ANÁLISIS

¿Solo alimentas tu cuerpo?

Si, como se dice por ahí, somos lo que comemos, el alimento que le aportamos a nuestra mente también nos define como seres humanos.

Pareja comiendo espagueti.

Pareja comiendo espagueti. / Foto: Rawpixel – Imagen de referencia

LatinAmerican Post | Natalia Isaza Chavarría

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Read in english: Do you only feed your body?

Comer seis veces al día, en proporciones suficientes, con un buen balance de proteína, carbohidratos y grasas es un hábito necesario y muy beneficioso para nuestro cuerpo y salud. Ser consciente de ese alimento, hacerlo en horas adecuadas y no excederse también son consejos que nos dan constantemente los médicos, nutricionistas y demás especialistas en salud y bienestar.

Solemos guardar un porcentaje de nuestro dinero para adquirir esos alimentos, sea yendo a la plaza a comprarlos o disfrutando delicias ya preparadas en restaurantes. Sin embargo, eso no es lo único que debemos alimentar juiciosa y constantemente, pero suele serlo, pues es lo único que vemos tangible. 

Nuestra mente es el recurso más poderoso para conseguir todo lo que nos proponemos y se nos fue dada gratuitamente. Con esto quiero hacer especial hincapié en que a veces valoramos más aquello en lo que tuvimos que hacer una inversión económica, que no digo que esté mal, pero por eso, muchas veces descuidamos las cosas invaluables que se nos fueron dadas y con las cuales podríamos potenciar mucho más nuestra vida.

Como desde pequeños se nos enseña que después del colegio hacemos un pregrado y luego cualquier especialización, que nos servirá para tener un mejor empleo y mejores recursos, es el proceso que seguimos sin protestar y cuando terminamos esos pasos supuestamente estipulados, nos creemos seres terminados y dejamos de alimentar ese órgano tan potente que tenemos en la cabeza. 

Creemos que ya fue suficiente y empezamos con la rutina del trabajo, que si bien cada día nos aporta un nuevo aprendizaje, no se sale de esa zona de confort, y los tiempos libres, pues como creemos que desde lo académico y profesional ya cumplimos, los dedicamos especialmente a cosas banales. 

El cerebro tiene un potencial que muchas veces desperdiciamos y morimos sin siquiera conocerlo o reconocerlo, hay múltiples ejemplos de este potencial, para dar un par, está el Guinness Record de memorización de dígitos llegando a unas 150.000 cifras o también la capacidad de lectura rápida pudiendo leer más de 300 palabras en un minuto. Como estos hay muchos más ejemplos de cómo podemos potenciar nuestras capacidades mentales, para retarnos, educarnos, para ser más eficientes en nuestros quehaceres.

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Las personas nunca terminamos de aprender, es un proceso constante e infinito, y no solo se trata de que hagamos un curso o estudiemos un tema especializado, se trata de poner especial atención en lo que vemos, escuchamos, leemos. 

Al igual que en la comida, se trata de prepararnos unos alimentos balanceados, no solo consumir chatarra, sino buscar un equilibrio. Si, como se dice por ahí, somos lo que comemos, el alimento que le aportamos a nuestra mente también nos define como seres humanos.

Actualmente, con el fácil acceso a la información que nos permite el internet, es mucho más fácil alimentar nuestro cerebro, recargarlo y llenarlo constantemente de nuevos conocimientos. Sin embargo, y esta frase no es mía, no recuerdo dónde la escuché pero me marcó: “la tecnología es como un martillo, sirve para destruir o para construir, todo depende de cómo se utilice”. Ahí es donde entra a diferir la información o desinformación que recibimos o permitimos recibir.

Igualmente un aspecto muy importante y que interfiere directamente con nuestros procesos de aprendizaje es nuestro entorno, ya que, como lo mencioné anteriormente, el alimento mental está ahí, al alcance de todos, pero también la apertura o disposición que tengamos a recibirla estará sujeta a dónde y con quien estemos, así como sacamos tiempo para compartir alimentos, también podemos hacerlo con esa comida para la mente, sea compartiendo espacios o simplemente aprendizajes y recomendaciones.

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