Hasta diciembre de 2011, Venezuela se coronaba como el quIGNORE INTO país exportador de petróleo a nivel mundial, pero ahora la crisis solo aumenta

Acreedores de  297.570 millones de barriles,  el gobierno socialista encabezado por el exmilitar Hugo Chávez Frías se constituía como la potencia económica más importante de América Latina. Antes de su muerte en 2013, el pétroleo era el oro venezolano, el bastión que ermitió su emancipación de las potencias extranjeras. Chávez incluso ofreció a países como Brasil (gobernando entonces por el ahora enjuiciado Lula Da Silva) conformar un frente unido de refinerías latinoamericanas con el objetivo de “sacar de raíz a las trasnacionales estadounidenses”. Durante el gobierno chavista los países subyugados frente al  neoliberalismo norteamericano tuvieron, por primera y única vez, la oportunidad de autogestionar sus recursos naturales.  

“Yo hasta les ofrecí que vivieran del petróleo venezolano mientras construían sus propias refinerías”, dijo Chávez en una entrevista con la periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska. El entonces presidente de Venezuela reconocía que nadie aceptó el ofrecimiento por temor a perder el apoyo norteamericano.

Cuatro años después el pétroleo venezolano sufre una crisis que recrudece con el paso de los meses. Sumergidos en una cruzada anticorrupción que, según los críticos del régimen, “favorece al gobierno dictatorial regentado por Nicolás Maduro”,  los ingresos generados por el petróleo continúan hacia un inminente declive.  Asimismo, la cruzada anticorrupción ha generado pánico y  una parálisis parcial en la petrolera estatal PDVSA y su filial en Estados Unidos, Citgo Petroleum. La purga ha dejado tras las rejas a decenas de ejecutivos de la empresa, los cuales no han sido remplazados y cuyas faltas en la estructura interna dejaron a la empresa en el nivel más bajo de producción desde hace 30 años.

“La empresa parece desmoronarse. Los últimos problemas que enfrenta Petróleos de Venezuela (PDVSA), que alguna vez estuvo entre los líderes mundiales de la industria, podrían acentuar aún más el caos económico que padece la otrora próspera nación caribeña, sumida en una profunda recesión, una inflación voraz y una tasa récord de criminalidad”, menciona el periódico venezolano La Nación, y agrega que los empleados se quejan porque consideran “esta purga una excusa para enjuiciar y arrestar a personas que vayan contra las ideologías del régimen”.

Por su parte, el gobiernod  de Maduro alega que la empresa malversó más de 11 mil millones de dólares a lo largo de diez años.

“En PDVSA nadie se atreve a firmar nada. Ni una tarjeta de Navidad”, dijo un ejecutivo de una empresa conjunta entre PDVSA y una firma extranjera en la vasta Faja del Orinoco, quien pidió permanecer en el anonimato. “Ahora cualquiera dice cualquier cosa contra alguien y se lo creen”.

Latin American Post | Mateo Peraza Villamil

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