La industria petrolera en Ecuador está en jaque en el parque Yasuní
En agosto se realizará una consulta popular que pretende acabar con la explotación petrolera en un yacimiento en pleno corazón de la Amazonía, en el Ecuador. Te contamos sobre esta situación.
Foto: Flickr-Diego Tirira
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
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El 9 de mayo, la Corte Constitucional de Ecuador aprobó la realización de una consulta popular que busca proteger de la explotación petrolera el Parque Nacional Yasuní. Dicha consulta tendrá lugar el 20 de agosto, junto con las elecciones generales extraordinarias. Esta consulta ha sacudido fuertemente a la industria petrolera del país, generando mucha polémica, pero también esperanza, pues el Parque Nacional Yasuní es una de las mayores reservas naturales y de biodiversidad mundiales, ubicada en el corazón de la Amazonía.
Esta consulta popular llega luego de más de 10 años de lucha de colectivos sociales, agrupado bajo el nombre Yasunidos, que pretendían que la aprobación de la explotación petrolera en este parque fuese sometida al voto de la población. “¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como Bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?”, es la pregunta que deberán responder en las urnas los ecuatorianos el próximo agosto. De ganar el sí, las reservas de crudo que se encuentren en el subsuelo del eje Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), conocido como Bloque 43-ITT, deberán dejar de ser explotadas.
Actualmente, Petroecuador explota los recursos en esta zona. Se estima que este es el yacimiento más productivo del Ecuador y representa alrededor del 12% de la producción petrolera, con 55.000 barriles de petróleo al día. Si se traduce esto a dinero, de acuerdo con los datos de la misma compañía, genera 1.200 millones de dólares al año. Estas cifras explican por qué ha generado tanta polémica esta consulta popular.
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Petróleo o naturaleza: posiciones encontradas
La decisión de la Corte ha generado encuentro de posiciones opuestas entre diferentes actores involucrados en el conflicto ambiental y la ciudadanía, la cual finalmente tendrá la decisión en sus manos. Por una parte, Yasunidos señala que la explotación del ITT es una amenaza enorme al ecosistema que alberga una enorme biodiversidad. Asimismo, tiene 2 argumentos principales para que las personas voten al sí.
- Hay alternativas: de acuerdo con Yasunidos, los ingresos de los 110 grupos económicos más grandes del país representan el 62% del PIB. Sin embargo, su carga tributaria podría ser más alta. En este sentido, plantean que un incremento adicional del 1,5% en impuestos para los grupos económicos podría generar 2 mil millones de dólares adicionales para preservar el Yasuní. Por otra parte, señalan que pesar de los altos ingresos petroleros generados en el pasado, el país no ha logrado superar la pobreza, refutando la idea de que el petróleo sea la solución definitiva.
- La vida y los derechos humanos: dentro del Yasuní hay pueblos indígenas no contactados. Por esta razón, Yasunidos denuncia la falta de reconocimiento a los pueblos indígenas en aislamiento voluntario por parte de las autoridades nacionales. Asegura, que la Constitución ecuatoriana prohíbe la explotación en los territorios de los pueblos no contactados y establece medidas de protección. Por otra parte, hace énfasis en la justicia intergeneracional y el cambio climático. “Respuesta eficiente, coherente y organizada al cambio climático, de ahí que la actual emergencia climática continúe agravándose; hecho que afectará aún más a las generaciones jóvenes”, indican.
Por otra parte, Petroecuador asegura que la reserva está muy bien gestionada y que han hecho grandes inversiones en compatibilizar la extracción de petróleo con la protección del ecosistema. Así lo aseguró Ramón Correa en entrevista para EFE Verde: “Es el campo mejor gestionado desde el punto de vista ambiental”. No obstante, la experiencia y diversos estudios científicos señalan que es imposible hacer una extracción petrolera sin ocasionar daños en el ambiente.
Lo paradójico es que precisamente la diversidad y la riqueza natural de la Amazonía es hoy uno de los mayores tesoros de la tierra. No obstante, Ecuador se encuentra en una situación económica difícil, con una alta deuda externa y unas tasas de pobreza muy altas. En estos escenarios, las propuestas de canjear servicios ambientales por deuda cobra cada vez más sentido. “La historia de este lugar, el Parque Nacional Yasuní, brinda un ejemplo práctico de cómo las fuerzas financieras globales siguen arrinconando a los países en desarrollo para que exploten algunas de las regiones con mayor biodiversidad del mundo”, señala un completo reportaje de The New York Times que habla justamente sobre la explotación petrolera en el país.
El caso del Ecuador se está haciendo tan complejo que las comunidades indígenas también han tenido conflictos entre ellas debido a sus posiciones sobre la consulta popular. De acuerdo con EFE Verde, al menos dos de las siete comunidades afectadas están de acuerdo con la extracción petrolera, pues en ella encuentran fuentes de empleo. No obstante, la mayoría de comunidades indígenas sí está a favor de que no se exploten sus tierras. Juan Bay, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), señaló en un comunicado de Yasunidos que tras cinco décadas de explotación petrolera, su pueblo no ha obtenido ningún desarrollo social, económico ni político. No obstante, también ha señalado que los grandes intereses económicos detrás de las industrias petroleras están fomentando estas disputas.
Por el momento, las campañas de las partes que apoyan al sí y al no continuaran hasta agosto, tratando de conseguir el favor de la ciudadanía que tiene en sus manos una decisión de suma importancia para la preservación de la Amazonía.