La Copa del Mundo de Catar 2022 que inicia hoy, tiene los ingredientes para ser la peor de toda la historia.
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LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández
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Read in english: Opinion: Will Qatar 2022 Be the Worst World Cup?
Hoy el mundo entero celebra la inauguración del evento deportivo más importante del mundo. Un torneo que es visto por más de mil millones de personas en todo el globo y que es el momento cumbre de la deportividad, el nacionalismo, la mística y el buen fútbol.
Sin embargo, estamos ante el que será, muy seguramente, el peor mundial de la historia. La última participación de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi (posiblemente los mejores jugadores de fútbol de la historia), se ve empañado por reclamos de discriminación, homofobia, islamofobia y derechos humanos.
Desde la misma elección de Catar como sede del mundial, ha quedado confirmado de forma oficial y extraoficial que varios miembros de la FIFA que votaron a favor del emirato como sede, lo hicieron luego de recibir sobornos directos o indirectos. Las leyes discriminatorias, las condiciones climáticas, la poca cultura futbolística o la poca población local no fueron motivos suficientes para elegir una mejor locación… hoy se sabe que el dinero jugó un papel más importante del pensado.
Una considerable parte de las críticas vienen de occidente. Las leyes discriminatorias en contra de las personas de la comunidad LGBT+ es uno de los principales hechos. Tanto así que varias federaciones han manifestado su deseo de protestar en contra de estas normas.
No era un secreto que el emirato es una monarquía islámica, y basa sus leyes civiles en normas religiosas, por lo que tiene un código penal estricto en comparación con varias democracias liberales. Fue precisamente desde la elección de Catar como sede mundiallas voces críticas no se hicieron esperar y advirtieron lo contraproducente que sería un evento de la talla de un mundial con el marco jurídico discriminatorio que tenía el país.
Es verdad que los fanáticos extranjeros son visitantes en Catar, pero fue el país árabe quién decidió recibir este evento en el que llegarán personas de todo el planeta. Leyes discriminatorias en contra de cualquier población son válidas de ser rechazadas. Si eres visita cumples las normas de la casa, pero si prestas tu casa para la fiesta, no vale que luego discrimines a tus huéspedes.
La defensa de Catar y el mundo musulmán
Por su parte, el emirato y varios internautas musulmanes defienden esta postura de "respetar las normas y leyes cataríes", asegurando que sus leyes, con orientación discriminatoria en contra de la comunidad LGBT+, son parte de su religión. A pesar de que es una respuesta insuficiente, tampoco es alejado pensar que sí existe un sector islamofóbico que ataca a Catar por el mismo hecho de su religión. Una muestra de esto fue la disparidad de muchas críticas entre el mundial actual y el pasado celebrado en Rusia. Hace 4 años, la sede del evento también era un país acusado por sus leyes discriminatorias. No obstante, las voces no eran igual a las que hoy vemos. Hace 4 años, se aceptaba la diferencia de leyes en Rusia y pocos grupos activistas eran los que criticaban la discriminación. No hubo ninguna federación de fútbol dispuesta a protestar simbólicamente.
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Pero entender que hay voces islamofóbicas que hoy comparten el discurso en contra de Catar, no significa que la discriminación en el país árabe sea compatible con un mundial de fútbol. Ni en Rusia ni en Catar se pueden celebrar eventos que invitan a todos los aficionados del planeta, si estos visitantes corren el riesgo de ir a la cárcel por su credo, orientación sexual, género o raza.
Celebrar el mundial en Catar o Rusia es como haberlo celebrado en la Sudáfrica del Apartheid. Los eventos internacionales deben ser llevados a todo el mundo, pero no por encima de poblaciones discriminadas. No estamos hablando de que en Catar se apruebe o no el matrimonio igualitario, estamos hablando de un país que da 10 años de cárcel a los homosexuales.
Incluso, hoy Catar, de pronto, se abstendría de celebrar este mundial. La decisión del emirato en acoger este evento y de gastar miles de millones de dólares en inversión, fue pensando en mejorar la imagen del país como destino turístico. Hoy ocurre todo lo opuesto, se habla más de los escándalos, que de las maravillas arquitectónicas que se inventó el emirato para acoger esta fiesta. Creyeron que un mundial de fútbol sería similar a acoger un Gran Premio de Tenis o un evento importante de tenis.
Una población más crítica a la de hace 4 años, con derechos conseguidos y con una voluntad más inquebrantable, no estaba bajo los cálculos de Catar. Antes, la homosexualidad había sido tabú dentro del fútbol. Una cultura machista y homofóbica había sido característica del deporte rey. Hoy, la presión internacional no solo es de grupos activistas, también hay varios futbolistas, exfutbolsitas y federaciones son los que acaparan las voces más críticas al régimen catarí.
Queda claro que si Catar no estaba dispuesta a recibir a las diferentes culturas y personas, no era la sede indicada para celebrar el mundial. Pero esto no es solo por motivos de derechos LGBT+, sino por muchos otros inconvenientes.
Las grandes construcciones lamentablemente están acompañadas con accidentes laborales fatales. Según datos de la Deutsche Welle, los muertos en la construcción en la infraestructura para los estadios de Catar 2022 es de 40. Una cifra superior a los de las pasadas copas del mundo (Suráfrica con 2, Brasil con 8 y Rusia con 22), pero inferior a los 6.500 que denuncian otros medios. De acuerdo con el medio alemán, estos 6.500 trabajadores son los migrantes de 5 países del sudeste asiático fallecidos en Catar en la última década, independientemente de si estaban relacionadas con la construcción de estadios o no.
No obstante, aunque la gran mayoría de los muertos no están relacionados con el evento de fútbol, 6.500 inmigrantes muertos sí es un reflejo de las precarias condiciones en las que vive o trabaja la mano de obra inmigrante en un país que depende de otras nacionalidades para suplir su necesidad laboral.
Incluso, últimamente, también ha existido varios hechos de intento de censura de Catar a la prensa internacional. No había empezado el mundial y ya miembros de la televisión danesa TV2 denunciaron intimidación por parte de funcionarios cataríes mientras desarrollaban el cubrimiento del evento. Definitivamente, Catar estaba lista en materia de infraestructura y dinero, pero no estaba preparado en materia social, legal y de capacitación al personal.