El Arco Minero: La catástrofe ambiental en Venezuela
El gobierno venezolano pone en peligro los recursos naturales de su nación.
En los últimos años, el Arco Minero venezolano ha enfrentado distintos factores que lo ponen en riesgo. / Foto: nuso.org
LatinamericanPost| Jorge Celis
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Desde el año 2016, de cara a la crisis económica en el país Sudamericano, la tiranía venezolana ha autorizado la deforestación y degradación del suelo en la selva Amazónica poniendo en riesgo a la biodiversidad, las etnias indígenas locales y a los grandes tepuyes, símbolos naturales y turísticos de Venezuela.
Desde que los precios del petróleo se desplomaron entre los años 2014-2015 y se acentuaron en el 2016, el régimen venezolano autorizó la explotación ilegal de las reservas mineras en el Estado Bolívar en la región del escudo guayanés (Zona ecológica protegida por la Ley del Instituto Nacional de Parques) con la finalidad de mantenerse en el poder a costa del oro. Sin embargo, las medidas no han tenido los resultados esperados y pese a la destrucción de los ecosistemas, apenas han conseguido mantenerse al mando del país sudamericano.
El 24 de febrero del 2016, Nicolás Maduro aprobó por decreto presidencial en Gaceta Oficial Nº 40.855 bajo el Nº 2.248, la explotación de los recursos minerales presentes en el suelo del escudo guayanés venezolano los cuales son ricos en oro, diamantes y metales de alto valor tecnológico y comercial como el torio, generando una escala de destrucción y contaminación del suelo y de las aguas del río Orinoco que se extienden desde el Estado Bolívar y desembocan en el Océano Atlántico, afectando a todos los ecosistemas y a las criaturas que habitan en ellos como las toninas, una especie de delfín de agua dulce que se encuentra en peligro de extinción.
Este proyecto consiste en la exploración y explotación a gran escala de la zona sureste del país abarcando las jurisdicciones de los estados Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro (Una extensión territorial de al menos 111.830 Km2) y sería desarrollado por una gran variedad de empresas extranjeras. El objetivo es la extracción de las miles de toneladas de oro, diamantes, hierro, bauxita, cobre y coltán que ahí se encuentran para venderlo mediante las exportaciones.
Para el Gobierno Nacional, el proyecto del Arco Minero del Orinoco es una opción alternativa a la política económica rentista proveniente del petróleo y tiene la intención de “diversificar” la economía venezolana para poder impulsarla hacia una recuperación económica que sufre el país caribeño actualmente. Sin embargo, el país no ha mostrado ningún signo de recuperación y la crisis se ha acentuado durante los años de devastación minera en el Amazonas venezolano, por lo que cabe preguntarse ¿Qué es lo que está sucediendo con el dinero recibido por los recursos extraídos?
Puede suponerse que hayan sido devorados por los altos niveles de corrupción del Estado venezolano, pues no sería la primera vez que esto ocurre. Hay que recordar que durante la bonanza petrolera entre 2000 y 2010 Venezuela embolsó cifras astronómicas producto de la venta de cada barril de petróleo por encima de los 100$ USD, dinero que hoy permanece desaparecido al igual que aparecen cuentas de viejos y actuales altos funcionarios de la tiranía venezolana con cifras multimillonarias en bancos de países como Suiza y Andorra.
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En este sentido, las razones más probables por las cuales se ha aprobado este proyecto pueden ser para poder financiar la extensa cantidad de proyectos subsidiarios que la tiranía sostiene, además de mantener las políticas clientelares, el aparato de corrupción estatal e internacional y su política de influencia con otros países bajo regímenes socialistas.
Consecuencias Ecológicas
Este proyecto puede considerarse como un crimen ecológico, pues las altas concentraciones de mercurio utilizadas para separar los minerales del sedimento y del lodo contaminan las aguas y el suelo de la selva, lo que imposibilita que el ecosistema pueda recuperarse y deja en condiciones estériles el suelo amazónico además de contaminar a los organismos que habitan en ella. De igual manera, la cantidad de selva que ha sido removida es abrumadora y la escala de destrucción que ha sido provocada en apenas 4 años es desoladora.
Puede calificarse como uno de los peores desastres ambientales provocados por la humanidad en la historia moderna, una catástrofe ecológica que afectará a las generaciones siguientes, pues los altos niveles de contaminación hacen imposible una recuperación a corto y mediano plazo.
La tiranía venezolana se ha dado a la tarea de informar que estas actividades mineras se han hecho de manera ecológica, sin embargo esto es un mito, pues no existe la minería ecológica. Los procedimientos mineros se realizan mediante una serie de actividades que destruyen los ecosistemas;
- Se remueve y quema la vegetación
- Se desvían cauces de ríos.
- Se degrada el suelo.
- se utilizan sustancias tóxicas como el cianuro, el arsénico y el mercurio, con los cuales se separan los minerales preciosos del resto del suelo.
Todo este procedimiento genera una destrucción permanente en la selva amazónica que difícilmente se recuperará en las décadas siguientes.
Como consecuencias ecológicas se generarán:
- Sequías prolongadas.
- Desertificación.
- Alteraciones del ciclo hidrológico.
- Envenenamiento del suelo y de las aguas.
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Todo esto muy probablemente ocasionará la extinción de diversas especies de animales y plantas que habitaban en esta extensa zona, incluso especies que aún no han sido descritas y que probablemente no sean identificadas jamás. De igual manera, el Decreto del Arco Minero viola los derechos humanos de las comunidades indígenas, pues pone en peligro a estas etnias de ser víctimas de un genocidio si no acceden a ser desplazadas de sus tierras ancestrales. Este proyecto del Arco Minero es casi una sentencia de muerte para las etnias Warao, Arawak, Pumé, Acawayo, Ye’kwana, E’ñepa, Semeyá, Kariá, Pemón y Mapoyo.
Mientras que como consecuencias sociales, se ha acentuado el deterioro de la sociedad venezolana, ocasionando:
- El aumento de presencia de paramilitares.
- La formación de estructuras sociales y organizaciones de explotación laboral similares a la esclavitud.
- Presencia de grupos terroristas como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C.).
- Incluso la presencia de grupos terroristas extranjeros como Hezbolláh.
- Propiciando el narcotráfico, secuestro, sicariato, corrupción, prostitución, trata de blancas y de menores para el mercado negro.