Uno de cada 10 defensores de la naturaleza asesinados en 2019 era mujer
2019 fue el año con más muertes de líderes ambientales registrados por la organización mundial Global Witness. Colombia ocupa el primer lugar.
Informe de Global Witness señala que las mujeres que actúan como líderes sociales son las principales víctimas de asesinatos por desempeñar su trabajo. / Foto: Global Witness ONG
The Woman Post | Maria Lourdes Zimmermann
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Según la organización Inglesa Global Witness el total de líderes asesinados en todo el mundo por proteger el medio ambiente y los recursos naturales fue de 212 personas, Colombia y Filipinas ocuparon el primer y segundo lugar con un total de 107 líderes asesinados entre ambos países.
Las mujeres como cuidadoras y protectoras de la naturaleza siguen siendo las principales victimas a través del uso de la violencia sexual como táctica para silenciarlas, en hechos que no son denunciados según la organización. Las defensoras del ambiente también enfrentan amenazas específicas, incluidas campañas de desprestigio centradas a menudo en su vida privada, con contenido sexista o sexual explícito.
Pie de foto: Gráfica del número total de líderes asesinados. / Foto: Global Witness
A pesar de enfrentar estas violentas amenazas, las personas defensoras de todo el mundo obtuvieron varios logros en 2019, testimonio de su resistencia, fortaleza y determinación por proteger sus derechos, el medio ambiente y el clima mundial de acuerdo al informe de la organización inglesa.
Las principales amenazas y la muerte de los líderes en el mundo estuvo relacionada con el desarrollo de proyectos minero energéticos. Rachel Cox, encargada de campañas de Global Witness señaló al respecto que :“La agroindustria y el petróleo, el gas y la minería aparecen como los principales detonantes de los ataques contra personas defensoras de la tierra y el medio ambiente. Al mismo tiempo, son las industrias que propician el cambio climático a través de la deforestación y el aumento de las emisiones de carbono”.
“Muchos de los peores abusos contra el medio ambiente y los derechos humanos en el mundo son consecuencia de la explotación de los recursos naturales y la corrupción en el sistema político y económico mundial. Las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente son quienes se oponen a esto”. concluye Cox.
Pie de Foto: Gráfica de las causas de muerte de líderes sociales/ Foto: Global Witness
El informe de Global Witness analiza con detalle las cifras y explica que: ”De forma impactante, más de la mitad de todos los asesinatos reportados en el año 2019 ocurrieron solo en dos países, Colombia con el mayor número registrado, 64 asesinatos en un año y Filipinas que aumentó de 30 asesinatos en 2018, a 43 en 2019”. Es probable que, a nivel mundial, el número real de homicidios haya sido mucho mayor, ya que normalmente los casos no son documentados, según afirma el reporte.
La situación en Centro y Sur América es crítica teniendo en cuenta que la mitad de los países con líderes asesinados son latinoamericanos.
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The Woman Post conversó con dos lideresas ambientales colombianas para conocer la situación actual de las mujeres que luchan por proteger el medio ambiente en su país.
Francia Márquez Mina, lideresa del departamento del Cauca en Colombia, destacada por su lucha en contra de la minería ilegal, galardonada con el Premio Medioambiental Goldman en el año 2018, expresa la preocupación de un modelo económico en Colombia que está arrasando con los recursos naturales y los líderes que los protegen.
Para Francia, “hay comunidades que están siendo forzosamente desplazadas de sus territorios”, “y si usted, mira con cuidado cuáles son los lugares en los que se está agudizando el conflicto armado en el país, puede evidenciar que hay un proyecto económico extractivista”. La ambientalista le explica a The Woman Post, como para ellos, “existe una estrategia de vaciamiento del territorio en términos violentos que termina en asesinatos de líderes sociales y miembros de la comunidad”.
Los mapas de conflicto armado en Colombia se sobreponen con los mapas de proyectos de desarrollo del país, denuncia la líder, y sobre esos lugares hay desplazamiento y vaciamiento de los territorios, “para nosotros eso evidencia por qué hay un recrudecimiento de la violencia”.
Pie de foto: Francia Márquez Mina, activista medioambiental. / Foto: Cortesía Premio Medioambiental Goldman
“Los asesinatos se dan para generar miedo entre nosotros, para que no alcemos la voz en favor de la vida, de la casa grande y de los territorios”.
Para la ambientalista, el país vive momentos difíciles y “la pandemia ha destapado la cara real de una política inviable que no está garantizando la vida y hoy la crisis está destapando las injusticias producto del patriarcado, el machismo, el racismo y la misma política de muerte” afirma enfática.
Pero, ¿cuál es el vínculo que tienen las mujeres con la protección ambiental y por qué es tan alta su vulnerabilidad? El reporte de Global Witness afirma que una de cada 10 personas asesinadas era una mujer.
“Nosotras como mujeres tenemos un arraigo territorial, un vinculo umbilical con el territorio que se da desde las practicas culturales transmitidas por mujeres y por eso creo que hay un mayor nivel de compromiso y sensibilidad de las mujeres frente a la necesidad de cuidar el territorio como espacio de vida".
