¿Beber alcohol puede tener beneficios para la salud?
Pese a los beneficios del consumo de alcohol que han demostrado algunos estudios, es importante no olvidar sus limitaciones y riesgos.
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LatinAmerican Post | Erika Benitez
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Existen muchos mitos y desinformación frente a los beneficios que pueda tener el consumo moderado de alcohol en la salud humana. Esto ha generado que muchas personas beban con más tranquilidad. A nivel general, las bebidas alcohólicas son perjudiciales. Sin embargo, algunos expertos recomiendan tomarse una copa de vino o una cerveza, siempre y cuando no se caiga en el exceso.
Esta práctica social puede ser un arma de doble filo, pero la diferencia está primordialmente en la cantidad. Según el artículo “Alcohol: Equilibrio de riesgos y beneficios”, publicado por la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, “Beber con moderación parece ser bueno para el corazón y el sistema circulatorio, y probablemente protege contra la diabetes tipo 2 y los cálculos biliares". No obstante, también señala que "El consumo excesivo de alcohol es una de las principales causas de muerte prevenible en la mayoría de los países”.
Así mismo, agrega que consumir grandes cantidades de alcohol puede afectar el hígado y el corazón, dañar al feto en mujeres embarazadas, aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer de mama y otros tipos de cánceres, contribuir a la depresión y la violencia e interferir en general en las relaciones humanas.
Es por esto que, resulta comprensible que para la mayoría de personas sea confuso entender a profundidad los riesgos y a su vez los posibles beneficios del alcohol para su salud. ¿Cuál es la definición de moderado? Es necesario comprender cuál es la cantidad ideal para beber, disfrutando de los beneficios, sin caer en el exceso.
Al respecto, el artículo de Harvard señala que el consumo moderado tiene que ver con un acto de equilibrio. “Beber con moderación se encuentra en el punto en el que los beneficios del alcohol para la salud superan claramente los riesgos”. Para adultos sanos, generalmente significa hasta una copa al día para las mujeres y de 1 a 2 copas máximo diarias para los hombres.
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Beneficios del alcohol: el tipo de bebida y la calidad importan
Más de 100 estudios prospectivos muestran la conexión que existe entre el consumo de alcohol moderado y un menor riesgo de padecer de enfermedad cardiovascular tanto en hombres como en mujeres. Biológica y científicamente, tiene sentido, ya que, al beber cantidades moderadas de bebidas alcohólicas, se elevan los niveles de lipoproteína de alta densidad (colesterol del “bueno” – HDL) y estos niveles altos de HDL, están asociados a una mayor protección contra las enfermedades del corazón, señala la Escuela de Salud de Harvard.
Ahora bien, desde un punto de vista social y psicológico, el alcohol (en dosis moderadas), también genera ciertos beneficios. Por ejemplo, una bebida antes de una comida ayuda a la digestión o una bebida ocasional con amigos favorece los entornos sociales, estos efectos, contribuyen al bienestar y la salud de las personas.
Los estudios resaltan que dichos beneficios tienen que ver también con el tipo de bebida que se consuma. Las bebidas más destacadas son la cerveza y el vino. Sobre este último, la Revista Científica “Molecules”, publicó un estudio en que resalta sus grandes beneficios que tienen los componentes, como los flavonoides, de esta bebida tan popular en todo el mundo. Según la investigación, el consumo de vino tinto ayuda a disminuir la presión arterial en pacientes que sufren de hipertensión. Uno de los principales componentes de las uvas con las que se elabora el vino son los antioxidantes, los cuales reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Otros estudios epidemiológicos han demostrado que consumir de 5 a 7 porciones de verduras y frutas frescas y dos copas de vino al día, pueden aportar al desarrollo de una vida más larga y saludable. Aunque, la comunidad médica recomienda que esta no se consuma en las horas de noche debido a su alto contenido en azúcar.
Otro de los factores determinantes a la hora de analizar los beneficios y los peligros que pueda generar el consumo de alcohol es la edad. Es decir, los riesgos son mayores que los beneficios hasta la mediana edad, cuando las enfermedades cardiovasculares comienzan a representar una parte cada vez mayor de la carga de enfermedad y muerte.
De acuerdo con un estudio publicado por la revista médica británica “The Lancent” sobre la Carga Global de Enfermedades, en el cual se analizaron 22 indicadores de salud para las personas de hasta 40 años, el consumo saludable de alcohol es cero. “Para algunas personas que superan esa edad podrían tener algunos beneficios sobre la salud cardiovascular o la diabetes consumiendo pequeñas cantidades de alcohol diarias, equivalentes a entre una y dos copas de vino”.
Estos beneficios no son una excusa para abusar
Pese a los beneficios mencionados, los riesgos de consumir alcohol siempre deben estar muy presentes. El ingrediente activo de las bebidas alcohólicas es el etanol, su consumo regular puede afectar el estómago, el cerebro, el corazón, la vesícula biliar y el hígado. También altera el estado de ánimo, la concentración y la coordinación, es por esto, que la dependencia a esta sustancia es uno de los problemas de salud pública más comunes.
Dentro de las enfermedades que se pueden desencadenar se encuentra: inflamación del hígado, aumento de la presión arterial y daño del músculo cardíaco, y aparición de varios tipos de cáncer. A nivel social, los problemas con la bebida también afectan a las familias, los amigos y las comunidades de los bebedores. Incluso, puede resultar adictivo para personas con antecedentes familiares de alcoholismo.
En efecto, dada la complejidad de los efectos del alcohol en el cuerpo, la relación entre el consumo moderado de alcohol y la salud es compleja y ha suscitado gran controversia en la comunidad científica. Sin embargo, las advertencias sobre el alcohol están fuera de discusión. Cada persona tiene historias personales, médicas y familiares diferentes, así que, beber o no beber alcohol, especialmente con "fines medicinales", implicará para cada persona un equilibrio cuidadoso de los beneficios y de los riesgos.