro). A partir de la temporada 2 y hasta la temporada 4, las bases se mantenían, pero se observaban algunos cambios positivos. Si bien se omitían cosas, en ningún caso suponía un libertinaje creativo, pues había una lógica interna narrativa.

Es en la temporada 5, como habíamos indicado, cuando se empezaron a evidenciar los problemas. Al no respetar la trama oficial de los libros, ya que la habían superado, gran parte de la audiencia consideraba que “no se estaba respetando la esencia de la saga”. Y prueba de ello ocurrió con la última entrega, la más controversial de la historia de las series.

Un ejemplo todavía más claro se ve con el animé. Por ejemplo, la película de "Dragon Ball": "Dragon Ball Evolution", es considerada como una de las peores de la historia del cine. La razón es simple: el director parece jamás haber visto la saga original y tuvo una libre interpretación de lo que hace a Dragon Ball, tanto a nivel estético como narrativo.  

Entonces, ¿qué es lo que deberían hacer los directores en estas adaptaciones? Pues la clave parece estar en alcanzar el equilibrio. Si la adaptación es 100% igual al contenido original, es posible que no exista motivación para consumir algo que ya se vio. No obstante, tampoco hay que modificar los aspectos esenciales.

Un ejemplo ocurrirá con "One Piece", uno de los animés más icónicos de la historia, que tendrá su adaptación live-action en Netflix. Para ello, habría que mantener la personalidad de los personajes y la congruencia de la historia, pero también podrían modificarse algunos detalles de la historia, para darle frescura.

Tú, ¿qué opinas sobre las adaptaciones?