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Elecciones en Estados Unidos: Demócratas frustran ola roja republicana

Sin tener el conteo final de importantes estados, los Demócratas mantienen en vilo el control del Congreso por las elecciones en Estados Unidos.

Hombre votando con una bandera de Estados Unidos

Foto: Freepik

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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Las elecciones de mitad de mandato, o MidTerm, como se les conoce en Inglés, se llevaron a cabo el martes 8 de noviembre. Se elegían a todos los 435 asientos de Cámara de Representantes, 35 de los 100 senadores y varias gobernaciones o puestos locales. Las encuestas daban una victoria avasalladora de los republicanos. El augurio era bastante desalentador para el partido de Gobierno que hoy controla tanto Senado (con una ínfima mayoría), Cámara de representantes y presidencia. Sin embargo, sin terminar el conteo del total de estados, los resultados han sorprendido a la mayoría: un partido demócrata que no se rinde y que no está dispuesto a perder sin dar una batalla.

Hasta el último momento, los azules se niegan a perder el control del Senado, aunque parece que han cedido ventaja en la Cámara. Esta elección, tan reñida, deberá definirse por recuento, o hasta por segundas vueltas.

¿Qué significa una Cámara controlada por los Republicanos?

Como lo marca la tendencia, el partido de Gobierno sale golpeado de las elecciones. La Cámara de Representantes pasa a manos de los conservadores. A pesar de que es un importante logro, sabe a poco. Primero, porque la victoria es ínfima, y esto les impedirá poder legislar con políticas muy conservadoras que ahuyenten a los más moderados. También tendrán que contar con cada voto para poder pasar o bloquear iniciativas 

No fue suficiente la inflación, una economía golpeada, una guerra en Ucrania, para que la oposición se hiciese de una gran victoria en Cámara. Ya había pasado con Bill Clinton (perdiendo 54 congresistas) en 1994; o con Barack Obama (menos 63 puestos legislativos) en 2010; o a Trump (reduciendo en 40 asientos) en 2018. Entonces la pregunta no era si los Republicanos ganaban puestos, sino cuántos. Por ahora, confirmados, hay 199 (otros estiman 197) para los conservadores, y 172 para el partido de Gobierno. Faltan por definir 64 (o 66), la mayoría en condados azules. Quién supere los 218 se habrá quedado con la Cámara, que, además de legislar, puede investigar al Gobierno y definir presupuesto. 

Algunos medios dan una mínima ventaja al partido Republicano, con a penas 219 puestos. Aunque esto, a penas son predicciones, esto significaría 6 puestos menos para el partido del presidente Biden. Sin duda, una derrota dolorosa (pasar a ser minoría en la Cámara), pero con resultados mucho más positivos a los históricos del partido de Gobierno.

Un Senado en veremos.

Uno de los motivos por los que los Demócratas celebran la “derrota de la marea roja” es precisamente por los resultados en el Senado. Previo a las elecciones, republicanos y demócratas tenían dividida la Cámara Alta: 50 y 50 para cada bando. Sin embargo, por ley, cualquier votación debe ser desempatada por la vicepresidenta Kamala Harris. De esta forma, era una cámara liberal de facto. Precisamente, el partido de Trump buscaba tomar la mayoría, así sea por un puesto más.

Aunque aún es imposible definir quién se queda con la mayoría, los resultados son alentadores para el partido del elefante. Principalmente, porque John Fetterman logró uno de los escaños de Pensilvania, venciendo a Mehmet Oz. Esta silla estaba en manos de los republicanos y pequeña ventaja, les da un panorama alentador.

A falta de los resultados en Nevada, Arizona y Georgia, Los Demócratas llevan 46 puestos, más 2 independientes aliados, mientras que los republicanos suman 47 (o 48). Para determinar los ganadores en elecciones tan cerradas, se esperan recuentos en estos 3 estados que ya habían ganado los demócratas. Incluso, en Georgia, debido a que Raphael Warnock no ha superado el 50% de los votos (y no parece lograrlo), deberá haber segunda vuelta contra el republicano Herschel Walker el próximo mes. Los demócratas necesitan conservar 2 de los 3 puestos para quedarse con el 50% del Senado. Esta batalla electoral tendrá la atención de todo el país.

No obstante, esta es una clara muestra de que los augurios de una aplanadora trumpista que encamine la próxima elección republicana, quedó a medias. De mantener el control del Senado, los liberales, podrán poner puestos la Corte Suprema y otros puestos importantes en el alto Gobierno. Así, evitando el bloqueo de nominados que causaron los republicanos cuando Obama estaba en la presidencia y el GOP (Gran viejo partido, como se le conoce a los conservadores) tenía las 2 Cámaras. Hoy, en un panorama donde la Corte Suprema es de mayoría conservadora y ha eliminado derechos progresistas, como el derecho nacional al aborto, es un botín preciado.

Gobernadores Azules

Hoy Estados Unidos tiene 2 gobernadores demócratas más. Las victorias en Maryland y Massachusetts fueron importantes bastiones regionales del partido oficialista. Aunque aún faltan por definir 4 estados claves. Sin embargo, la victoria más esperada de la noche fue la de gobernador de Florida, Ron DeSantis. El republicano barrió con casi el 60% de los votos (con el 98% escrutado). De Santis es previsto como candidato a la presidencia en las próximas elecciones, y seguramente el político que más posibilidades tiene de vencer a Trump en las primarias.

También pasó con Greg Abbott, quién derrotó a Beto O’Rourke con 55% a 43,6%. Abbott es el otro posible contender de Trump en las presidenciales. De esta forma, DeSantis y Abbott, mantienen 2 de los 4 estados más poblados a manos de los republicanos. De resto, los demócratas mantuvieron importantes gobernaciones, como la de Pensilvania, Wisconsin y Nuevo México.

Biden y Trump, igual de ganadores, igual de perdedores.

Tanto el expresidente Donald Trump, como el actual mandatario, Joe Biden, tienen motivos para celebrar y preocuparse. Por un lado, Trump, muy probablemente, habrá ganado asientos en Cámara, lo que le daría la mayoría al partido Republicano. Pero el Senado está en disputa y no hubo la tal llamada “ola roja” que se llevaría grandes mayorías.

Por el otro lado, aunque el presidente no se juega el puesto en estas elecciones, sí es verdad que las “MidTerm” siempre sirven como un referendo de apoyo o rechazo al mandatario. Lo que dejaron los resultados no oficiales, es que Biden no ha perdido tanto apoyo electoral como se pensaba, que su base demócrata sigue fiel y pese a perder unos puestos, ganó otros (como el asiento al Senado en Pensilvania). A pesar de que carga el lastre de un Gobierno criticado y con un Donald Trump activo y en campaña desde hace varios meses, el país sigue igual de dividido y las elecciones de 2024 no tienen aún un claro favorito.

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