La resiliencia de las cholitas bolivianas en medio de la desaparición de los glaciares andinos
En los picos andinos, los escaladores de Cholitas, vibrantes encarnaciones de la cultura indígena, enfrentan las duras realidades del cambio climático, que afecta su patrimonio y sus medios de vida .
Foto: Wikimedia – Yves Picq
The Latin American Post Staff
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Escaladores de cholitas: escalando picos y preservando el patrimonio
En las majestuosas montañas andinas, las mujeres indígenas bolivianas, conocidas como las escaladoras de cholitas, han forjado un camino único durante los últimos ocho años. Vestidas con sus tradicionales faldas coloridas de varias capas, estas mujeres aymaras no sólo han estado escalando los picos nevados sino que también han servido como guías turísticas, mostrando la belleza de su tierra natal. Su viaje, sin embargo, es más que una historia de aventuras; es una narrativa profundamente entrelazada con la importancia cultural de las cholitas y el alarmante impacto del cambio climático en su forma de vida.
La cultura cholita es una parte integral del rico patrimonio de Bolivia y representa la resiliencia y la fuerza de las mujeres indígenas. El término 'Cholita' alguna vez fue despectivo y se usó contra mujeres indígenas o de ascendencia mixta. Aún así, se ha recuperado como símbolo de orgullo e identidad. Las cholitas son conocidas por su vestimenta distintiva y colorida, particularmente sus bombines y faldas en capas, adaptadas al montañismo. Esta adaptación cultural es una declaración de identidad y una recuperación de espacio, a menudo negado a los grupos indígenas.
Una realidad que se derrite: las cholitas enfrentan el cambio climático
Su ascenso literal y metafórico comenzó con el crujido del hielo bajo sus grampones. Sin embargo, en los últimos años, estos sonidos han sido reemplazados por el ruido inquietante del agua derretida corriendo bajo sus pies, un crudo recordatorio del entorno cambiante. Las cholitas han sido testigos de primera mano del alarmante retroceso de los glaciares en Bolivia, consecuencia directa del calentamiento global. Esta crisis ambiental representa una amenaza significativa para sus medios de vida y la preservación de sus prácticas culturales.
La montaña Huayna Potosí, un imponente pico de 6.000m cerca de la ciudad boliviana de El Alto, simboliza la fuerza de las cholitas. Pero este símbolo está en peligro. Durante las últimas dos décadas, la montaña ha ido disminuyendo y su fachada helada ha retrocedido para dejar al descubierto rocas desnudas. Este cambio es parte de una tendencia más significativa e inquietante en toda Bolivia. En los últimos 30 años, los glaciares del país han perdido el 40% de su volumen, una estadística asombrosa que subraya la urgencia del cambio climático.
El impacto es profundo y multifacético. Las partes inferiores de estas montañas, que alguna vez estuvieron cubiertas de hielo, ahora están desnudas. La pérdida de Chacaltaya, una montaña de 5.400 m y antigua estación de esquí popular, es un ejemplo conmovedor de esta catástrofe ambiental. Para las cholitas, esto significa viajar más arriba de las colinas para encontrar hielo. Este esfuerzo no sólo es más desafiante sino también menos atractivo para los turistas, lo que afecta sus ingresos. La disminución del turismo ha tenido un impacto tangible en sus ingresos, con una caída notable de 50 a 30 dólares por viaje.
Adaptación y preservación: cholitas navegando por el cambio
La caída de su negocio de guías ha sido alarmante. Si bien el año anterior realizaron 30 recorridos durante la temporada de escalada de septiembre a diciembre, recientemente las cifras se han reducido casi a la mitad. Esta crisis ha obligado a estas mujeres resilientes a buscar fuentes alternativas de ingresos. Algunos han recurrido a su rico patrimonio cultural, elaborando y vendiendo mantas y abrigos hechos con lana de alpaca, un recurso abundante en los Andes.
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La historia de los escaladores de Cholita es un recordatorio conmovedor de la interconexión de la cultura, el medio ambiente y la economía. A medida que continúan ascendiendo, tanto en las montañas como en su lucha contra la adversidad, son un testimonio del espíritu perdurable del pueblo aymara y de la urgente necesidad de abordar el desafío global del cambio climático. Su viaje no se trata sólo del ascenso a picos; se trata de preservar una forma de vida, celebrar la identidad cultural y luchar por la supervivencia en un mundo que cambia rápidamente.
