Lasso disuelve el legislativo: ¿Está pasando en Ecuador lo mismo que en Perú?

Cualquiera que esté enterado de la realidad política latinoamericana, se percatará del bucle de situaciones que ocurren en diferentes países. Hace menos de 6 meses nos encontrábamos con una crisis política en Perú, cuando el presidente Pedro Castillo ordenaba disolver el Congreso y, como respuesta, el legislativo destituyó al mandatario. Esto dejó al país inca en un grave riesgo institucional y un estallido social entre seguidores del expresidente Castillo y el nuevo Gobierno de Dina Boluarte.

Pues la historia parece repetirse en Ecuador. El país ubicado en la mitad del mundo afronta un panorama similar. Hay varios elementos que parecen repetirse y otros tantos que indicarían una compleja diferencia.

Acto constitucional

El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, anunció que accionaría la “muerte cruzada”, contemplado en el artículo 148 de la Constitución. Esta medida tiene efectos inmediatos y posteriores. Por ejemplo, se ordena disolver la Asamblea Nacional.

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Este artículo solo se podrá efectuar si el legislativo “se hubiera arrojado funciones que no le competan constitucionalmente, previo un dictamen favorable de la Corte Constitucional; o si de forma reiterada e injustificada obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, o por una grave crisis política y conmoción interna”.

Esta medida ordena el llamamiento a elecciones generales de forma anticipada. Y mientras se instala la Asamblea Nacional, el jefe de Estado podrá expedir decretos-leyes (previo vistobueno del órgano judicial) y que pueden ser derogados por el legislativo.

Por su parte, en Perú, Pedro Castillo invocó el artículo 134 de la Carta Magna. Esto es solo posible si el Congreso “ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros”. Si es verdad que el presidente peruano debió afrontar varios juicios políticos de su gabinete, varios analistas jurídicos coinciden en que no se cumplió la negativa al Consejo de Ministro completo.

Muerte cruzada y disolución

Otra importante diferencia entre ambos casos y que muchos quieren destacar para demostrar que en Perú hubo un intento de golpe y en Ecuador continúa su régimen democrático es en las consecuencias de ambas medidas. Mientras el artículo 134 del Perú ordena la disolución del legislativo, el de Ecuador es de la Asamblea y la presidencia. En teoría, Lasso también está saliendo del poder, solo que puede seguir operando mientras se eligen a asambleístas y presidente. No obstante, para muchos, esta diferencia es mínima, ya que en la práctica ambos mandatarios seguirán en sus funciones sin un legislativo que pueda hacer contrapeso.

Mociones de censura

Tanto el presidente Pedro Castillo como el presidente Guillermo Lasso atraviesan un proceso de investigación por supuestos casos de corrupción. El mandatario ecuatoriano incluso debía comparecer el martes para defenderse del proceso iniciado por los partidos de oposición que eran mayoría. Por su parte, Castillo sí afronta investigaciones, no solo dentro del legislativo que buscaban su destitución, sino por parte de la Fiscalía, que adelantaba investigaciones preliminares.

Orillas políticas opuestas

Una de las principales diferencias entre ambos hechos, es que ambos mandatarios representan una orilla política opuesta. Mientras Guillermo Lasso es un claro político de derecha; Castillo representaba los valores de la izquierda. Ninguno podrá ser clasificado como moderado y sus posiciones impedían llegar fácilmente a acuerdos con otros movimientos o partidos.

Gobernando con minorías en el Congreso

Tal vez, el aspecto que más similitudes tenían en ambos casos es que los dos presidentes carecen de una mayoría legislativa. Tanto el Congreso de Perú como el de Ecuador estaban dominados por la oposición, o fragmentado entre diferentes partidos que impedían al Gobierno gobernar cómodamente.

Es por esto que también ambos mandatarios optaron por la misma medida. El bloqueo legislativo no les permitía desarrollar cómodamente sus reformas y esto hizo que la fricción entre ambas ramas del poder terminará por ahondar la crisis política e institucional.

Un final (por ahora) diferente

Hasta el momento (jueves 18 de mayo), la suerte de ambos mandatarios es claramente diferente. Por un lado, Pedro Castillo hoy está preso y tachado como golpista o dictador al intentar acabar con un órgano de la democracia peruana.

En cambio, Lasso logró esquivar cualquier intento de retaliación y (al parecer) cuenta con el apoyo de las Fuerzas Militares. Esto le podría permitir llevar a cabo su jugada, gobernar estos meses sin legislativo y volverse a medir en unas elecciones generales donde intentará mantener la presidencia y, por fin, controlar la mayoría del legislativo. Esta jugada igual es vista desde la oposición con cierta esperanza. El expresidente Rafael Correa dijo que la convocatoria a elecciones generales abre las puertas para que su movimiento pueda volver a medírsele a Lasso y, esta vez sí, conseguir la presidencia.

Perú y una crisis continúa

Sin embargo, la mayor diferencia (hasta el momento) de ambos casos es la profunda crisis política e institucional que vive el Perú. El caso de Castillo destituido y el intento de disolución del Congreso no son atípicos en la nación. Algo similar se vivió con el expresidente Martín Vizcarra; y con su predecesor Pedro Pablo Kuczynski.

Esto demuestra que las instituciones peruanas ya conocen este panorama y saben cómo actuar. Por su parte, esta es la primera vez que Ecuador vive este caso desde que rige la constitución de 2008.