“Como mujeres que tenemos ese instinto del cuidado”, dice Francia, "que tenemos el amor maternal por cuidar el territorio de la misma manera que cuidamos la vida y por no estar como mujeres, inmersas en la política de la muerte, es una evidencia que las mayores cuidadoras del territorio y de la vida son las mujeres en el mundo”.
La posición que defiende la ambientalista está basada en que,“Los hombres toman mayores decisiones en favor del desarrollo económico y la política y esas decisiones tomadas por gobiernos mayoritariamente representados por hombres y que obedecen a fortalecer un modelo económico que contribuye a la acumulación es parte de las estrategias que se utilizan para violentar y que terminan asesinando a mujeres”.
Isabel Cristina Zuleta, ambientalista colombiana, socióloga antioqueña y directora del Movimiento Ríos Vivos, coincide con Francia Márquez al afirmar que los megaproyectos, la tala ilegal, la minería, nunca están solos, para ella están relacionados con el despojo de las comunidades y por eso los líderes salen a enfrentar ese tipo de realidades que acaban con la vida de los defensores del territorio.
Pie de foto: Isabel Cristina Zuleta, ambientalista colombiana. / Foto: Cortesía Isabel Cristina Zuleta
“El modelo que impera tiene un ánimo de acumulación y la principal fuente hoy, está basada en los bienes de la naturaleza” explica Isabel Cristina.
“Hay quienes quieren los bienes de la naturaleza para que sea posible la vida y otros para acumular capital y eso se contrapone”. Para la ambientalista, son dos polos opuestos y son intereses sin puntos medios “ahí no hay acuerdo”. Para ella es imposible que se mantengan dos perspectivas sobre ese mismo territorio.
En concordancia con el informe de líderes asesinados de Global Witness , la ambientalista le explica a The Woman Post, “Que la crisis climática devela esa imposibilidad de acuerdos, un territorio destruido por la minería por ejemplo, es un territorio imposible de habitar, es la vida o la muerte de las presentes y futuras generaciones la que nos jugamos en la defensa ambiental”.
No sólo es la vida de los líderes, afirma Zuleta, “porque los líderes salimos a enfrentar la posibilidad de existencia en ese territorio en concreto”, la suma de todos los impactos no son sólo locales, se dan a nivel planetario. “Tenemos un planeta interconectado y los daños que se generan en un territorio, los gases efecto invernadero que se producen por ejemplo, por un proyecto como HidroItuango, represa ubicada en el departamento de Antioquia, no se quedan aquí en Colombia”, afirma la ambientalista “y no tienen fronteras específicas en lo mapas geopolíticos sino que generan un impacto en todo el planeta”.
Isabel Cristina Zuleta dice que el recrudecimiento de la violencia a nivel global va a seguir aumentando, “porque nuestra voz de protesta es contra el nudo del capitalismo que sigue motivando la acumulación y esos interesados en la continuidad del modelo de despojo, acumulación y destrucción de la naturaleza están en todo el planeta”.
La disputa es evidente, porque las comunidades humildes, de pescadores, quienes extraen oro de los ríos como los barqueros,los campesinos que están alrededor de un proyecto controversial como HidroItuango, quieren el territorio para otra cosa diferente a lo que se tiene proyectado y concesionado a lo largo y ancho de él; le explica a The Woman Post la ambientalista antioqueña defensora de los derechos de las comunidades ubicadas en el área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico Hidroituango en Antioquia Colombia.
Zuleta añade que los discursos de odio y estigmatización y el señalamiento por parte de las instituciones al pensar que se quiere obstaculizar el desarrollo del país sin tener en cuenta que las organizaciones tienen propuestas ambientales serias de desarrollo, incentiva el asesinato de los líderes en Colombia. “La facilidad con la que se emiten palabras que estigmatizan y señalan en Colombia, matan”. “Y las mujeres venimos con esa carga, con ese señalamiento, cuando nos obligan a pensar, cosas como que la vida pública no es para nosotras, eso incentiva la violencia contra las mujeres y por eso nos asesinan.
Y en la defensa del territorio por el rol de las mujeres como cuidadoras la vulnerabilidad de nosotras es alta. ”Las mujeres somos vistas como un obstáculo, el liderazgo de las mujeres es señalado y se ve como entorpecimiento, igual que nuestra voz, la de los indígenas y las comunidades afro, lo mismo que la voz de los niños es ignorada, porque sólo unos tienen el derecho a opinar y esos, son los mismos de siempre” explica Zuleta. Y añade: “Hombres, blancos, poseedores de riqueza y propietarios y dentro de esa propiedad estamos nosotras como mujeres; en el maltrato y el asesinato está el patriarcado de nuestra sociedad” destaca Isabel Cristina.
Pero hay que aclarar según la ambientalista colombiana, “que en éste liderazgo de protección, no sólo somos llamadas a cuidar las mujeres, todos estamos llamados, los hombres, los niños, todos tenemos la responsabilidad de proteger nuestro territorio y el planeta y poder plantear con libertad lo que necesitamos hacer en él.