¿Por qué la extinción de insectos debería importarte?
Factores como el uso indiscriminado de pesticidas, la degradación del suelo y la crisis climática problematizan la existencia de insectos en los ecosistemas naturales. Estas son las razones por las que la extinción de insectos debería importarte.
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LatinAmerican Post | Brandon Martínez Salazar
Con la desaparición de insectos, los humanos nos encontramos frente a una problemática ambiental que pone en riesgo la sostenibilidad agraria del mundo. En otras palabras, los insectos representan un valor esencial en la naturaleza que consiste en proveer los minerales y la polinización que necesitan las plantas para producir alimentos.
Es importante señalar que la mayoría de las personas no están enteradas de la gravedad del asunto y, por tal razón, es fundamental informar sobre el riesgo en que se encuentra la producción alimentaria de la humanidad.
Comúnmente se sabe de la función que ejercen las abejas en el proceso de polinización de las plantas y así mismo de la producción de los alimentos. Sin embargo, ellas no son las únicas que realizan una labor tan primordial. La diversidad de insectos es muy grande pero el hecho de tener una tasa de extinción ocho veces mayor a los animales vertebrados debería ser un motivo para preocuparse desde ya.
Para los entomólogos (profesionales que estudian los insectos) el panorama es dramático y las causas de que esto esté ocurriendo podrían ser los cambios del uso de la tierra, los pesticidas y la crisis ambiental que se está desatando en la actualidad.
¿Por qué son tan importantes los insectos y cómo aportan a la naturaleza?
Los insectos son importantes porque unos polinizan y otros limpian la tierra. Por ejemplo, las mariposas, las moscas o las hormigas se encargan de darle el rendimiento necesario a las flores para que se produzcan las frutas o verduras.
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Ahora bien, de acuerdo con la Asociación de Entomología Español, en Europa, el 70% de la población de insectos voladores ha desaparecido. Lo anterior es supremamente alarmante porque justamente de estas especies dependen el 35% de los alimentos que se cosechan, según el sector productivo. Mientras que para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la dependencia de estos animales para el agro sería del 75%.
Teniendo en cuenta el seguimiento que le ha hecho la Agencia Europea del Medio Ambiente a esta situación, lo datos muestran que desde el año 1991 las mariposas y abejorros se han extinguido en un 25%.
Por otro lado, están los escarabajos enterradores. Estos cumplen la función de degradar los restos de animales orgánicos. Es decir, se encargan de descomponer y reciclar los cadáveres. Así mismo, otras especies también realizan lo que se conoce como limpieza del campo. Lo que hacen prácticamente es alimentarse de la materia fecal de los herbívoros, permitiendo que el suelo donde pasta el ganado se encuentre limpio. Las grandes extensiones de tierra en las que se desarrolla la ganadería son problemáticas porque suelen estar llenas de excremento y no hay suficientes de estos insectos, por lo tanto, no es sostenible.
Por su parte, las cucarachas que son consideradas carroñeras por descomponer la materia orgánica, son primordiales porque aumentan el nivel de nutrientes del suelo. También son grandes aportadores a nivel ecológico porque ayudan a reducir las basuras de manera rápida y sin contaminar. Aunque es una especie que no está en peligro de extinción, lo cierto es que, si faltaran, la crisis para la sociedad, el medio ambiente y la economía sería enorme.
El costo económico de la desaparición de insectos para el agro
Los efectos a nivel financiero en el agro con esta circunstancia son críticos porque los insectos polinizadores llegan a aportarle millones de dólares a la producción agrícola. Por ende, la baja de estos invertebrados en el campo encarece la inversión.
En ese sentido, las causas puntuales de que se esté perdiendo dinero y que el costo de la producción aumente se debe a que el hombre ha cambiado el uso del suelo con actividades antrópicas como la deforestación, la ganadería o la degradación misma de la tierra por la agricultura intensiva.
Otra causa importante sobre estos acontecimientos es el uso indiscriminado de pesticidas y biocidas que han estado exterminando a las poblaciones de insectos que aportan su función a los ciclos de vida de las plantas. Si a eso se le suma la actual crisis climática y los pronósticos del calentamiento global a largo plazo, el panorama en los próximos años será desalentador para todas las personas.
Es un tema que debería estar alarmando a todas las organizaciones del mundo
Para el vicepresidente de la Asociación Española de Entomología José María Hernández, el ritmo en que van desapareciendo los insectos ya es de escala global, pero nadie está hablando del problema y sus futuras consecuencias.
Posiblemente en este momento no vayan a desaparecer en su totalidad, pero hay evidencia sobre lo que está ocurriendo. No obstante, lo que realmente preocupa es la poca o nula atención que se le ha dado al tema desde las organizaciones animalistas. Está bien luchar por la preservación y protección de los animales vertebrados pero los invertebrados también tienen una razón para existir y esa razón está directamente relacionada con la supervivencia de la humanidad y las demás especies que habitan los ecosistemas.
“No es que vayan a desaparecer todos los insectos, porque son un grupo hiperdiverso, pero sí constatamos ya una bajada en su riqueza y en su abundancia, lo que puede derivar perfectamente en una catástrofe ambiental, por mucho que no se hable de ello“, afirma Hernández.
De este modo, si no se enciende la alarma desde las sociedades ecológicas del planeta, a largo plazo, los humanos tendrán que vivir graves consecuencias ambientales y sociales, que de por sí derivan de la misma mano del hombre y su negligencia al respecto.