¿Cómo le ha ido a las FARC en su primer año como partido político?
La antigua guerrilla aún no encuentra su sitio en el ámbito político
La violencia está fuera de lugar en cualquier sociedad democrática, y quienes la han ejercido con total impunidad durante casi 60 años, es difícil que encuentren su lugar en la sociedad aunque ya no la usen. Este podría ser el resumen del primer año de las FARC tras su mutación en partido político.
Read in english: How is FARC's political party going after its first year?
Con una representación de 10 curules en el Congreso, que ya tenía garantizados tras la firma del Acuerdo de Paz, el partido del que fuera la guerrilla más antigua de Latinoamerica vive sumido en una profunda crisis por numerosas razones, que van desde el rechazo social generalizado por el conflicto armado hasta el descontento de las bases por la lentitud con la que se está aplicando lo pactado en La Habana.
Las FARC, que aún conserva su nombre tradicional (antes era Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y ahora es Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), empezaron su etapa lejos de las armas en septiembre de 2017, pero manteniéndose fieles a su ideario marxista leninista.
Su líder, Rodrigo Londoño, más conocido como "Timochenko", declaró desde el principio que “pretendían ser el Gobierno o al menos hacer parte de él”, un objetivo que no logró otra cosa que poner a la sociedad colombiana en contra.
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Las FARC, en el fondo, siguen funcionando como una guerrilla. No van a aceptar las voces críticas que están surgiendo en su seno y que ponen en relieve la fragmentación existente en sus cimientos. El objetivo del ex grupo armado es hacer cumplir por parte del Gobierno todos los compromisos que adquirió en las negociaciones de La Habana, Cuba. Por eso, no va a tolerar que dentro del partido haya voces que se desvíen de ese camino.
Lo preocupante de todo esto es que la mano derecha de Timochenko y número dos de las FARC Luciano Marín, alias Iván Márquez, renunció, según lo informa El Espectador, a ser Senador y a otros privilegios. Entre estos, los escoltas que le proporcionaba el Estado para desaparecer sin dar explicaciones, al igual que otros exlíderes guerrilleros como "El Paisa", "Romaña" Y "El Zarco".
Esto podría suponer, en una caso extremo, que hayan decidido volver a la vía armada y se estén reorganizando. Las FARC ya han advertido a grupos de disidentes que continúan delinquiendo en zonas rurales del país que no utilicen sus símbolos, pues “el partido ya no tiene nada que ver nada ni con ellos ni con sus actividades ilícitas”, señala Infobae.
Pero si a nivel interno las cosas pintan mal a nivel externo están mucho peor. Y todo viene de una pésima estrategia política que hizo que el partido se retirase de la carrera por la Presidencia después de haber conseguido apenas 85.000 votos en las elecciones legislativas del pasado mes de marzo.
Centrar la campaña en las ciudades, donde la gente los odia, y dejar de lado las zonas rurales, donde podrían haber conseguido más apoyo, fue un error enorme, que unido a la falta de dinero y a un desconocimiento total de la política, hicieron que la campaña fuera un completo desastre. Esa incapacidad de conectar con la gente y seguir anclados en una filosofía comunista es lo que ha impedido a las FARC avanzar políticamente después de un año.
LatinAmerican Post | José María González Alonso