El único camino de Ecuador hacia la prosperidad es adoptar reformas económicas conservadoras
Para resolver sus problemas financieros, Ecuador debe adoptar políticas económicas conservadoras y estables que abran el acceso a los mercados internacionales y corrijan los desequilibrios
Foto: Correo Latinoamericano
The Latin American Post Staff
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Navegando los desafíos: un enfoque estratégico a la crisis económica de Ecuador
Los actuales desafíos fiscales de Ecuador, resaltados por la asombrosa cifra de 4.300 millones de dólares en atrasos en los pagos, exigen una solución estratégica y de largo plazo. Bajo el nuevo liderazgo del presidente Daniel Noboa, el país enfrenta una ardua batalla para estabilizar su economía. Esta crisis, agravada por los esfuerzos inmediatos para cubrir los salarios del gobierno y que ha dejado apenas 95 millones de dólares en las arcas fiscales, exige un enfoque económico conservador y estable como único camino viable a seguir.
La raíz de la situación económica de Ecuador reside en sus deudas acumuladas, que se han disparado a más de 60.000 millones de dólares, y en la reducción del espacio fiscal marcado por un déficit presupuestario proyectado superior al 5% del PIB. Estas abrumadoras cifras reflejan una emergencia económica y un desequilibrio estructural que requiere más que soluciones de corto plazo. La solución es adoptar políticas económicas conservadoras que den prioridad a la responsabilidad fiscal, las estrategias impulsadas por el mercado y la integración internacional.
Prudencia fiscal: un primer paso crucial
En primer lugar, Ecuador debe comprometerse firmemente con la prudencia fiscal. Esto significa un control estricto sobre el gasto público, priorizando sectores esenciales como la seguridad y la salud, y la respuesta a fenómenos como El Niño. También implica un enfoque disciplinado para gestionar los salarios y las transferencias públicas, como lo exigen la Constitución y las leyes. Una gestión fiscal conservadora no sólo estabilizará la situación actual sino que también generará confianza en los inversores, tanto a nivel nacional como internacional.
En segundo lugar, el país debe centrarse en políticas que fomenten la inversión del sector privado, particularmente en industrias clave como el petróleo y las energías renovables. Las posibles inversiones en proyectos de energía eólica y solar en las provincias de Loja y Manabí, por un total de alrededor de $700 millones, son pasos en la dirección correcta. Estas iniciativas diversifican la economía y crean empleos, fomentando el crecimiento económico sostenible.
Compromiso global: aprovechar los mercados internacionales
Además, Ecuador necesita involucrarse más activamente con la comunidad financiera internacional. El acceso a los mercados globales es esencial para un país como Ecuador, que depende en gran medida de las exportaciones de petróleo y necesita desesperadamente inversión extranjera. Esto requiere un clima de inversión estable y atractivo y políticas que se ajusten a las normas y prácticas internacionales. Las discusiones en curso sobre la "Ley Orgánica de Eficiencia Económica y Creación de Empleo" en la Asamblea Nacional deben acelerarse y centrarse en reformas tributarias, generación de empleo y atracción de inversiones.
El gobierno también debe abordar la cuestión de la deuda pública. Esto exige un plan estratégico de gestión de la deuda que incluya renegociar los términos cuando sea posible, garantizar la sostenibilidad de la deuda y explorar nuevas opciones de financiación que no exacerben la carga de la deuda. Las políticas económicas conservadoras abogan por reducir la dependencia de la deuda para financiar el gasto público y, en cambio, centrarse en generar ingresos a través del crecimiento y la eficiencia.
Decisiones difíciles para la salud económica
Además, Ecuador no debería rehuir tomar decisiones difíciles que pueden ser políticamente sensibles pero económicamente necesarias. Esto incluye revisar los subsidios, reformar los sistemas de pensiones y optimizar los servicios públicos para garantizar que sean eficientes y equitativos. Estas medidas, aunque desafiantes, son esenciales para corregir los desequilibrios estructurales que han plagado la economía del Ecuador.
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En conclusión, el camino del Ecuador hacia la estabilidad y el crecimiento económicos pasa por la adopción de políticas económicas conservadoras y estables. Estas políticas deberían centrarse en la responsabilidad fiscal, fomentar la inversión privada, integrarse al mercado global, gestionar la deuda pública y realizar reformas estructurales duras pero necesarias. Sólo a través de un enfoque tan integral y de largo plazo podrá Ecuador esperar corregir sus desequilibrios fiscales, restaurar la confianza de los inversionistas y allanar el camino hacia un futuro próspero. La tarea es desalentadora, pero las recompensas potenciales para los ecuatorianos y sus economías son inmensas.