¿Qué es agricultura vertical?
La agricultura vertical o vertical farming es un novedoso método desarrollado bajo una práctica más amplia denominada comúnmente como agricultura urbana. Esta se define como el proceso de desarrollar pequeñas superficies para la producción de cultivo, ganadería menor, vacas lecheras e, incluso, medicina para el consumo propio o la venta al por menor. Estas superficies pueden ser desde recipientes y solares hasta huertos, terrazas y plataformas enteras.
Específicamente, la agricultura vertical se puede entender como una mezcla entre los jardines verticales, las llamadas “paredes verdes” y el nuevo desarrollo de la agricultura urbana. Los cultivos se apilan en filas verticales en medio de un ambiente controlado y en lugares similares a los invernaderos. La innovación en este campo puede ser una alternativa para ciudades del tercer mundo que empiezan a verse afectadas por la reducción de los espacios destinados al cultivo por el incremento de los precios y la falta de seguridad alimentaria.
El concepto fue desarrollado en el año 1999 por Dickson Despommier en Estados Unidos. La existencia de los jardines verticales se conoce desde Babilonia en el siglo II a.C. y su aplicación moderna surgió con expertos como el brasilero Roberto Burle desde 1930 y el francés Patrick Blanc en 2012, los cuales realizan trabajos de arquitectura paisajística y jardinería.
El malayo Ken Yeang es conocido por su arquitectura orientada a la producción de alimentos en Asia, y se están desarrollando proyectos en la Universidad de Columbia, Cambridge y proyectos empíricos en Wyoming y Búfalo (Nueva York). Países como Japón, Taiwán, Corea del Sur, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Canadá y los Emiratos Árabes practican esta técnica y construyen farmscrapers para reducir los costos, garantizar la seguridad alimentaria y aprovechar al máximo el perímetro urbano.
En Latinoamérica, países como Colombia y Argentina están incursionando en la técnica de la agricultura urbana para tecnificar y ampliar su productividad agrícola. Específicamente, la empresa Urban Farms en Panamá creó la primera “granja de agricultura vertical”, realizando innovaciones que se enmarcan dentro de lo que se conoce como “agricultura de precisión”.
En Bogotá se han implementado “módulos para huertas urbanas verticales” que pretenden ahorrar espacio físico y capital económico puesto que sectoriza la producción de alimentos y no se deben usar intermediarios para el transporte y el procesamiento. El Jardín Botánico de Bogotá es pionero en la construcción de estos sistemas en Colombia.
Algunos detractores del proyecto mencionan que esta práctica puede tener deficiencias en términos del uso excesivo de energía eléctrica o de combustión fósil, puesto que la inversión que se ahorra en el transporte se inyecta a la energía necesaria para sostener los edificios y sus cultivos. Esto implica que la construcción de estos sistemas pueda no ser rentable y producir aún más gases de invernadero.
Los promotores del proyecto mencionan que el problema se va a convertir, inherentemente, en un problema de espacio físico. El creador de la agricultura vertical prevé que para el año 2050 un 80% de la población mundial vivirá en las grandes ciudades y que se necesitará un espacio físico similar al territorio de Brasil para sostener cada una de esas ciudades.
En el presente, el 80% de las tierras adecuadas para el cultivo están en uso y se ha malgastado alrededor de un 15% por malas prácticas. Todo esto permite pensar que se deben encontrar técnicas alternativas que puedan mitigar el inminente riesgo.
La agricultura vertical y urbana es una de estas alternativas, incluyendo beneficios potenciales como, por ejemplo, incremento en la producción, crecimiento urbano, mejora exponencial de la salud pública, protección contra los cambios de clima, entre otros.
LatinAmerican Post | Juan Felipe Guerrero C.
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