¿Qué tanto se está adaptando el mundo para el cambio climático?
El Informe sobre la brecha de adaptación de 2020 concluyó que las naciones están retrasadas en acciones para frenar el cambio climático.
La carrera contra el cambio climático y las metas que se tienen en el Acuerdo de París requieren que cada uno de los países signatarios se adapte a medidas a partir de planes nacionales. / Foto: Pexels
LatinAmerican Post | Vanesa López Romero
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El pasado 14 de enero se llevó a cabo el lanzamiento del Informe sobre la brecha de adaptación 2020 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El evento se realizó de manera virtual y contó con la participación de panelistas como Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA; Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM); Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), entre otros.
La carrera contra el cambio climático y las metas que se tienen en el Acuerdo de París requieren que cada uno de los países signatarios se adapte a medidas a partir de planes nacionales. Este Informe tiene como fin revisar el progreso que han tenido las naciones alrededor del mundo en la planificación, financiación e implementación de esas medidas de adaptación al cambio climático, enfatizando en soluciones basadas en el cuidado de la naturaleza.
La PNUMA define la adaptación como “la reducción de la vulnerabilidad de los países y las comunidades al cambio climático mediante el aumento de su capacidad para absorber los impactos y seguir siendo resilientes”.
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En esta, su quinta edición, el informe concluyó que los países se están quedando atrás a la hora de poner en marcha estas acciones. Según el informe, se prevé que los problemas socioeconómicos que trajo la pandemia por el COVID-19 tendrá consecuencias directas en la capacidad de los países para “planificar, financiar y aplicar medidas de adaptación en respuesta a los efectos actuales y futuros del cambio climático, lo cual afectará de manera desproporcionada a los países y poblaciones más vulnerables”. Esto, debido a que las prioridades de los países cambiaría, enfocándose en solucionar dichos problema socioeconómicos, llevando a que, no solo recurran a soluciones que no sean amigables con el medio ambiente, sino a que los países donantes cambien su perspectiva frente a la acción climática.
Además, el 2020 no solo se caracterizó por ser el año de la pandemia, sino por alcanzar temperaturas récord, y una alta cantidad de inundaciones, sequías, incendios forestales e incluso plagas de langostas. Queda claro entonces, que, contrario a lo que muchos creerían, las cuarentenas estrictas alrededor del mundo, no significaron una ayuda para frenar el calentamiento global, sino que, por el contrario, las consecuencias de la pandemia podrán verse a largo plazo en el sector climático. El informe llama la atención sobre esto, y sobre la importancia de que se tomen medidas de adaptación ahora más que nunca. Medidas que puedan tener en cuenta el cambio climático al crear planes de recuperación socioeconómica.
Asimismo, el informe establece que, si bien las naciones han avanzado en la planificación e implementación de estas acciones, aún hay disparidades muy grandes (sobre todo en la financiación) para poder llevar estos modelos a los países en desarrollo, que, a largo plazo, serán los más vulnerables y azotados por el cambio climático.
Nuevo reporte:
72% de países tiene al menos un instrumento de adaptación al #CambioClimático.
Pero la financiación es insuficiente.El Informe sobre la #BrechaDeAdaptación 2020, lanzado hoy, llama a acelerar la acción para evitar pérdidas graves. https://t.co/y1j04HlUD0 pic.twitter.com/KeB8FV3BLZ
— Programa ONU Medio Ambiente (@unep_espanol) January 14, 2021
Algunos de los puntos más importantes que trata el informe son los siguientes:
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El financiamiento público internacional para la adaptación está aumentando lentamente, pero no hay datos suficientes para identificar tendencias en el financiamiento público o privado a escala nacional.
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72% de los países ha adoptado al menos un instrumento de planificación para la adaptación a nivel nacional, mientras que otro 9% está en proceso de desarrollar uno.
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Es necesario ampliar y fomentar la financiación para la adaptación, tanto pública como privada, para poder reducir la brecha.
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Las soluciones basadas en la naturaleza -una de las alternativas más rentables en la cartera de adaptación- tienen el potencial de hacer grandes contribuciones, pero son pocos los planes tangibles y la financiación disponible para estas.
Tanto en el Informe como en el evento llevado a cabo el pasado jueves, se concluyó que a pesar de los avances de adaptación que se han tenido en la última década, hace falta aún más ambición, acción y financiamiento para frenar el cambio climático.