AMÉRICAS

Un año del ‘Congreso del Cambio’ en Colombia sin cambios

Hace un año, el partido del presidente Gustavo Petro aspiraba a formar una coalición mayoritaria para lograr grandes cambios. Sin embargo, la realidad es otra.

LatinAmerican Post | Santiago Gómez Hernández

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El 20 de julio de 2022 hubo un acontecimiento histórico en Colombia. Por primera vez, un partido de izquierda se convertía en el partido más votado en el Senado y uno de los más votados en la Cámara. El Pacto Histórico lograba 20 curules en la cámara alta, y 28 en la cámara baja. Adicionalmente, llegaba con varios grupos parlamentarios que le daban muchos más votos. Partidos como Alianza Verde, Comunes, Mais, entre otros, consolidaban una coalición de gobierno fuerte.

Adicionalmente, sus alianzas y posibles pactos con partidos tradicionales como el Partido Liberal (13 en Senado y 33 en Cámara de Representantes) y el Partido de la U (10 en Senado y 16 en Cámara) dejaban muy bien paradas las aspiraciones legislativas de Gustavo Petro y su equipo. Sin embargo, un año después de la posesión de los parlamentarios, la realidad está muy distante a lo que muchos seguidores del Pacto Histórico esperaban.

Fractura de la Coalición

Desde un principio, el Gobierno inició sus acuerdos con los partidos tradicionales. Pese a que casi todos apoyaron a Rodolfo Hernández, quien quedó de segundo en las elecciones presidenciales contra Petro, luego llegaron al “Gobierno del Cambio”. Muchos vieron con recelo estas alianzas tan poco probables, en las que los partidos que habían gobernado Colombia por años, hoy fueran los encargados de liderar o acompañar las reformas que buscaba Petro. Acusaciones de repartición de puestos y presupuesto (mermelada, como se le conoce en el país) salieron a la luz.

Pese a todas las críticas, la coalición se conformó, sin acuerdos programáticos claros. No obstante, tan contradictoria era el discurso que, con las primeras grandes disputas dentro de la bancada, esta se quebró. Los partidos tradicionales salieron y hoy se declaran independientes o no definidos.

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La razón fueron las ambiciosas reformas que el Gobierno pretendía sacar, intentando cumplir su plan de gobierno, las leyes tenían líneas rojas que los demás partidos vieron imposibles de aprobar, y una a una estas reformas fueron cayendo. A esto se le sumaron temperamentos y luchas de ego dentro del mismo gabinete de Gobierno. El exministro de Educación, Alejandro Gaviria (exministro de Salud en el Gobierno de Juan Manuel Santos) se presentó como un crítico acérrimo de la reforma a la Salud. Estas disputas, que se podían ver como fracturas internas o una diversidad de posiciones en el Gobierno incluyente, terminó costándole la cabeza a Gaviria, en primera instancia, pero también a la ministra de Salud, Carolina Corcho.

Luego de los cambios en el Gabinete de Petro, el Gobierno esperaba encontrar un mejor panorama en el legislativo. La realidad no fue acorde a los cambios. Esto dejó al Gobierno con 70 votos dentro de la coalición de Cámara (188 posibles) y 30 en Senado (108).

Las reformas sin cambio

Las tres principales reformas de Gustavo Petro en su primer año de Gobierno fueron: salud, pensional y laboral. Son sus 3 principales apuestas para cumplir con su plan de Gobierno.

La laboral se hundió el pasado 20 de junio al no haber quórum en la Comisión Séptima. El presidente insistió en que la volverá a presentar, ya que es vital para “la voluntad de paz y de pacto social”.

La reforma a la Salud volverá a entrar en debate en este nuevo periodo legislativo, ya que no pudo superar el quórum necesario en plenaria. Sin embargo, el partido Liberal ya planea una contra reforma, una nueva propuesta desde los partidos tradicionales, la cual espera superar a la planteada por el Gobierno Petro y así anular sus pretensiones de modificar la sanidad colombiana.

Por su parte, la reforma pensional sigue con vida luego de ser aprobada en primer debate en la Comisión Séptima en Senado. Ahora deberá pasar a plenaria. Estas próximas semanas y meses serán vitales para la vida de la reforma.

3 años inciertos

Luego del primer año, el panorama del resto del periodo legislativo es igual de incierto. Sin una coalición consolidada, un parlamento fracturado y un presidente reacio a ceder en su plan de Gobierno y sus cambios que tantos votantes esperaban con él a la cabeza.

Sin embargo, hoy por hoy, el panorama parece destinado a 3 salidas: Petro logra convencer a la mayor cantidad de colombianos para generar la presión necesaria dentro del Congreso y así lograr avances significativos (lo que hasta el momento no logró); mantener sus posturas distantes y gobernar sin legislativo, lo que causaría mayores miedos a la figura del líder (amado y temido por partes iguales en el país) o ceder y encontrar puntos medios que finalmente no terminen satisfaciendo a nadie, en especial, a su electorado.

La apuesta en la Guajira

Conociendo la realidad en el Congreso, Petro encontró una posible solución. Hace poco decretó emergencia económica, social y ambiental en La Guajira. Este es uno de los departamentos más desiguales y con mayores índices de pobreza en toda Colombia. Petro espera tener el poder de gobernar por medio de decretos en este territorio con grandes problemas estructurales. De lograr cambios significativos en varias de sus apuestas (especialmente en el sistema de salud), podrá calmar a la opinión pública (que teme a cambios que empeoren el, ya deficiente sistema de Salud) y atraer apoyos políticos y replicarlos a nivel nacional.

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