Conferencia del Agua 2023: balance de logros y desafíos pendientes
La Conferencia del Agua 2023 concluyó el viernes con casi 700 compromisos para proteger esta fuente vital de vida.
Foto: Unsplash
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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La Conferencia del Agua 2023 se celebró desde el 22 al 24 de marzo y fue presidida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La reunión tuvo como objetivo buscar soluciones innovadoras y fortalecer la cooperación internacional para hacer frente a la creciente presión sobre los recursos hidrológicos. La asistencia estuvo compuesta por representantes gubernamentales, sociedad civil, científicos, representantes del sector privado y comunidades indígenas.
La emergencia hídrica
Después de 47 años de la primera Conferencia del Agua en 1977, el evento se volvió a celebrar con un enfoque claro: la emergencia que hay sobre la crisis de los recursos hídricos. Durante el primer día del encuentro, la ONU publicó, a modo de antesala, un informe en el que advierte sobre los retos a los que podría enfrentarse la humanidad en las próximas décadas debido a la crisis hídrica, que a su vez en consecuencia de la crisis climática.
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Según el informe, hoy en día hay más de 2 mil millones de personas (26% de la población mundial) que viven sin agua potable y 3.600 millones (46%) que no tiene accesos a saneamientos con gestión segura, a pesar de que estos son servicios que se reconocen como derechos humanos desde hace mucho tiempo. El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo énfasis en que este problema afectará a todos sin discriminar clases económicas.
Asimismo, el informe indica que estas crisis hídricas estarán acompañadas de fenómenos naturales extremos que dependen de la ubicación geográfica. En algunos lugares se vivirán sequías extremas y en otros, inundaciones masivas. También se asegura que, de no tomarse medidas inmediatas y extremas para la conservación de los recursos hídricos y para la prevención de desastres naturales, en el 2050 el 60% de la población mundial podrá estar enfrentando problemas de acceso a suministros de agua.
Los logros de la conferencia
Durante la conferencia se anunció el apoyo de la Agenda de Acción para el Agua, que además contará con un financiamiento de 300 mil millones de dólares y se espera que la puesta en marcha de esta logre desbloquear al menos un billón de dólares en beneficios socioeconómicos y ecosistémicos. Asimismo, la conferencia dio como resultado casi 700 compromisos no vinculantes. Algunos de los más importantes son:
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La creación de un fondo de financiamiento internacional para la conservación de recursos hídricos.
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La creación de la Academia de Agua, la cual busca formar expertos en temas de agua con fines de conservación.
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El acceso a un sistema de datos abierto para que los gobiernos tengan información suficiente y verídica y puedan tomar decisiones más informadas.
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Crear espacios para discutir la valorización del agua.
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Tener un representante en ONU para hacer seguimiento a estos compromisos.
Los desafíos venideros
Como ya mencionamos, estos compromisos son no vinculantes, lo que quiere decir que no hay un documento firmado en el que los gobiernos y las partes involucradas estén legalmente obligadas a cumplir con estos. Si bien se espera que puedan llegar a ser vinculantes en las próximas reuniones en las que se traiga a colación la conferencia, por ahora todo queda en las palabras.
Este es un gran desafío teniendo en cuenta el histórico y bajo nivel de compromiso de los gobiernos con las medidas que hacen frente a la crisis ambiental. Recordemos que a pesar de que existen documentos como el Acuerdo de París o el de Escazú, los resultados han sido mínimos y los procesos regulatorios para el uso de recursos son lentos.
Si bien la emergencia es inminente, estos procesos burocráticos entorpecen las acciones extremas que deben tomarse inmediatamente para tener resultados que tengan efectos inmediatos, largos y positivos.