Colombia: La lucha por la igualdad de género y el lenguaje incluyente
El uso del lenguaje incluyente se ha convertido en un debate en Colombia, pues algunos abogan que en cualquier expresión las personas deben sentirse incluidas y otras en que piensas que en algunos casos no es necesario porque se evidencia de manera implícita y resultaría innecesario e inoficioso hacer algunas claridades. Un ejemplo de esto es el debate que se ha generado respecto al rol de la mujer en el lenguaje.
Bogotá para todos y para todas
El congresista Alirio Uribe del Polo Democrático presentó un recurso para que el actual alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa modificara su eslogan de “Bogotá para Todos”, por “Bogotá para Todos y Todas” el cual fue fallado a favor del congresista el 14 de diciembre.
Desde este día, la opinión pública no se ha hecho esperar; se ha generado un debate por diferentes medios en donde algunos están totalmente de acuerdo y otros lo ven como una ridiculez. La Real Academia Española ha manifestado que este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico.
En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos. La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto.
La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos. Sin embargo, es un hecho que la alcaldía tiene que cambiar el eslogan de todo el material de merchandising que tiene, lo cual únicamente genera costos innecesarios y adicionales para el gobierno distrital.
Esto no es nuevo: Acuerdo de Paz
Sin embargo, esto no es nuevo. Durante las conversaciones de paz en 2016 con las FARC-EP se requirió que en el texto del acuerdo final para la terminación del conflicto se hiciera la distinción del género femenino para no dar lugar a ningún tipo de discriminación en la aplicación e implementación del acuerdo.
Como resultado, se tuvo que realizar ajustes del texto original, lo cual también generó muchas criticas toda vez que el acuerdo quedó con expresiones como ninguno /ninguna, colombianos/colombianas, ciudadanos/ciudadanos, que, además de extender las páginas del texto, en algunos casos volvió incomprensible ideas, pues desde el punto de vista lingüístico mencionado por la RAE, estas expresiones van en contra de la economía del lenguaje.
Latin American Post | Tatiana Restrepo
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