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Un año del gobierno Petro en Colombia: ¿cuál es el balance?

Se cumplió el primer año del gobierno Petro, al que han llamado el gobierno del cambio, ¿qué cambios se han llevado a cabo?.

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Foto: TW-petrogustavo

LatinAmerican Post | Staff

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Read in english: One Year of the Petro Government in Colombia: What is the Balance?

Se cumple un año del primer gobierno progresista en Colombia. El gobierno Petro, que se ha autodenominado el gobierno del cambio, ha encontrado este año algunos obstáculos para ejecutar los cambios prometidos en campaña. Sin embargo, no todas han sido pérdidas. El gobierno, en su primer año, ha logrado avanzar en algunas de sus propuestas, ¿cuáles son y qué desafíos enfrenta?

Un gobierno reformista

Desde campaña, Gustavo Petro prometió que, de ganar, sería un gobierno reformista. Su victoria significó un logro en sí mismo para sectores marginales e ignorados por los gobiernos anteriores. Así es que el primer gobierno de izquierdas tendría que proponer una agenda de reformas, es decir, dar un giro en sus prioridades. Este giro que se desenmarcaba de la política tradicional quería poner su foco en los sectores de base. Pero entonces, ¿en qué van las reformas de Gustavo Petro?

La reforma más ágil del gobierno (tal vez por ser también la más urgente debido al hueco fiscal) fue la reforma tributaria. Esta fue aprobada en el primer período legislativo, a finales del 2022. La encabezó el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien hábilmente supo negociar con los grandes empresarios del país para que la reforma pudiera ser aceptada tanto por ellos como por el Congreso. La reforma tributaria pretende recaudar cerca de 20 billones de pesos este año y cubrir no solo el hueco fiscal sino también financiar el resto de reformas.

Por otro lado, actualmente se debaten en el Congreso las reformas pensional, laboral y de salud. El tema pensional fue tal vez uno de los más discutidos durante la campaña presidencial, pues era evidente para todos los candidatos las fallas de cobertura del sistema actual. Sin embargo, debido a la urgencia con la que se la necesita, será la reforma de proceso más ágil. En cuanto a la reforma laboral, fue puesta bajo el escrutinio de la opinión pública durante el primer semestre del año, puesto que para algunos no consideraba nuevas formas de trabajo y de contratación.

Tal vez la más discutida y cuestionada de sus propuestas haya sido la reforma a la salud.

Cambios de estrategia

La reforma a la salud ha sido tal vez uno de los talones de aquiles del gobierno Petro. En abril de este año, el presidente hizo un cambio drástico en su gabinete y cambió a varios de sus ministros. Esto fue leído por algunos como una ruptura en la coalición de Gobierno debido a los desacuerdos entorno a la reforma a la salud. 

En cuanto a este tema, distinto al de pensiones, los sectores de opocisión no están de acuerdo con que el sistema actual tenga las suficientes fallas como para reformarlo. El tema de la disolución de las EPS ha causado mucha controversia y oposición en el Congreso.

Así es que para otros, el cambio de gabinete habría podido ser leído también como un cambio de estrategia. Dado que las carteras que eran cuotas de partidos políticos tradicionales no dieron resultado en el Congreso (por la fuerte oposición que recibió la reforma a la salud), el presidente decidió cambiarlas por ministros ideológicamente más cercanos a él.

¿Y la economía?

A pesar de que el anterior escenario causó gran preocupación (un cambio drástico de gabinete da una sensación de inestabilidad), la economía del país no se ha derrumbado como muchos predecían. El ascenso de Petro preocupaba escencialmente al empresariado y a los analistas políticos; pues se predijeron expropiaciones y fuga de capitales.

Sin embargo, esto no ha sido así y el déficit fiscal viene, en efecto, bajando. El entonces ministro Ocampo supo ver la importancia de subir la confianza de inversión del país. No obstante, con su ida del gabinete, hay todavía expectativa sobre lo que sucederá con el relativamente nuevo ministro.

Aunque la inflación sigue siendo alta, en contraste con la situación macroeconómica, la devaluación ha bajado durante los últimos meses, con lo que el peso colombiano es tal vez una de las monedas más fuertes de la región. En todo caso, habrá que ver si, en efecto, se cumplen las expectativas de recaudo de la reforma tributaria y si este alcanzará para lo que propone el Gobierno.

Escándalos

Como todos, este gobierno no ha estado a salvo de los escándalos. El primero se dió más temprano este año, cuando la Revista Semana publicó la denuncia de una niñera que afirmaba haber sido interrogada con polígrafo en los sótanos del Palacio de Nariño. La denunciante era empleada de Laura Sarabia, jefe de gabinete y mano derecha del presidente, cuya casa había sido escenario de un robo. Esta historia se extendió luego cuando la misma revista publicó unos audios del embajador en Venezuela y padrino político de Sarabia, Armando Benedetti. En ellos, el ahora exembajador insultaba a su antes pupila y amenazaba con revelar información sobre los dineros de la campaña.

Ahora, el primer año de gobierno Petro coincide con su segundo escándalo más grande. Más temprano este año, Day Vásquez, exesposa de Nicolás Petro, hijo del presidente, reveló que Nicolás habría recibido dineros de Samuel Santander Lopesierra, alias "El hombre Marlboro". La semana pasada, Nicolás y Day fueron detenidos por la Fiscalía. Horas después de comenzada la audiencia, Nicolás decidió que colaboraría con la justicia y ha afirmado que, en efecto, él mismo entró a la campaña dinero del narcotráfico.

Este escándalo preocupa por igual al Gobierno y a la oposición, pues podría afectar su gobernabilidad. Además, preocupa a quienes esperaban del primer gobierno de izquierdas una nueva forma de hacer política. 

Desafíos

Además del frente que debe hacer a estos escándalos, el gobierno Petro tiene dos desafíos principales: la paz total y la transición energética. Ambos son conceptos que el gobierno ha acuñado para darle nombre al cambio de prioridades que promete. Sin embargo, no ha quedado claro de qué forma se llevarán a cabo.

En cuanto a la paz total, el Gobierno no ha sido claro con su propuesta de ejecución. Tal vez lo más adelantado en este aspecto son las negociaciones con el ELN, más no es claro si habrá nuevos diálogos con las disidencias de las Farc y la nueva marquetalia. La política de seguridad de Petro todavía no es clara y es evidente que hay desacuerdos aún al interior del Gobierno. Se ha hablado en ocasiones de sometimiento a la justicia para el Clan del Golfo, pero este, como otros conceptos, todavía no es claro para la opinión pública.

Del mismo desafío de comunicación adolece la transición energética. Frecuentes habrían sido las contradicciones entre las declaraciones de la ministra de Minas Irene Vélez y el de Hacienda, José Antonio Ocampo. Ya ahora ambos han sido reemplazados y sigue la expectativa por una versión oficial del gobierno sobre cómo se ejecutará la transición energética para proteger en igual medida a la economía colombiana y al medio ambiente.

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