La carrera espacial de la exploración lunar también es privada
La exploración y aterrizaje exitoso en la Luna habían corrido a cargo de las agencias espaciales de los gobiernos de Estados Unidos, China y la extinta Unión Soviética. Pero ahora también la empresa privada podría incursionar en la conquista del único satélite natural de nuestro planeta.
Foto: ispace-inc
LatinAmerican Post | Julián Andrés Pastrana Cuéllar
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Se esperaba que este 26 de abril se diera el primer alunizaje de una nave espacial privada. Dicha nave, fabricada por la firma japonesa Ispace, que transporta en su interior un rover Rashid de los Emiratos Árabes Unidos, efectivamente llegó al espacio. Sin embargo, los controladores de vuelo en tierra no pudieron recuperar el contacto con ella cuando se aproximaba a la Luna, por lo que la empresa cree que la nave espacial se perdió.
“Tenemos que asumir… que no pudimos completar el alunizaje en la superficie lunar. Nuestros ingenieros continúan investigando la situación”, aseguró el director ejecutivo de Ispace, Takeshi Hakamada. Sin embargo, la compañía también asegura que hay una alta probabilidad de que el módulo de aterrizaje finalmente haya realizado un aterrizaje forzoso en la superficie de la Luna. No obstante, consideran la hazaña todo un éxito y un buen inicio para la exploración lunar por parte de privados, según señalan en su comunicado de prensa oficial.
M1 despegó desde Cabo Cañaveral (Florida) a bordo de un cohete de SpaceX en diciembre de 2022 y se esperaba que su destino final sea el cráter atlas situado en el conocido como Mar de Frío de la Luna, un territorio que hasta ahora no había sido explorado. A lo largo de esos meses la nave se valió de la fuerza de gravedad de la Tierra y el Sol para guiarse hacia su destino. Lo anterior dio pie a que M1 pudiera llevar una carga más pesada, ya que al no usar una ruta directa requirió de menos propulsión. Los aprendizajes obtenidos por la empresa serán utilizados en próximas misiones, que tienen programadas para los siguientes dos años.
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Una vez se logre el alunizaje exitoso, la nave recargará su batería y luego liberará en territorio lunar el rover Rashid, así como también un robot de dos ruedas de fabricación nipona. Rashid, cuyo tamaño es de 50 centímetros y su peso de 10 kilogramos, empezará a recorrer unos cientos de metros a la redonda, pero sin salir del cráter atlas. Durante ese recorrido estudiará partículas en el suelo lunar a través de una cámara microscópica llamada regolito, así como también se apoyará en una cámara térmica para analizar las propiedades geológicas del terreno.
Los análisis hechos por Rashid servirían de punto de partida para estudiar el sistema solar, ya que, como lo explica Mounib El-Eid, astrofísico de la Universidad Americana de Beirut en entrevista con la Revista Nature, sobre la superficie lunar se puede encontrar un registro primitivo de dicho sistema. Además, este cuerpo celeste carece de placas tectónicas y no ha estado expuesto a erosiones superficiales.
De igual forma, este rover de fabricación árabe analizará el polvo lunar caracterizado por sus bordes afilados como el vidrio, que con el pasar de los días pueden causar daños al equipo de los astronautas y sus trajes espaciales. Resulta clave descubrir cómo prevenir las afectaciones de este polvo lunar para conseguir a futuro establecer estaciones espaciales permanentes en la luna. Al respecto, Rashid experimentará con distintos materiales, entre ellos compuestos a base de grafeno, adhiriéndolos a sus ruedas para así chequear aquellos que resulten más adecuados para fabricar los hardwares que se empleen en misiones venideras.
Junto con los rovers, M1 vendrá equipada con una cámara de 360 grados elaborada por la empresa canadiense Canadensys. En el transcurso de las misiones se probará asimismo el rendimiento de una batería de estado sólido fabricada por la empresa japonesa NGK Spark Plug.
Un proyecto a largo plazo
Se tienen planeados más lanzamientos de Ispace para 2024 y 2025, un proyecto cuyo fin último es el de recoger agua en la Luna, pues se estima que este líquido podría destinarse a la elaboración de combustible para cohetes que permitan explorar a menores costos el sistema solar. Abigail Calzada Díaz, geóloga y especialista en exploración lunar del Centro Europeo de Innovación de Recursos Espaciales en Luxemburgo, agregó en entrevista a Nature que el éxito de estas misiones comerciales auspiciadas por un privado permitirá que otras firmas se interesen en este tipo de proyectos, lo que sin duda redundará en beneficios para la investigación espacial.
Exploración lunar y espacial por privados
Sin embargo, no es la única compañía privada interesada en explorar la luna y, probablemente, sacar lucro de dichas exploraciones y generación de conocimiento. En 2019, la empresa SpaceIL, con sede en Israel, intentó de forma fallida enviar una nave espacial a la luna. También hay que recordar que, aunque con otros intereses, en 2020, SpaceX de Elon Musk se convirtió en la primera empresa privada en poner personas en órbita. Lo mismo hicieron Virgin Galactic de Richard Branson y Blue Origin de Jeff Bezos.
En este sentido, los intereses de los privados están cambiando la carrera espacial y la exploración lunar y de otros cuerpos celestes. Áreas como el turismo espacial, la búsqueda de recursos y el trabajo con satélites son de interés para los privados. "Los costos decrecientes para el lanzamiento y el hardware espacial en general han atraído a nuevos participantes a este mercado, y las empresas de una variedad de industrias ya han comenzado a aprovechar la tecnología satelital y el acceso al espacio para impulsar la innovación y la eficiencia en sus productos y servicios terrestres", señala el Harvard Bussines Review como una motivación de las empresas por unirse a la exploración espacial.