Sexo ecológico: ¿Qué es y cómo ayuda al medio ambiente?
¿Sabes qué es el sexo ecológico? Te contamos los factores de la sexualidad que impactan al medio ambiente y las maneras de evitarlo.
Te contamos porqué surge la necesidad de hablar del sexo ecológico y el porqué se está convirtiendo en algo de mayor relevancia en la época actual. Foto: Pexels
LatinAmerican Post | Brandon Martínez Salazar
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Read in english: Eco-friendly Sex: What is it and How Does it Help the Environment?
Hoy día hablamos de diversas alternativas en nuestra cotidianidad para reducir la huella de carbono, como cambiar los medios de transporte, usar energías limpias o dejar de usar productos alimenticios que están fabricados en plástico. Sin embargo, poco se ha tocado el tema de la vida sexual y de qué manera impacta al medio ambiente.
De modo que, desde la sexualidad, el uso de preservativos y las pastillas anticonceptivas producen un enorme daño a los ecosistemas y por esa misma razón surge la necesidad de hablar del sexo ecológico y el porqué se está convirtiendo en algo de mayor relevancia en la época actual.
¿En qué consiste?
De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se estima que anualmente la industria logra producir cerca de diez mil millones de preservativos masculinos (condones), los cuales terminan en basureros y posteriormente en el resto de los ecosistemas naturales.
No obstante, fabricar preservativos amigables con el medio ambiente no es tarea sencilla. Resulta que la única opción biodegradable para hacerlos es con piel de cordero, una técnica utilizada en la época romana pero que también está lejos de ser amigable pues para su fabricación se utiliza el intestino de las ovejas y tampoco son funcionales para prevenir enfermedades de transmisión sexual, ya que tienden a romperse fácilmente.
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En cuánto a los lubricantes, se sabe que la mayoría están hechos a base de petróleo. Es decir, se fabrican con combustibles fósiles altamente contaminantes. De manera que una alternativa en el mercado para reemplazarlos son aquellos productos a base de agua o también los que se pueden hacer de forma casera.
Ahora bien, mientras que los juguetes sexuales por lo general son de plástico, existen distintas opciones como los que están hechos en acero o vidrio. Además, hay juguetes recargables que ayudan a reducir los residuos e incluso, algunos se cargan con energía solar. Una forma prometedora de aportarle un cambio al planeta.
Otras maneras de reducir la huella de carbono desde la sexualidad
Desde la sexualidad hay otros aspectos que pueden aportar al cambio, como:
- Adquirir ropa en el mercado hecha de forma sostenible.
- No practicar sexo en la ducha y así mitigar el consumo de agua innecesario.
- Reducir el uso de agua caliente.
- Apagar las luces mientras se tienen relaciones sexuales.
- Usar paños femeninos reutilizables.
El WC no está ideado para eliminar #residuos. Por tanto no arrojemos toallitas, pañales, compresas, preservativos… Además del gasto de #agua innecesario estos residuos no se descomponen, provocan atascos y contaminan. #LasToallitasAlCubo #SienteElAgua ???? pic.twitter.com/uu6K312qHL
— Giahsa (@Giahsa) December 14, 2017
Entre tanto, los dispositivos intrauterinos o implantes que van debajo de la piel sirven como una opción bastante eficiente a largo plazo para reducir los residuos que generan las pastillas anticonceptivas pues estas vienen en envolturas de plástico, aunque esto conlleva a ciertos riegos de adquirir una ETS. Por eso, lo único que queda para evitar una enfermedad sin el uso de preservativos de látex (lo más seguros en el mercado), es pedirles a las parejas sexuales pruebas medicas antes de tener una relación. Así se protege al medio ambiente y la salud de las mismas personas.
Finalmente, evitar la reproducción es otra alternativa para reducir la huella de carbono. Recientemente, en una encuesta mundial realizada por especialistas británicos, se encontró que el 41% de los 10.000 jóvenes que participaron en el sondeo afirmaron que no quieren tener hijos y cuya razón principal fue el cambio climático. Cabe aclarar que la reproducción es una decisión personal de cada ser humano, pero la realidad es que no traer hijos al mundo beneficia al medio ambiente, ahorrándole millones de toneladas de CO2 al planeta.