Medio ambiente

¿Qué se está haciendo por la conservación del jaguar en Latinoamérica?

El felino más grande de América se encuentra catalogado como “casi amenazado” según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Te contamos sobre los esfuerzos en la conservación del jaguar.

Jaguar

Foto: Pixabay

LatinAmerican Post | Daniel Vergara García

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Read in english: What’s Been Doing for Jaguar Preservation in Latin America?

El jaguar no solo está amenazado por la caza, el tráfico, sino por factores como la deforestación, la pérdida de diversidad y la actual crisis climática. El Jaguar pertenece a la subfamilia de los Panterinos y al género Panthera. El Panthera Onca es la única de las 4 especies de este felino que se encuentra en América. Un estudio publicado en 2017 por la revista Oryx (Inglaterra) afirma que actualmente este felino solo ocupa el 51% del territorio que ha habitado durante cientos de años. Su presencia en el continente americano sufrió una gran reducción, paulatinamente pasó de habitar cerca de 19 millones de kilómetros cuadrados a tan solo 9.000 kilómetros cuadrados. Se trata de un territorio que se extendía desde el sur occidente de Estados Unidos hasta Argentina. Lo anterior plantea una seria problemática para los cerca de 18 países latinoamericanos en donde se encuentra el jaguar.

Una de las mayores amenazas para el felino es la pérdida de su hábitat natural. Si bien el Jaguar tiene la capacidad para adaptarse a diversos ecosistemas, la mayoría de su población se encuentra en bosques subtropicales y selvas bajas tropicales ubicadas a menos de mil metros de altura sobre el nivel del mar. Con la creciente deforestación en bosques y selvas, ha tenido que migrar a otros hábitats cuyas condiciones no son las óptimas para su subsistencia. Este fenómeno de la tala de árboles se relaciona en diversos países de Latinoamérica con la presencia de ganadería extensiva.

La caza furtiva es una de las problemáticas más complicadas, principalmente se realiza por el comercio de su piel y colmillos. Con la prohibición del comercio de jaguares en 1975, el valor de este felino en los mercados negros aumentó. Según una investigación de Mongabay el valor de un colmillo ronda los 250 dólares y se estima que al llegar a los mercados ilegales de Asia se puede duplicar o triplicar su valor.

En Uruguay y Paraguay el Panthera Onca se considera casi extinto

En cuanto a la crisis climática, la pérdida de la diversidad plantea un nuevo reto para la supervivencia del jaguar en América. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en la dieta de este felino se han identificado más de 22 especies de mamíferos (70% de su dieta), aves, reptiles y peces.  Al desaparecer algunas especies se reducen las posibilidades para adquirir alimento.  La creciente desaparición del Panthera Onca plantea un problema para los ecosistemas en los que hace presencia, WWF afirma que en el caso del jaguar se trata de una especie que ayuda a mantener un ecosistema sano. Cuando desaparece de las selvas y bosques, sus presas que son generalmente grandes herbívoros, quedan como amos del paisaje y consumen especies vegetales sin control. Ello altera la composición y estructura de las selvas, de los suelos, afectando los cauces de ríos y, por tanto, tiene un efecto en cadena sobre otros seres vivos.

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¿Qué se está haciendo por su protección?

Múltiples proyectos se están gestionando a nivel interinstitucional para evitar que la problemática se acreciente. Uno de los grandes esfuerzos que Latinoamérica está realizando como región fue la adopción del Plan Jaguar 2030, planteado en la COP 14.  El Director Ejecutivo de Ciencias de la Conservación de Panthera, el Dr. Howard Quigley, declaró a la WWF: “El Plan Jaguar 2030 le da nueva vida al mundo de la conservación de este felino, aportando una verdadera visión y soluciones reales para que el mundo proteja a esta especie icónica y ecológicamente esencial, mientras crea oportunidades económicas tremendas y un futuro sustentable para todos”.

Así mismo, WWF trabaja junto a 14 países de Latinoamérica para mitigar el conflicto entre humanos y jaguares que se dan por la ampliación de cultivos, expansión de terrenos para la ganadería mediante deforestación y caza. De igual manera, se realizan algunas iniciativas desde la comunidad científica para el seguimiento de especies en los diferentes países, la recolección de información sobre el tráfico de jaguares y la protección de sus ecosistemas.

En México, la veterinaria y coordinadora regional de Primero Conservation para México, Ivonne Cassaigne adelanta un proyecto para mejorar la relación entre ganaderos y jaguares. Los felinos estaban atacando a becerros para buscar alimento y esto llevaba a que sus dueños se dieran a la labor de cazarlos. Según un artículo de Mongabay, tras una investigación de Cassaigne, se pudo inferir que la tala de árboles estaba correlacionada con el ataque de los felinos al ganado. Tras meses de observación se pudo deducir que los jaguares preferían a otro tipo de animales como los venados en vez del ganado, pero que con la creciente expansión del territorio para la ganadería estos animales estaban desapareciendo y el jaguar recurría a diversificar sus posibilidades para alimentarse. Actualmente, se están realizando proyectos de concientización a ganaderos para evitar la caza de estos animales y fomentar la vida en armonía.

El mismo artículo de Mongabay explica que en Colombia existe una problemática similar pero con los cultivos extensivos de uso agrícola, especialmente los de Cacao y Café. Para combatir las consecuencias se ha impulsado un programa que otorga unas etiquetas llamadas “Jaguar Friendly” a los productos que están cumpliendo con ciertos requerimientos para la protección del felino. José Fernando González, Director del proyecto Conservación de Aguas y Tierras, explicó a esa organización que: “El programa consiste en entregar una certificación de Jaguar Friendly al café que se cultiva en fincas que cumplen determinados criterios para proteger esta especie. Producir café bajo sombra, evitar la cacería y mantener los bosques intactos ante el avance del cambio de uso de suelo para la ganadería son algunas de las pautas para un café amigable con el jaguar”.

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