¿Por qué no se habla de los 100 muertos del ataque terrorista en Somalia?
Aunque el ataque terrorista en Somalia, que dejó un centenar de fallecidos, es un acontecimiento preocupante a nivel global, ha recibido una escasa cobertura, ¿cuáles son las razones?
Foto: La Sexta
LatinAmerican Post | Luis Ángel Hernández Liborio
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Las primeras planas del mundo (y su equivalente digital) fueron acaparadas por la tragedia en Corea del Sur, donde una estampida humana provocó la muerte de al menos 150 personas durante la noche de Halloween. Al mismo tiempo ocurrieron en Somalia dos atentados que causaron la muerte de 120 personas, hasta ahora, aunque la cobertura mediática ha sido menor ¿a qué se debe este fenómeno?
No comparar tragedias
Primero, es importante aclarar que ninguna tragedia es más o menos importante que otra, es decir, al hablar de las razones por la que se da mayor cobertura a la tragedia en Corea del Sur, por encima de la de Somalia, no se busca comparar el nivel de “tragedia” entre ellas, sino referirse al sesgo comunicativo.
Dos eventos ocurridos con apenas algunas horas de diferencia, uno en Corea del Sur y otro en Somalia, ambos con un resultado trágico: más de un centenar de fallecidos. Sin embargo, los principales medios de comunicación en el mundo enfocaron su maquinaria hacia el ocurrido en Asia, dando apenas un pequeño espacio a lo ocurrido en Somalia y, en algunos casos, ni siquiera se hizo mención. Lo violento de los ataques terroristas en el país africano debería ser una nota principal en el mundo, la brutalidad y el alto número de víctimas debería encender las alarmas para la comunidad internacional, pero la realidad es distinta.
En Corea del Sur es difícil que un evento termine con la muerte de más de 150 personas, es un hecho extraordinario que por sus características atrajo la atención de la prensa internacional. La crudeza de lo ocurrido en Somalia debió haber sido tomada en cuenta por la prensa para dar una cobertura igual de grande que la recibida por el país asiático.
Una de las razones es aún la concepción eurocéntrica (ampliada a Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Australia) que prevalece en los medios de comunicación. Si lo vemos a nivel deportivo y cultural siempre destacan los eventos ocurridos en Europa, Estados Unidos y países desarrollados de Asia y rara vez los de Latinoamérica, África y buena parte de Asia, en este último continente destaca lo logrado por India que tiene una industria cultural potente que logra sostenerse con el consumo local y regional.
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Eventos “cotidianos” en países en desarrollo
El ataque en Somalia se suma a otros ocurridos en los últimos cinco años, el más mortífero sucedió en 2017 cuando un camión estalló provocando la muerte de más de 500 personas, una cifra alarmante en países desarrollados, pero que en países en desarrollo puede pasar desapercibida debido a que se considera parte de su cotidianeidad. Un ejemplo en Latinoamérica es México, donde en el primer semestre de 2022 murieron 15 000 personas en eventos relacionados con el crimen organizado, mientras que en Ucrania la cifra se estima en la mitad, 7 000. En el país norteamericano, al considerarse algo “cotidiano” durante la última década se ha perdido la capacidad de asombro y las noticias pasan desapercibidas, contrario a lo que ocurre en Europa y Estados Unidos.
En cambio, el número de fallecidos en la intervención rusa en Ucrania, así como el número de desplazados ha recibido una cobertura global y reiterada que dista mucho de la recibida por México con sus graves problemas de seguridad. El caso de Somalia es similar, los ataques terroristas se consideran erróneamente parte de los países que profesan el Islam, así como la inestabilidad política y hasta la pobreza que caracterizan a este país africano. También vale aclarar que Corea del Sur no ha recibido cobertura únicamente por su carácter de país desarrollado, sino también por su intensa presencia a nivel cultural en el mundo: su música y en general productos audiovisuales son bien recibidos en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Gracias a estos productos las personas en el mundo logran sentirse identificadas con la tragedia en Corea del Sur, ya que han formado un vínculo a través de sus productos culturales. En cambio, con Somalia hay una escasa o nula identidad, para la mayoría sería difícil encontrarlo en un mapa, y al no tener un vínculo es fácil deshumanizar la tragedia y verlo como un fenómeno más como los que ocurren diariamente en el mundo. Esto significa que mientras más lejos esté geográficamente el problema, menor importancia tendrá para las personas si no hay un vínculo de por medio.
Los países que no cuentan con el impacto cultural y económico de Corea del Sur dependen enteramente de la sociedad civil nacional e internacional que denuncia los sucesos graves que ocurren en ellos. En Somalia, además de los ataques terroristas de Al-Shabab también se denuncia la pobreza y el trato que reciben mujeres y niñas por parte del grupo terrorista, aunque las acciones en esa parte del mundo son escasas, lo que se suma a la inestabilidad del gobierno. Cualquiera de esos temas sería tendencia mundial durante varios días si ocurriera en Europa, Estados Unidos, Japón o Corea, basta recordar el atentado a la revista francesa Charlie Hebdo en 2015 o los efectos globales de los atentados del 11 de septiembre de 2001.