Reseña “Glass Onion: A Knives Out Mystery”: Un misterio que revela lo evidente de nuestra sociedad

Dos años después de su primera entrega, el reto de concretar una secuela que se mantenga original y fresca como su antecesora era grande, y más aún cuando la hazaña de la primera le generó a sus creadores un contrato con Netflix por la suma de 469 millones de dólares. Entonces, ¿”Glass Onion” logra superar o igualar en calidad y sorpresas a su predecesora? La respuesta corta sería: ambas y ninguna. Estas son nuestras impresiones de "Glass Onion: A Knives Out Mystery".

“Glass Onion” no demora en presentar durante sus primeros minutos las intenciones de su historia, pues a partir de un conjunto variado de personajes nos plasma diferentes modelos de autoridad y poder que tienen una conexión en común: el excéntrico y multimillonario Miles Bron. Los personajes que se reúnen en una isla, son: Claire Debella, una gobernadora que se está postulando para senadora; Lionel Toussaint, un científico brillante; Birdie Jay, una modelo convertida en diseñadora de modas y Peg, su asistente; Duke Cody, un streamer y Whiskey, su novia Este grupo ha llegado a la isla convocados por Bron, quien por medio de una caja enigma que se activa resolviendo puzzles, los invita a un fin de semana en una isla privada durante la pandemia para que resuelvan su “asesinato”. El objetivo principal de Johnson con su historia, pues, es evidentemente parodiar la hipocresía y obsesión de los ricos y poderosos, solo con el fin de parecer interesantes y relevantes para los demás.

Pero en medio de esta sátira hacia la clase alta y sus excentricidades entra el detective Benoit Blanc, quien es invitado por sorpresa para prevenir el asesinato de Miles Bron a manos de alguno de los invitados de su fiesta exclusiva. A esta, acude tambien Cassandra «Andi» Brand, su ex-socia, lo que complica aun mas las cosas con todos los demas gracias a las decisiones pasadas. Y es en medios de estas tensiones que reconocemos las intenciones de cada personaje. Johnson nos hace partícipes del juego, de la trama y del misterio: ¿Quién es el asesino y por qué quiere a Miles muerto?

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La estructura de una cebolla de cristal

Y es gracias a las conversaciones, interacciones, eventos y lugares del sitio que vamos entendiendo la verdad de cada personaje frente a los ojos de Benoit Blanc. Con sutileza y estilo, la fragilidad del ego y la carencia de carácter del grupo se va desvelando, pero como la misma película nos lo presenta, esto ya lo sabíamos de antemano.

La “cebolla de cristal” no solo se convierte en el título y el nombre del lugar de los eventos, se vuelve en una metáfora de las capas de la sociedad que en un intento de glamour y poder ocultan a simple vista sus intenciones. A pesar de que se nos presenten todos los elementos de forma evidente, preferimos mirar a otro lado.

Sin embargo, esta misma estructura para narrar la historia podría señalarse como una copia de la original al tomar varios puntos en común como lo son la invitación al sitio, el salto entre perspectivas y eventos temporales, el descubrimiento del asesino, y la confrontación de versiones. Pero el truco (o el misterio) no está en el quién, el porqué o el cómo: está en cómo juega con los elementos para entender la sátira que se hace contra el poder desmedido, el valor de la verdad en tiempos turbulentos y violentos y, sobre todo, la evolución y revelación del potencial de cada persona ante la catástrofe.

En otras palabras, esta segunda entrega de “Knives Out” es lo suficientemente diferente a su predecesora que no solo la hace sentir entretenida en su burla, cautivante en su misterio y obvia en su forma de contarla, sino que mantiene la frescura que identifica a cualquier historia de detectives y asesinatos. Esta sirve, pues, no solo de homenaje (como su antecesora) sino también como testamento de lo cautivante que pueden ser los misterios recobecudos.

"Glass Onion: A Knives Out Mystery" está disponible en Netflix.