Colombia: el difícil camino hacia la sustitución de cultivos ilícitos
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La sustitución voluntaria de cultivos de coca en Colombia, requiere de políticas integrales y un giro económico que beneficie a los campesinos
La sustitución de cultivos ilícitos en Colombia ha sido, por muchos años, un proceso complejo y, en ocasiones, infructuoso, pues la coca les da a los campesinos más garantías e ingresos que cualquier otro cultivo, como el del cacao, por ejemplo.
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Pese al desarme de la guerrilla más grande de Colombia, los cultivos de coca siguen aumentando. De hecho, para el año 2018 los cultivos batieron su récord, pasando de 146.000 hectáreas en 2017, a 171.000 en el siguiente año, consolidando así el 65% de los cultivos de coca en el mundo, según informa El Tiempo en su especial ‘La Coca y la Paz’.
No solo es la diferencia de ingresos entre la coca y otros productos, sino las pocas posibilidades que brinda el Estado cuando se trata de sustitución de cultivos. Es por esto que el Gobierno anterior ideó estrategias integrales que pretendían incluir a distintos sectores del país, para encaminarse a la sustitución voluntaria total de los cultivos, y no en la erradicación forzada.
Los intentos del Gobierno para la sustitución de cultivos
En 2015, el Gobierno de Juan Manuel Santos realizó un primer acercamiento completo hacia la visión de sustitución de cultivos ilícitos. La Estrategia Integral abarcaba distintos frentes de trabajo: “inversión social, sustitución, interdicción, investigación y judicialización, consumo y reforma institucional”, según dice en la página del Ministerio de Ambiente.
El plan también ofrecía apoyo a las comunidades que decidieran sustituir la coca, con asesoría y financiación. Así como el incentivo de volverlos propietarios de las tierras si duraban 5 años cultivando lícitamente. La estrategia, si bien incentivaba la sustitución voluntaria, no descartaba en segunda instancia la erradicación forzada. Además, apuntaba a combatir el narcotráfico desde todos los aspectos, incluyendo el cultivo, el consumo, la prevención, la fabricación y el tráfico.
Igualmente, como cierre del Gobierno Santos, se implementó un sistema de apoyo de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) y la Oficina de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, en donde buscan fortalecer la economía y el agro del país a partir de incentivar la producción de cultivos lícitos.
Este convenio se refería a un descuento de más del 90% en unos permisos necesarios para comenzar un nuevo cultivo. El medio Portafolio, asegura que “321 organizaciones de 23 departamentos tendrán a futuro una participación significativa en el mercado”, y que impulsan mercado de cacao, café y arroz, principalmente.
El mismo medio citó lo dicho por el Superintendente de Industria y Comercio del momento sobre los productos que utilizan para sustituir los cultivos de coca: “Hemos visto que los productos nacionales tienen muy buena acogida por parte de los compradores, por eso, esperamos que la oferta de las marcas de desarrollo alternativo crezca en el país. Es importante apoyar a nuestra gente, más aun cuando dejaron el cultivo ilícito y se dedican ahora a ofrecer productos para toda la familia”.
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Alternativas de sustitución
Las alternativas de sustitución, para que sean efectivas, deben estar ligadas a un cambio económico que se dé desde el campo hasta la ciudad. Es por esto, que se han visto grandes dificultades en la sustitución voluntaria y por lo que, pese a los esfuerzos, ha incrementado el cultivo de coca en el país.
Además de iniciativas individuales, como creación de empresas de venta de café o cacao, se ha buscado expandir la solución al ámbito Nacional, por lo que el concepto de ‘economía solidaria’ ha sido necesario para la construcción de paz. Esta economía solidaria busca incluir a empresas privadas y públicas para apoyar a campesinos que comienzan sus nuevos cultivos, para que tengan oportunidades y, así, los cultivos lícitos tengan más rentabilidad.
Organizaciones Solidarias, por ejemplo, ha decidido apoyar a organizaciones de distintos municipios del país, otorgándoles beneficios y ventajas en esta economía. Impulsando este tipo de beneficios, se potencia el poder agrícola del país y se debilita así el negocio del narcotráfico.
La economía solidaria, según uno de los funcionarios de Organizaciones Solidarias dice que ésta sirve “para atender sus necesidades básicas y poner en marcha estos proyectos productivos, con lo que se comienza a cambiar la realidad de las regiones en donde los cultivos ilícitos tenían grandes extensiones de tierra y hoy pueden ser sembrados con productos, que comercializados, generarán recursos económicos, reactivando el campo colombiano”
En una entrevista con ¡Pacifista!, el chef Alejandro Cuellar, habla sobre la necesidad de que su gremio se inspire en estas personas y que, además, apoye las nuevas industrias que surgen utilizando productos de estos nuevos cultivos: “utilizamos la gastronomía como una herramienta y un lenguaje a través del cual podemos comunicar ideas”.
De esta forma, la cocina permite visibilizar esta necesidad del país y crear oportunidades para que los campesinos vean viable la sustitución de la coca. Siendo así, las iniciativas privadas también permiten el surgimiento de nuevos emprendimientos campesinos para reducir cada vez más los cultivos ilícitos.
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz