Medio ambiente

Cambio climático en América Latina: vulnerabilidad extrema

El mundo está en una emergencia climática más grande y devastadora de lo que se creía, de acuerdo con informe de expertos de las Naciones Unidas.

Niño plantando un árbol en un terreno seco y agrietado.

Foto: Adobe Stock – Panumas

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

El Sexto Informe de Evaluación del IPCC (Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático) tiene en alerta al mundo ante los hallazgos de que el impacto del calentamiento global y el daño ambiental están siendo mucho más devastadores de lo que se creía. Por su parte, los efectos del cambio climático en América Latina la hacen una de las regiones más vulnerables del planeta. 

De hecho, Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas señaló que se trata de un anuncio de catástrofe si los líderes no toman acciones pertinentes de manera urgente.  “He visto muchos informes científicos en mi tiempo, pero ninguno como este. El informe del IPCC de hoy es un atlas del sufrimiento humano y una acusación condenatoria del liderazgo climático fallido”, aseguró Guterres.

Este informe es especialmente importante porque se trata de la más grande evaluación científica sobre el cambio climático, sus impactos y futuros riesgos, y las alternativas de adaptación y mitigación. Es un trabajo conjunto entre la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que reune el trabajo de 270 científicos alrededor del mundo, quienes a su vez analizan miles de investigaciones. Busca brindar información veraz para que los gobiernos tomen decisiones acertadas sobre políticas climáticas.

Efectos del cambio climático en América Latina

El capítulo 12 del informe del IPCC está exclusivamente dedicado al análisis de la situación en América Central y del Sur.  De los factores más preocupantes que están sucediendo en el continente es la pérdida de biodiversidad, debido a la deforestación acelerada. Y esto no es una sorpresa: a finales del año pasado, un informe del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE) ya había señalado que la deforestación en la Amazonía había tenido un aumento del 21,97% en el último año. Está alcanzando niveles históricos y es una de las grandes preocupaciones, pues ya no funciona como un sumidero de carbono y tiene una alta vulnerabilida a las sequías.

Por otra parte, la distribución de las especies que habitaban en los Andes ha cambiado, pues se han movido por el aumento de la temperatura. Esto ocasiona desequilibrios. Asimismo, en los Andes se han perdido glaciares pasando de un 30% a más del 50% de su superficie desde la década de 1980.  En otros ecosistemas, hay una reducción en la abundancia, la densidad y la cobertura de los corales en América Central y el noroeste de Sudamérica.

Por estas razones, hoy el cambio climático en América Latina hace que sea una región altamente vulnerable a incendios, sequías e inundaciones. Las zonas de los Andes, el noreste de Brasil y los países del norte de América Central son de los más vulnerables del mundo a tener migrantes climáticos. 

En conclusión, el informe detectó que existen una serie de riesgos clave. La inseguridad alimentaria debido a las sequías; la inseguridad hídrica por la disminución de la capa de nieve y el daño en los glaciares; tragedias para las personas y las infraestructuras debido a las inundaciones; cambios a gran escala en la biodiversidad del Amazonas; peligro para las zonas costeras por la subida del nivel del mar y daños en los arrecifes de coral, y peligro de mayor difusión de enfermedades infecciosas son los principales. 

La región tiene la particularidad de que el impacto por el calentamiento global se amplifica por la desigualdad y la pobreza, y el crecimiento demográfico y la alta densidad poblacional. No obstante, también existe un impacto a la inversa. Es decir que los efectos de la crisis ambiental profundizan las brechas en las desigualdades económicas, étnicas y sociales. De esta forma, los grupos más vulnerables o históricamente discriminados, como las comunidades indígenas, son quienes más sufren.  

Asimismo, Suramérica y Centro América tienen una baja capacidad de adaptación, que genera más vulnerabilidad,  debido a los altos niveles de pobreza, la falta de infraestructura, la enorme desigualdad, entre otras cosas para acceder a los servicios de sanidad y de agua potable, y la débil gobernanza del agua.

Urgue actuar con enfoque multilateral

Se requieren medidas urgentes que adopten políticas y acciones a múltiple escala. La financiación para implementar procesos de adaptación es clave y urgente. No obstante, dichas politicas deben tener un enfoque social y económico al mismo tiempo. Especialmente en Latinoamérica,  es fundamental que se involucren las poblaciones más expuestas y vulnerables para hacer una adaptación efectiva. En este sentido, los enfoques de investigación que integran el conocimiento indígena y los sistemas de conocimiento local han dado buenos resultados.

Por otra parte, el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger  Andersen, concluyó que el informe deja en claro el estado de emergencia mundial, por lo cual un abordaje multilateral es fundamental. “ Nos encontramos en una situación de emergencia, que se dirige a un desastre. No podemos seguir recibiendo los golpes y curando las heridas. Pronto esas heridas serán demasiado profundas, demasiado catastróficas, para curarlas. Tenemos que suavizar y ralentizar los golpes reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero” señaló.

Más allá de las acciones que cada ciudadano puede implementar en sus hábitos de vida, y que son necesarias, es fundamental que los gobernantes se comprometan a ejecutar políticas acertadas. Por eso, el poder de la ciudadanía también reside en elegir a aquellos gobernantes que realmente estén comprometidos con enfrentar la crisis climática.

 

 

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