Con los gobiernos de izquierda, ¿qué viene para Latinoamérica en medio ambiente?
Con la victoria de Gustavo Petro en Colombia, el giro hacia la izquierda en la región parece inminente. ¿Cómo impactará esta agenda a la lucha contra el cambio climático y las políticas medioambientales?.
Foto: TW-Gustavopetro, TW-gabrielboric, TW-Lulaoficial
LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos
Escucha este artículo
Read in english: How Will The Latinamerican Left Handle Climate Chage?
La mayoría de gobiernos en latinoamérica están dando un giro hacia gobiernos con tendencia de izquierda que, entre otros temas, llevan la bandera de la protección del medio ambiente. Incluso, han planteado la necesidad de acabar con la explotación de ciertos recursos, como el petróleo. Pese a que estas propuestas han generado mucho debate entre los economistas, lo cierto es que desde el punto de vista medioambiental se deben adoptar medidas urgentes, si se tienen en cuenta los últimos reportes e informes sobre cambio climático.
En las más recientes elecciones de la región, en Colombia, el presidente electo Gustavo Petro hizo una invitación de unión alrededor de la protección del medio ambiente. Asimismo, habló de justicia climática y de la necesidad urgente de cambiar el modelo de producción y trabajar por la agricultura. Al respecto, indicó a los progresismos de la región: “les propongo pensar que América Latina puede construirse alrededor de la agricultura y las reformas agrarias; de la agroindustrialización y las nuevas tecnologías, que significan la producción sobre la base del conocimiento y el reencuentro de la naturaleza. Una América Latina productiva, no extractivista”.
Te recomendamos leer: 8 países de Latinoamérica se han unido para combatir la contaminación por plásticos en el mar
Asimismo, envió una crítica a Estados Unidos y su alta producción de gases de efecto invernadero. “Yo creo que llegó el momento de sentarnos con el gobierno de los Estados Unidos y hablar, dialogar sobre lo que significa el hecho de que en todo este continente americano que compartimos allá se emita, como casi en ningún otro país, gases de efecto invernadero y aquí los asumimos, los absorbemos a partir de nuestra selva amazónica”.
No obstante, no se trata del único mandatario que hoy señala el problema medioambiental como una prioridad. De hecho Gabriel Boric, en Chile, también lo tiene como parte fundamental de su mandato. En su programa de gobierno señala que “Chile debe ser un país carbono neutral (…) con acciones ambiciosas de adaptación y protección de nuestros ecosistemas terrestres y marinos, como glaciares, costas y océanos”. Para ello, pretende definir una hoja de ruta para afrontar la crisis climática, con un enfoque en las regiones, que esté planteada en mediano y largo plazo.
Por su parte, Lula da Silva, ex presidente y candidato en Brasil para las elecciones de octubre, tiene como una de las columnas de su campaña la protección de la amazonía y el medio ambiente. Esto en contraposición a Bolsonaro, que ha llevado a la selva a unos de los peores momentos de deforestación en las últimas décadas.
No obstante, unir a los diferentes países de América Latina en torno a una agenda medioambiental común, no es una tarea nada fácil, teniendo en cuenta que los casos de integración en la región para otros temas no han sido del todo exitosos. El primer paso en esta dirección será que todos los países ratifiquen el Acuerdo de Escazú y que cumplan efectivamente con lo que allí se propone en materia de información, justicia y participación en asuntos ambientales.
Asimismo, es preciso señalar que no todos los gobiernos tienen la agenda ambiental y de cambio climático como una prioridad real. Por ejemplo, López Obrador en México ha decepcionado.
Desafíos y oportunidades para cumplir con la agenda medioambiental
Lo cierto es que es un momento clave y decisivo en cuanto a la protección del medio ambiente y a las acciones para adaptarse y mitigar el cambio climático. La capacidad de resiliencia que hoy desarrollen los países será fundamental en el mediano y largo plazo.
Aunque idealmente el mundo debe avanzar hacia una economía verde, esto requiere una inversión grande. En este sentido, los gobernantes de izquierda, que también tienen un robusto programa social, deberán afrontar el gran reto de conseguir financiación para estos programas, teniendo en cuenta que los hidrocarburos y la explotación de otros recursos naturales, como el litio o la madera, hoy son fundamentales para las economías latinoamericanas. De hecho, así lo señaló el mismo Lula Da Silva, ante la propuesta de Petro de dejar atrás la industria petrolera para ir hacia energías verdes. En este sentido, el primer y más grande problema será la financiación, añadiendo el delicado momento de post-pandemia que ha aumentado la desigualdad y la pobreza.
En segundo lugar, Latinoamérica debe actuar con rapidez en materia de seguridad alimentaria, ya no solo para la región sino para el mundo entero. Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, señaló que debido a la guerra en Ucrania se desencadenará “una ola de hambre y miseria sin precedentes”. Es bien sabido que de los fertilizantes, alimentos y productos agrícolas de Ucrania depende gran parte de la humanidad, incluyendo Sudamérica. Así, es necesario que se fortalezca la agricultura en la región con el uso de tecnologías de punta y menor dependencia.
Por otra parte, de acuerdo con la CEPAL, en Latinoamérica hay alrededor de 45 millones de indígenas. Sus conocimientos son fundamentales y de gran valor para la prevención de las crisis ambientales. Así lo han señalado diversas instituciones, entre ellas las Naciones Unidas. En este sentido, los gobiernos deben crear mayores oportunidades y mejores condiciones para el desarrollo y la divulgación de estos conocimientos en las políticas medioambientales.
Para finalizar, el manejo de los residuos es una de las mayores debilidades en la mayoría de los países latinoamericanos. Este factor, unido a otros como la deforestación, también están acabando con la biodiversidad.