El alcohol afecta tus esfuerzos para bajar de peso
¿En realidad sabes la relación que hay entre los cócteles y el número de la balanza? Aquí te contamos cómo el alcohol afecta tu pérdida de peso
Todo lo que consumimos tiene un efecto directo en nuestro peso corporal, pero muchas veces pasamos por alto las calorías 'líquidas'. Esto es, todo lo que bebemos. Los jugos, sodas y batidos tienen una carga calórica y, por supuesto, el alcohol también.
Todos los macronutrientes aportan un número de calorías por gramo. Los carbohidratos y las proteínas aportan cuatro calorías por gramo y las grasas aportan nueve. El alcohol, que no entra como tal en ninguno de los macronutrientes, tiene siete calorías por gramo. Esto lo hace más denso, calóricamente hablando, que las proteínas y los carbohidratos.
Ahora, si bien el alcohol en si no juega un papel determinado en nuestra nutrición, y por eso se le nombra 'calorías vacías' a la carga energética que aporta, las bebidas alcohólicas sí pueden tener calorías de otras fuentes. Algunos licores como el vino y la cerveza tienen carbohidratos. Otros a pesar de no tener este macronutriente en si son mezclados con bebidas azucaradas, lo que tiene un impacto directo en la segregación de insulina y lo que puede contribuir en la acumulación de grasa corporal. De hecho, la revista Shape comenta en una publicación que muchos de estos cócteles populares (el daiquirí y la margarita) tienen hasta 35 gramos de azúcar, lo que se traduce en 7 cucharaditas del producto. Y como son calorías que consumimos rápido por estar en forma líquida, es bastante difícil llevar la cuenta.
Sin embargo, más allá de la carga calórica, el alcohol puede dificultar tus esfuerzos para perder peso:
1. Afecta estómago, riñones e hígado. La revista Bodybuilding señala que al ser las bebidas alcohólicas un producto derivado de la fermentación de ciertas levaduras, estas puede tener un efecto irritante en el estómago. Esto hace que los alimentos que comamos sean procesados con una eficiencia menor, lo que afecta a nuestro metabolismo. Para el hígado este producto es tratado como una toxina, lo que toma papel de 'prioridad' para su eliminación a través de este órgano. Cuando el mismo está ocupado limpiando estas toxinas, la oxidación de grasas pasa a un segundo lugar y la cantidad de alcohol procesado en el cuerpo se tardará por lo menos 10 horas.
2. Afecta la producción de testosterona. La misma publicación nos recuerda que esta hormona anabólica que colabora en la oxidación de grasas se ve afectada por el consumo de alcohol. Si bien ella ayuda a la formación de masa magra, cuando sus niveles bajan este proceso se ralentiza. Menos masa muscular significa un metabolismo más lento.
3. No se hacen buenas elecciones alimentarias cuando bebemos. Lo normal es que junto con el alcohol se consuman comidas grasosas y altas en calorías. De hecho, la creencia popular es que al comer comidas 'con grasa' se disminuye el efecto que puede tener el alcohol en nuestro cuerpo. Pero todo esto suma a una mayor ingesta calórica, lo que afecta directamente los objetivos de quien quiere perder peso. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en Inglés), las personas que beben son más propensas a comer menos frutas y más calorías provistas por las bebidas alcohólicas y comidas altas en grasa.
De todas formas, para muchas personas el inhibirse completamente del alcohol no es una opción. La revista Health comenta que sí se puede disfrutar de algún trago e igual no ganar peso, por lo que recomiendan las siguientes técnicas para conseguirlo:
1. Mantener el alcohol a raya. Esto es, ponerse un tope de una a dos bebidas máximo. Esta es la medida aceptada como 'bebida en moderación' (para mujeres), sin caer en la trampa de abstenerse de alcohol toda la semana y tomarlo todo junto al final de la misma. Esto se debe a que el proceso de utilización de calorías se hará mucho más lento, lo que puede contribuir a la acumulación de grasa corporal.
2. Comer algo saludable. Si bien la idea de muchos puede ser dejar de comer para 'salvarse' de ciertas calorías, en realidad lo más importante es escoger la comida correcta. Antes de beber se puede consumir un aperitivo alto en proteínas, fibra y grasas saludables, lo que ayudará a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre sin afectar el metabolismo.
3. Escoge bien. En vez de elegir los cócteles altos en azúcar que tienen mayor carga calórica y que pueden hacerte sentir más hambre, es mejor beber algo simple como vino o cerveza aunque estos tengan carbohidratos. También es mejor beber licores como vodka, ginebra o whisky mezclados con soda, o bebidas sin calorías.
En definitiva, el mensaje es la moderación. Pensar en adoptar una mentalidad 'Todo o nada' muchas veces no nos lleva a los fines que queremos, o nos hacen caer más fácil en viejas conductas. Por eso, el tener conocimiento y aplicarlo a la hora de hacer nuestras elecciones de bebida puede hacer nuestra pérdida de peso un proceso más fácil.
Latin American Post | Clementina Ramos
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