Medio ambiente

Oasis en medio de la ciudad: así es el trabajo de Sustentar en la infraestructura verde

Hablamos con Felipe Villa, fundador de Sustentar, una empresa enfocada en la infraestructura verde

jardines en la ciudad

Foto: IG-sustentar

LatinAmerican Post | July Vanesa López Romero

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Read in english: Oasis in the Middle of the City: This is the Work of Sustentar in the Green Infrastructure

Por siglos hemos vivido consumiendo los recursos del planeta tierra, tanto que estamos cerca de llegar a un punto de no retorno. En este escenario, empresas como Sustentar tienen alto valor, pues buscan cambiar el paradigma. Sustentar es una empresa colombiana fundada por Felipe Villa hace diez años, que se enfoca en la infraestructura verde, una solución basada en la naturaleza para ampliar espacios verdes en las ciudades. 

LatinAmerican Post: Cuéntanos un poco más de Sustentar, ¿cómo nacen?

Felipe Villa: Yo soy microbiólogo ambiental de profesión y hacía investigación en impactos ambientales en arrecifes de coral. Hay miles de publicaciones en el mundo que reportan los efectos y consecuencias del blanqueamiento coralino, pero es muy poco lo que se hace en las industrias para mitigar esos cambios que a mediano plazo van a ser devastadores para la humanidad. Esta preocupación me llevó a hacer algo distinto y a poner mi conocimiento científico en el sector de la construcción.

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Sustentar inició hace 10 años y nos dedicamos al diseño, la ejecución y el mantenimiento de infraestructura verde para el sector de la construcción en Colombia. Dentro de nuestros servicios ofrecemos diseño de paisaje, jardín y áreas verdes, pero hemos incursionado con mucha fuerza en lo que quizás el principal motor de nuestra actividad económica: los techos y muros verdes y también en la agricultura urbana. Son campos más especializados del paisajismo, pues requieren sistemas de riego, impermeabilizantes y de drenaje tecnológicos que permiten cultivar plantas donde antes no nos imaginábamos: en las fachadas y muros de los edificios en medio de la ciudad. 

 

L.P.: ¿Qué es lo que los lleva a enfocarse en la construcción? ¿Por qué dentro de las áreas que se pueden abarcar al hacer frente al cambio climático escogen esta?

F.V.: Toda la vida he sido un apasionado del arte y la arquitectura. Nací y crecí en Bogotá, pero he tenido la oportunidad de conocer otros sitios del mundo en donde este tipo de tecnologías existen hace varias décadas y me parecía fascinante. Es increíble ver muros verdes donde hay pájaros entrando y saliendo; hay aves migratorias que muchas veces encuentran en estas fachadas verdes, espacios, oasis disponibles para descansar, alimentarse, incluso para anidar. Decidí mezclar esa fascinación por la arquitectura, el arte con mi conocimiento en ciencias y así fue cómo me volqué hacia la infraestructura verde y la construcción sostenible. 

L.P.: Como mencionas, este tipo de tecnologías y soluciones verdes están presentes en otros sitios desde hace años, incluso en Latinoamérica, en ciudades como São Paulo, ¿cuáles son los retos de llevar a cabo un proyecto así en Colombia?

F.V: Hace 10 años, cuando hablabas de un techo o un muro verde, había mucho miedo en el mercado. Temores frente a las humedades, las goteras, la posibilidad de mantener plantas con vida en una pared. No existía esa conciencia de que alguien en algún lugar del mundo se había inventado la rueda y que podíamos ponerla a rodar aquí también. Esos temores se han desmitificado con el tiempo y me atrevería a decir que Colombia es uno de los países líderes en la región dentro de la infraestructura verde.

En segundo punto, la parte política, las normativas y las leyes que impulsan este tipo de infraestructura han sido un reto. Todavía falta recorrer un camino amplio en este sentido. Es muy difícil pedirle a un constructor que meta ciertos metros cuadrados en sus proyectos si no hay un incentivo claro. Si bien hay muchas constructoras que tienen clara la urgencia ante el cambio climático y piensan en un futuro sostenible, hay muchas otras que no, así que hay limitantes en términos políticos y en lineamientos en términos de impuestos o incentivos tributarios. 

Un tercer reto que siento que es muy poderoso para nuestra industria es la educación. La sostenibilidad involucra un cambio de paradigma en la ingeniería y en la arquitectura. La educación debe enfocarse en pensar un edificio que funcione como un ecosistema natural no solo del ser humano, sino también de un copetón, una paloma, una abeja o cualquiera de tantos polinizadores que existen en la ciudad. Esta educación en la práctica debe pensar en la interdisciplinariedad de nuestro trabajo, en una conexión entre la ingeniería y las ciencias biológicas que marque una diferencia. 

L.P.: En términos específicos, ¿Cuáles son los beneficios de estas soluciones basadas en naturaleza para el medio ambiente y el cambio climático?

F.V.: En un techo común y corriente toda la energía proveniente del sol va a calentar el material de recubrimiento del edificio y ese calor se va a transmitir termodinámicamente al interior del edificio, calentándolo y haciendo que necesitemos consumos de aire acondicionado, por ejemplo. Cuando hay una cobertura vegetal, un gran porcentaje de la energía del sol va a quedar capturado en las plantas para que ellas hagan fotosíntesis, capturan CO₂ y generan oxígeno, es decir, para que descarbonicen.

Otra parte de la energía quedará atrapada en el sustrato y toda la parte drenante va a terminar de aislar toda la radiación sobre la cobertura del edificio. Pasa lo mismo con los muros verdes. Entonces, uno de los beneficios, de los muchos que hay, es que no estaremos utilizando tanta energía en la refrigeración o aires acondicionados. Las plantas de los techos y muros verdes son capaces de absorber contaminantes como metales pesados del aire que respiramos, remueven dióxido de carbono de la atmósfera, producen oxígeno. También sirven como islas de biodiversidad donde conviven distintas especies de animales, que a su vez polinizan y ayudan a mantener vivos los espacios naturales dentro de la ciudad, especies que también se encuentran en peligro de extinción, como las abejas. 

Además, esta infraestructura aporta a un embellecimiento para la ciudad, y en ese sentido tiene beneficios para quienes habitan o trabajan en estos edificios. Según varios estudios, la infraestructura verde aporta a la buena salud mental de quienes disfrutan de ella.  

L.P.: ¿Cuáles son las posibilidades que tiene la infraestructura verde en Colombia? ¿Cuál crees que será el panorama en 10 años?

F.V.: Es un mercado creciente. La construcción es uno de los motores principales de la economía de un país en desarrollo. Mientras haya construcción y más conciencia de los beneficios ambientales y sociales de la infraestructura verde, en 10 años esta va a ser una industria más robustecida, más competitiva. Va a ser una industria mejor establecida y mucho más grande. 

Queremos vivir en entornos sostenibles y verdes. Es muy distinto si vendes un edificio de ladrillos y ventanas de vidrio a si vendes un edificio que tenga vegetación, techos verdes o jardines. Para las constructoras de edificios corporativos hay incentivos como la certificación Leed o la Edge, que muestran qué tan sostenible durante la construcción y a largo plazo es un edificio en su operación y mantenimiento. Cuando uno habla de sostenibilidad también habla de economía, la sostenibilidad gasta menos recursos y repercute en operaciones más económicas. Esos son ganchos de venta para la industria de la construcción. No solo los incentivos tributarios y legales, sino también las exigencias que tengan el mercado y el comprador final están haciendo que los constructores viren a contemplar la infraestructura verde como una opción.

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