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Estas son las razones del éxito de “La Primera Vez”, lo nuevo de Netflix

Lo nuevo de Netflix y Dago García activaron la fórmula de la nostalgia y está recogiendo réditos en los escalafones de la plataforma. Te contamos sobre esta nueva serie colombiana, "La primera vez".

Fotograma de la serie 'La Primera Vez'

Foto: Netflix

LatinAmerican Post | Julián Gómez

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El pasado 15 de febrero, Netflix estrenó “La Primera Vez”, serie creada por Dago García y codirigida con Mateo Spielberg. La producción se ha convertido en una de las principales tendencias de la plataforma en Colombia.

“La Primera Vez” sigue la historia de Eva (Francisca Estévez), la primera mujer en ingresar a un colegio masculino de Bogotá en la década de los 70. Aunque la trama se centra en el romance de Eva y Camilo (Emmanuel Restrepo), también expone un sinfín de exploraciones y primeras veces que van de lo sexual a lo académico. Ella trae consigo un misterio que atrapa a Camilo y su grupo de amigos.

¿Por qué está teniendo éxito?

“Todo pasado fue mejor” es seguramente una frase que hemos escuchado de nuestros antepasados en algún momento. Lo paradójico es que, gracias a las series y los libros, se puede constatar que no necesariamente es realidad. El hecho de que “La primera vez” tenga éxito se debe al atractivo de la nostalgia.

Esta serie es una representación vívida de una gran cantidad de historias que nos contaron de los contextos citadinos en el siglo pasado. La serie apela al recuerdo con los automóviles antiguos o los hechos históricos de la política y el deporte. Hay detalles muy cuidados en la dirección de arte y en la banda sonora que la hace más entrañable.

La producción también recurre a la denuncia social sobre los roles de género, que todavía es muy popular ahora, cuatro décadas después. Queda la sensación de que todo es como lo que bien aplicó en su obra el sobrereferenciado en la serie, Gabriel García Márquez, con el tiempo circular. Todo parece que cambia, pero en esencia, no.

Los capítulos de “La Primera Vez” intentan encapsular varias problemáticas de una manera fluida. Las más notables son la masculinidad tóxica, la sexualidad, la violencia de género e intrafamiliar, el clasismo, la salud mental y hasta la libertad de prensa. Cada problemática tiene en el personaje de Eva el comienzo y eje.

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Literatura como hilo

De las cuestiones más cuidadas de la serie, además del fenómeno de la música de plancha en la banda sonora, son las referencias literarias. Esto nos da un ejemplo de la brecha tan amplia que hubo y hay entre el sistema educativo distrital y el privado en Bogotá. Eva, que venía de un colegio privado, cuenta con un arsenal de frases adecuadas para cada situación que son extraídas de algún clásico de la literatura.

Los demás estudiantes del colegio distrital no tienen ni la más mínima idea de estas obras y a partir de esa inocencia, el lector puede llevarse reflexiones profundas con situaciones y personajes aparentemente superficiales. Cada referencia literaria se representa a modo de actos teatrales, lo que también retrata el auge de este arte para los 60 y 70 en la ciudad.

Con el tiempo, los teatros que presentaban películas y obras fueron acaparados por el ‘boom’ de la pornografía en Bogotá. Por eso, el título de la serie es sugerente en varios ámbitos, no solamente por la primera vez de una mujer en un colegio masculino, sino porque la etapa que representan los protagonistas fue la primera vez en el amor y en el sexo.

Sexualidad

En esta exploración, Eva es la primera ventana de modernidad en la vida de ellos, su verdadera maestra. El misterio que se cierne en ella es la razón de ser del grupo. Tanto es así que, gracias a Eva, cierran ese ciclo del despertar sexual y lo cambian por el cine y la literatura.

En una época tan rígida y mojigata, el sexo era un tanto tabú, pero lo patriarcal era ley. Se pueden ver contradicciones en que el papá de Camilo no tiene problemas en llevar a su hijo a un burdel, pero sí con que su esposa haya tenido siete novios antes que él; o que la junta de padres decida despedir a una maestra porque tuvo una relación con un padre de familia, entre otras situaciones.

La serie funciona porque alimenta el recuerdo y la nostalgia de la generación X, constata las historias que escucharon los millennials y le sirve de punto de comparación de un antes y un después a los de la generación Z. Todo eso se presta para que la serie sea consumida en familia y tenga potencial de cara al futuro.

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